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Maratón 1/2.

Justin Bieber y Shawn mendes acaban de cantarme una canción preciosa con su guitarra exclusivamente a mí  y de repente, empiezan a darme besos por toda la cara pillándome por sorpresa. No me quejo, sonrío de oreja a oreja emocionada. Espera... ¿Qué? Eso no tiene sentido.

Gruño frotándome los ojos y maldigo a la persona que me haya despertado. Ha interrumpido el mejor momento de mi vida. O de mis sueños, ya que eso nunca pasará. Lo tengo más que asimilado. Y también tengo más que asimilado que jamás harán una canción juntos. Maldición.

-¡Dean! ¡Estate quieto! -me tapo la cara con las manos y forcejeo con él hasta que le doy un empujón tirándolo de la cama. Me incorporo sorprendida y arrepentida. Me asomo por el borde del colchón y aguanto la risa al verle gimoteando y lloriqueando tendido en el suelo-. ¿Estás bien?

-Lo estaba hasta que me has tirado de la cama -me agarra de una muñeca y tira de mí con tanta fuerza que acabo sobre su cuerpo con tan solo una camiseta y mi ropa interior. Me aparta el pelo de la cara sonriendo y me da un pequeño beso en los labios. Solo un pequeño contacto que hace que todo el vello del cuerpo se me ponga de punta-. Buenos días.

-Buenos días -sonrío levemente y frunzo el ceño al caer en que Dean está en mi habitación. Y yo estaba dormida-. ¿Te ha dejado entrar mi madre? -asiente orgulloso con una sonrisa que le ocupa toda la cara.

-Dijo algo así como ya era hora y me dejó pasar -ríe haciendo que note la vibración de su pecho en el mío.

-Traicionera -bufo rodando los ojos y me levanto. Corro hasta mi armario y me pongo unos pequeños shorts de pijama. Me mira todavía tumbado en el suelo-. ¿No piensas levantarte? ¿Y qué haces aquí?

-Quería pasar el día contigo y después si quieres podemos ir a mi casa. Vamos a ir a Venice Beach y al muelle, ¿te parece?

-La verdad es que he ido pocas veces, pero me gusta -me encojo de hombros y se pone de pie de un salto.

-Pues nos vamos, vístete -se recuesta en mi cama con los brazos bajo su cabeza y alzo las cejas.

-¿Delante tuyo?

-Juro no mirar -pongo los ojos en blanco y rebusco algo cómodo y fresco para ponerme. Todo eso siempre está abarrotado y pega el sol de lleno. Termino con unos pantalones cortos, un crop top y mis zapatillas favoritas. Cuando me giro, Dean no me saca los ojos de encima.

-¡Estabas mirando! -salto encima de él sentándome a horcajadas y le pego en el pecho ofendida. Agarra mis muñecas inmovilizándolas y sonríe divertido.

-Sophia, te he visto en bañador, es lo mismo -entrecierro los ojos fulminándolo con la mirada e intento salir de encima suyo. Tira de mí hasta que mi cara queda a centímetros de la suya-. Te besaría pero seguramente tengas un aliento de perros mañanero -bromea y ruedo los ojos riendo.

Ahora me deja levantarme sin interrupción y entro al baño. Tengo los ojos tan hinchados que no veo. Me lavo los dientes y me cepillo el pelo hasta que queda desenredado y sedoso. Salgo cuando estoy lista y me lo encuentro leyendo cada uno de los nombres de los CD's colocados en mi estantería.

-¿Así que te va el hip hop de los 90? -ríe y le tiro un cojín con todas mis fuerzas. Lo agarra antes de que le de y lo deja en mi cama.

-Deja de cotillear y vámonos -salgo de la habitación encontrándome con mi madre sentada en el sofá doblando la ropa y un Jackson embobado con algunos dibujos animados.

-Veo que has conseguido despertarla, tienes que darme tu truco, Dean -sonríe y éste aguanta la risa.

-No quieras saberlo, Sarah -abro los ojos como platos y le pego con fuerza en el hombro. Suelta un quejido y se frota la zona afectada-. Que era broma. Malpensada.

MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora