19»

92.2K 4.7K 688
                                    

Este capítulo es muy corto y es una tontería pero necesitaba hacerlo, era necesario porque así "hacía las paces" con Ethan y no quería ocupar otro capítulo. Por eso lo subo hoy, eso no quiere decir que el lunes no vayáis a tener uno, porque tendréis uno y largo. Ya lo tengo medio escrito y solo puedo decir que desde el momento en el que lo suba, habrá mucho más #TeamDean. ¡Besos!

...

Ayer había sido la fiesta en la que supuestamente Ethan me había engañado. No quería salir de mi habitación y por ello Emma y Amy me hacían compañía como unas buenas amigas. Supongo que alguien se preguntará que qué ha ocurrido con Leslie, Madison y las demás, y la cosa es que no he vuelto a saber nada más de ellas. No han puesto interés en mí y viceversa. Simplemente no me sentía bien con ese grupito.

Ahora estamos las tres tendidas sobre mi cama, mirando al techo. Amy y yo escuchamos a Emma hablar sobre su aventura sexual de la pasada noche con Jacob. Sinceramente, hay algunos detalles que sobran, pero no me importa. No tengo nada en contra de hablar de sexo con nadie. Es algo totalmente natural y de lo que todo el mundo debería disfrutar. Sin embargo, ha pasado mucho tiempo desde que no lo hago con nadie. Tampoco digo que esté desesperada, pero se echa en falta.

Estoy feliz por mi amiga. Hacen muy buena pareja y parece que se gustan un montón. Simplemente les deseo lo mejor.

Por otra parte, no puedo dejar de pensar en Dean y en su comportamiento extraño pero encantador de anoche. Parecía una persona completamente diferente a la de estas últimas semanas. Parecía que había vuelto el Dean del principio, el de la cafetería. Y me pregunto que si ahora seguirá ignorándome como ha hecho este tiempo. Espero que no, pero no sé qué pensar.

Me llevo otra patata frita a la boca y hago una mueca mirando la bolsa casi vacía. ¿Qué me pasa? Parece que he echado todo mi esfuerzo por la borda, lo he mandado a la mierda. Me he estado pasando con la comida últimamente y en vez de salir a correr me quedaba en casa o quedaba con mis amigos. Y sí, quedar con mis amigos está bien, pero lo que hacemos es comer y estar sentados o tumbados. Obviamente no nos movemos, somos todos unos vagos.

Dejo la bolsa en el suelo mientras mi amiga rubia sigue hablando. Las dos tienen una resaca de aquí hasta China y se les nota con tan solo mirarlas. Eso es lo malo del alcohol, el día siguiente: dolor de cabeza, malestar, sed intensa, dolor de estómago, náuseas... En conclusión, puede que me hayan engañado, pero al menos me he librado de una buena.

Como si Dios me estuviese leyendo la mente, mi hermano entra corriendo en la habitación, abriendo la puerta.

-Soph, ha venido tu novio a verte -frunzo el ceño inmediatamente y Emma se calla de golpe. Las dos me miran. Están al tanto de lo sucedido y ven cómo me levanto de la cama.

Me arreglo el pelo con los dedos y me coloco bien el pijama. Estoy horrible pero me da igual. Si va a estar conmigo que lo esté hasta cuando parezco sacada de un contenedor de basura.

Jackson baja detrás de mí las escaleras y me fijo en mi novio. Lleva el pelo despeinado y tiene una pinta de resacoso más importante que la de las otras dos. No me extraña con como lo vi anoche.

-Sophia... -le interrumpí cogiéndole del brazo y le saqué a la terraza. Ni de coña quería a mi madre cotilleando nuestra conversación, y sabía que lo haría a la mínima oportunidad. Es como si mi madre tuviese el complejo de querer ser adolescente pero en el cuerpo de una mujer de 43 años. Y sí, mamá, la verdad es que ya no tienes 17 años como yo. Casi 18, debo añadir.

Cierro la puerta corrediza de cristal de un tirón y le miro cruzándome de brazos.

-¿Y bien? -quería escuchar lo que tenía que decir y por nada del mundo iba a mostrarme débil o afectada ante él.

-Me he enterado de lo que te dijeron anoche. Es mentira, escúchame. Yo nunca te engañaría, sería un gilipollas si te dejase ir -sus ojos parecen mirarme con preocupación y desesperación. Por desgracia no le conozco lo suficiente como para saber si es fingida. Giro la cabeza hacia otro lado, no queriendo mirarle. Él lleva sus manos a mis mejillas y hace que le mire. Clavo mi mirada en la suya-. Sophia, contigo lo tengo todo. ¿Vale? Por Dios, no quiero ni pensar en perderte.

Suspiro agachando la cabeza y él vuelve a levantarla por mi mentón. Me mira todavía con expresión desesperada y deja un beso en mis labios. Un simple y suave beso que hace que todo mi cuerpo se destense. Al notar mi reacción, vuelve a besarme. Esta vez con más ganas.

No tengo motivos para desconfiar de él. ¿Iba a fiarme de un tío borracho que quería acostarse conmigo? No podía simplemente mandarle a la mierda por las palabras que ese personaje me dijese.

Sonrío cuando me repite una y mil veces lo preciosa que soy y me deja muchos besos más. Acaricia mis mejillas sonriente y me mira. Sabe que le he perdonado, lo sabe y no hace falta que diga nada.

-Tengo que irme pero mañana nos vemos, ¿vale? -asiento y le beso por última vez como despedida. Besa mi cabeza y sale de la casa. ¿A dónde va con tanta prisa? Acababa de llegar.

Vuelvo a subir a mi habitación y me tiro sobre mi cama con las otras dos. Se callan al verme y me miran con atención y curiosidad. Es como si estuviesen buscando algún signo de tristeza en mi cara o algún rastro de lágrimas en mis mejillas. Al ver que no digo nada, Amy, toda cotilla, tenía que romper el silencio. Así es ella. No se calla ni debajo del agua.

-¿Y bien? ¿Qué ha pasado? ¿Qué te ha dicho? -pregunta impaciente por saber.

Me encojo de hombros y la miro sin interés.

-Me ha dicho que es mentira, que nunca me haría eso -me miran con los ojos abiertos, incrédulas.

-¿Y ya está? ¿Le has creído? ¿Así de fácil? -asiento sin querer hablar mucho del tema.

-¿Qué puedo hacer? Lo único que me queda es confiar en él. Nadie les vio, yo no les vi. ¿Voy a creerme las palabras de un tío borracho que no conozco de nada? No, claro que no. Si no confío en él, ¿qué sentido tiene la relación?

-Yo no digo nada, Soph. Pero no sería la primera vez -frunzo el ceño haciendo que se explique-. Ha engañado muchas veces a su ex, y a parte, nunca le han gustado las ataduras. Siempre ha tenido varas chicas para él a la vez. Le gusta ser libre, por eso nos extrañamos cuando nos lo contaste. Tampoco te decimos que Dean haya sido ejemplar con este tema, pero al menos él nunca ha puesto los cuernos.

Emma parece que nota cómo mi expresión pasaba totalmente a ser una mueca preocupada, porque añadió rápidamente:

-Con esto Amy no quiere desanimarte ni nada e eso, a lo mejor le has abierto los ojos.

-Sí, puede... -mis palabras suenan más como un susurro.

No quiero ni pensar en ello.

MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora