CAPÍTULO 23.

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CAPÍTULO 23.


EMMA:

Había pasado ya dos semanas desde que regrese de Embriz y mi realidad me dio una fuerte bofetada ni bien pise mi departamento. Todo había cambiado y, a decir verdad, empeorado.

Aiden me propuso que fuéramos juntos a Salem para visitar a Rose, ni bien lo propuso acepte y días después estamos frente a la lápida donde se podía ver el nombre de Rose claramente.

Cuando regresamos el ambiente tuvo un drástico y dramático cambio, Aiden se la vivía en la oficia o en la biblioteca del departamento trabajando día y noche sin descanso, mientras yo me la pasaba en la universidad o en mi habitación estudiando para mi examen. Algo que llamo mi atención fue la increíble capacidad que tenía ahora para retener cualquier tipo de información. No tomo más de cinco días y unas largar horas de estudio para tener todo memorizado y listo para utilizar en el examen, por lo que había llamado al director y le asegure que me encontraba lista para realizar la monstruosa prueba.

A los pocos días de haberla realizado recibí un correo electrónico con la nota del examen y sus correcciones. El caso fue que no solo había pasado el examen, sino que fui, superando mis expectativas, la calificación más alta. El tiempo libre que ahora poseía me permitía practicar más mis habilidades, las visiones de chicas muriendo a manos del cuchillo de Caín eran, desgraciadamente, la razón por las extensas horas de estudio para mi examen, y ahora practica de habilidades. No quería ver como una chica cerraba sus ojos para siempre en el momento en que yo hacía lo mismo para "dormir".

Sabía que Lilith intentaba sabotearme por medio de los sueños, pero desafortunadamente no podía hacer nada contra eso. Ella no estaba haciendo nada para poder llevar mi alma al lugar de muerte, no estaba hechizada, no podía tomarme miles de botellas de bebidas energéticas o pastillas para no dormir, era imposible, yo tenía que dormir, y ella lo sabía. Tenía conocimiento de que yo no podría aguantar mucho tiempo sin dormir, y cada vez que cerraba los ojos las imágenes que llegaban eran espeluznantes.

Ella estaba torturándome y no podía pararla, no sin antes tener que acabar con su vida y la de Caín.

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- La cena esta lista. -Aiden se encontraba mirando su computadora mientras tecleaba rápidamente, observaba de vez en cuando unos papeles junto a su computadora y marcaba algunas cosas sobre ellas. Al oírme detuvo lo que estaba haciendo y me miro asintiendo mientras se colocaba de pie.

Dejando la puerta abierta me dirijo de vuelta al comedor empujando la silla y sentándome en ella, Aiden llego segundos después y repitió mi movimiento dejándose caer pesadamente sobre la silla.

El ambiente estaba tenso, miradas disimuladas por parte de ambos aumentaban la tensión, los sonidos de los cubiertos chocando con los platos o los vasos siento movidos constantemente eran lo único que se podía escuchar en el departamento.

- Lamento mi ausencia estos días. La empresa está pasando por su mejor momento y el trabajo es mucho mayor ahora. No quiero que te sientas excluida ni nada por el estilo. - Su mirada era intensa y penosa. Sabia la situación de su lejanía y no tenía que disculparse por trabajar.

- Entiendo que tengas que trabajar duro para mantener una empresa tan grande como la tuya, Aiden. Solo procura comer y dormir, estoy preocupada por eso.

- Te prometo que lo hare.

Con eso el silencio volvió a reinar en el lugar, ahora no tan tenso.

INMORTAL ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora