Capítulo 4

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Me desprendo de toda mi ropa para meterme a bañar. Después de que Jeremy llegara y me encontrara en el sofá viendo la Tv, mientras Abby dormía en su cama muy temprano. Le conté lo que había pasado y todo lo que había dicho. Se sorprendió al contarle que actuó como una niña dura y fría, para después se rompiera a llorar.

—No pensé que ella fuera así —me había dicho —, creí que reaccionaria diferente. Y nosotros todos estos tiempos tratando de ocultar la verdad para que no la hiriera, y ella ya lo sabía desde un principio —estaba consternado y frustrado.

—Déjala. Está pasando por un momento difícil —le había dicho yo —, ahora que sabe la verdad. Será más fácil hablar del asunto delante de ella —lo calmé.

El agua recorre cada centímetro de mi piel. Limpiándome de cada rastro de suciedad y dejando una piel fresca y limpia en su paso. Me pongo mi pijama que son unos shorts de franela y una playera de algodón. Cuando me acuesto en mi cama veo el reloj de la mesita que está a mi lado, que marcan las diez. Esta noche será como muchas otras, dormir sin un beso de buenas noches de mi padre y madre o de mi hermano.

Es el precio que paga un alma como la mía.

***

Cuando llego al instituto, lo primero en ver es a Nayeli, que está esperándome. Cuando bajo del auto, ella camina hacia a mí con aire apresurado.

—Esperé este día hoy con ansias. Me has estado evadiendo —me tiene acorralada entre ella y mi camioneta.

—¿Qué? —su reacción es algo molesta.

—Lenny. No me has dado la explicación de lo que te pasó el viernes. No contestas mis llamadas. —Se posa una mano en la cintura esperando a que responda a todas sus preguntas.

—Está bien. Te lo diré. Pero primero vamos a clases y luego te explico —me zafé de su agarre para poder encaminarme a mi primera clase del día, pero me vuelve a tomar del brazo poniéndome en la misma posición que me tenía antes.

—No.

—¿No? Qué quieres decir con No. —Me digo a mi misma que necesito decirle lo que quiere saber. Por primera vez en mi vida necesito dejar de evadir mis problemas y enfrentarlos.

—Que no vamos a ir a clases hoy. Al menos no a la primera clase. Tú y yo tenemos que hablar. —Sigue esperando.

—No podemos llegar tarde. Nos ganaremos un retardo con el Profesor William —ambas asistimos a la primera clase de Educación física. Espero y esto le haga entrar en razón.

—No me importa el profesor ni el retardo. Esto te ganas por estar evadiéndome, tu muy bien sabes que tarde o temprano yo tengo que saber las cosas que no me dices —se cruza de brazos.

—Vamos a tomar un café y ahí me dices TODO lo que no me has dicho —camina hasta la puerta del acompañante y se sube a mi Jeep. —¿Qué esperas? Súbete antes de que nos vea el director que nos estamos saltando las clases —grita desde su asiento y entonces hago lo que me dijo.

Aparqué mi Jeep en una cafetería cercana al instituto para así poder llegar a tiempo a una clase, aunque no tenía esperanza con Nayeli a mi lado.

—Vamos, suéltalo. —Está cruzada de piernas mirándome a que hable.

—¿No quieres esperar a que traigan nuestras bebidas? —ella niega con la cabeza y suelto un suspiro.

—Ok. Como quieras.

—Claro, será como yo quiera. Pensé que era tu mejor amiga y me contarías lo que te paso. ¿No confías en mí? —frunció el ceño.

—No es eso.

Secretos PerturbadoresDär berättelser lever. Upptäck nu