6- Los celos

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Abro los ojos cuando siento una mano tocandome suavemente. Miro hacia arriba y me encuentro con unos ojos color chocolate muy conocidos y sonrío.

—Lamento mucho haberte despertado pero quería decirte algo.—Lo miro extrañada y asiento.

—Si claro, dime.—Me incorporo y me froto un poco mis ojos somnolientos, luego le presto atención. Él imita mi posición, sentándose al lado de mis piernas.

—Bueno, salí a hablar con Etienne y me dijo que tengo que bajar al primer piso porque tengo a alguien esperándome—frunce el ceño con confusión, pensando en quien podría ser, al igual que yo—, le pregunté quien era y me dijo que esa persona le pidió que no me dijera nada.

—Hum... tal vez alguien del gobierno, no lo sé.

—Sí, tal vez. Bueno voy a bajar, ¿tu te quedas aquí? No creo demorar mucho.

—Eh... no, ahora me visto y bajo contigo. Aquí no tengo nada para hacer—me sonríe y asiente.

—Claro, te estaré esperando.—Me da un beso en la frente y camina hacia la puerta.

Yo me dirijo al baño y me sorprendo al mirarme al espejo. Mi apariencia sin duda delata lo que hemos estado haciendo. Sonrío contenta, mientras me recorren escalofríos al recordarlo. Quiero repetir.

Unos minutos después, ya estoy lo suficientemente decente para bajar. Salgo de la suite y me dirijo escaleras abajo.

POV Maxon.

Bajo las escaleras con Etienne unos pasos delante mientras pienso en quien podría ser.

¿Quien querría ocultar su identidad hasta que estemos cara a cara?

Llegamos a la primera planta y él se gira hacia mi, haciendo una reverencia.

—Lo está esperando en la sala principal, señor.

—Claro, gracias Etienne— asiento hacia él y me devuelve el gesto con una sonrisa antes de girarse. No me cae mal ese chico, parece ser buena persona. Camino hacia el salón y entro, antes de quedarme de piedra al ver a la... mujer, frente a mi. Ella me sonríe con algo de timidez y se pone en pie.

—Hola Maxon.—cierro la boca y me recompongo. No esperaba volverla a ver. Con todo lo que ha pasado en los últimos meses, la Selección, los ataques, mis padres, entre otros, me había olvidado totalmente de ella, y de que vive en Francia. Caminamos hacia el otro mientras nos analizamos. Tiene una postura más regia y ya no parece la misma niña de antes... ahora parece una reina, sin duda. Supongo que yo debo de estar igual. Paramos a unos pasos de distancia.

—Hola Daphne. Que sorpresa me has dado, sinceramente no esperaba volver a verte, al menos no por un tiempo.—Ella vuelve a sonreír y yo también lo hago. Parece que las cosas no están incómodas entre nosotros como esperaba.

—Si, lo sé, pero escuché que un viejo amigo estaba visitando mi país y supe que no podía dejar pasar esta oportunidad.—Al ver mi mirada de cautela ella ríe—Estoy felizmente casada, solo quiero conversar.

—De acuerdo—Le sonrío y ella se me queda mirando.

—¿Aún puedo abrazarte o quedaría muy extraño e incomodo?—Rio y abro los brazos.

—Aún está permitido.—Ella sonríe ampliamente y me abraza. Siento su característico olor como a corteza de cerezo y almendras, el que usa desde que tiene 13 años. Al parecer algunas cosas nunca cambian.

POV América.

Llego abajo y miro hacia los lados buscando a Maxon, pero al único que encuentro es a Etienne leyendo unos papeles con el ceño fruncido. Él me podrá ayudar. Camino hasta él y le toco el hombro para llamar su atención, pero solo logro sobresaltarlo y que me mire entre sorprendido y asustado. Lleva su mano al corazón en un gesto dramático y yo me rio.

Luego de la Elegida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora