Señales del Amor

Começar do início
                                    

Ambos se miraban los labios, pensando en quién daría el primer paso, se rosaban mutuamente, más nadie hacía algún gesto para pasar al siguiente nivel. No fue hasta que Yoongi cerró los ojos que Jimin supo que había ganado.

Se alejó lentamente, dejando totalmente confundido al peli negro, quién gruño molesto y se levantó estrepitosamente de la cama.

— ¿Ves? — Dijo Jimin — Así es como actúan los chicos malos.

— Calla y aliméntame — Dijo con los puños apretados.

— En la cocina está todo preparado — Rió ante la cara de molestia del mayor — Y apúrate para que salgamos pronto.

Yoongi no dijo nada más y se comió todo lo que Jimin había preparado, tomó un polerón gris que parecía casi celeste y salieron de la casa sin mediar palabra.

— ¿Sigues enfadado?

— ¿Tú qué crees? Grandísimo idiota.

— Hey... yo no te he tratado mal, respétame — Frunció el ceño fingiendo molestia.

Por otro lado Yoongi se sintió nervioso, era la primera vez que se sentía mal por insultar a alguien, ¿pero por qué?, no era nada nuevo tratar así a la gente, y cuando se lo habían reprochado él jamás se había sentido culpable.

Entonces ¿por qué se sentía tan incómodo ahora?, ¿por qué tenía unas ganas horribles de disculparse?, no lo sabía, pero necesitaba quitarse ese dolor en el pecho.

— L-Lo siento — Jimin lo miró sorprendido, pero luego su expresión se suavizó y cambió a una de esas sonrisas donde sus ojos desaparecían, ¿por qué un calor creció en el pecho y estómago de Yoongi? No lo sabía, pero esa sensación lo asustaba.

— Está bien... solo, me gustaría que te relajaras, hoy vamos a divertirnos — Se acercó a Yoongi y le plantó un beso en la nariz.

Jimin tampoco sabía lo que estaba comenzando a sentir, si bien había descubierto que Yoongi le gustaba, la sensación en su pecho y el cosquilleo en las manos le indicaban que era otro tipo de sentimiento el que estaba sintiendo.

¿Era miedo?

En realidad se parecían, pero él había vivido tantas veces con miedo cuando sus padres lo dejaban solo, que se había aprendido de memoria los "síntomas" de ese horrible sentimiento, no era miedo lo que sentía, o al menos no por completo.

Caminaron hasta llegar a un pequeño local, pidieron café aunque eran las dos de la tarde, total ¿a quién le importaba?

Admiró como Yoongi apenas le ponía una pequeña cucharada de azúcar a su café, mientras que él añadía cuatro, se sorprendió ante lo reacio que era Yoongi ante lo dulce, ¿entonces por qué sus labios eran tan dulces?

Y ahí estaba ese sentimiento de nuevo, presionando su pecho y haciendo que sus mejillas se calentaran hasta estar completamente rojas.

— ¿Estás bien? — Preguntó Yoongi ajeno a todo.

— S-Si — Respondió escuetamente.

¿Era deseo?

Porque lo había sentido en innumerables ocasiones tanto por Yoon Ji o por Yoongi, pero el deseo despertaba otras cosas en él, más no le brindaban esa calidez en el pecho cada vez que se perdía en la mirada de Yoongi, como cuando se sonrojaba ante algún alago, o como cuando ahora mismo el mayor tenía un poco de espuma sobre su labio y Jimin lo quitaba con su pulgar para luego meterlo a su propia boca para saborear sus dos sabores preferidos, lo dulce y Yoongi.

¿Qué era entonces?

Porque ahora que caminaban tomados de las manos podía jurar que su corazón latía con más fuerza.

Una chica llamada Min Yoon Ji | YoonMinOnde as histórias ganham vida. Descobre agora