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Me desperezo en la cama sonriendo. Qué bien se siente levantarse a las doce de la mañana un miércoles. Segundo día de vacaciones y ya me he acostumbrado a despertarme tarde. Alargo el brazo cogiendo mi teléfono sobre mi mesilla y miro los mensajes. Sonrío más al ver que tengo uno de Ethan y lo abro de inmediato.

Miércoles a las 11:38.

¿Estás libre? Voy a salir a comer con Dean y queremos que te unas.

Sonrío y me levanto corriendo de la cama. Bajo las escaleras de dos en dos con cuidado de no matarme o torcerme el tobillo y salto en éstas últimas. Me asomo a la cocina, donde está mi madre cocinando algo que huele malditamente delicioso. Me acerco angelicalmente a ella y rodeo su cintura desde atrás apoyando mi cabeza en su hombro.

-Mami... -sonrío como una niña pequeña y adorable y ella se limpia las manos en un trapo que encuentra sobre la encimera. Se gira hacia mí suspirando y me veo obligada a soltarla.

-¿Qué vas a pedirme, Sophia? -muevo mis pies poniendo ojos de cachorrito y agito mis pestañas mirándola.

-¿Puedo salir a comer con unos amigos?

Ella pone los ojos en blanco y se dirige hacia la entrada. Abre su bolso, que cuelga desde la percha y saca su cartera. Me tiende dos billetes sin mediar palabra, uno de 20 y otro de 30 dólares. Le sonrío cogiéndolos y desaparezco escaleras arriba después de agradecerle con un beso en la mejilla.

Rápidamente le mando un mensaje a Ethan diciéndole que iré y recibo uno de vuelta diciendo que pasarán a buscarme en una hora para después ir al cine a ver una nueva película de acción bastante sangrienta. No me quejo, me gustan las películas de acción, pero no soporto ver la sangre. Seguramente pase la hora y media que dura mirando entre los huecos de mis dedos, pero está bien. No sería la primera vez que lo hiciese.

No me esmeré mucho en el conjunto de ropa, me decidí por algo sencillo pero asegurándome de lucir bien. Iba a estar con Ethan y no quería que saliese corriendo. Sin embargo, me da igual cómo me vea Dean. Peor de lo que me vio el día que vino a mi casa no puede verme.

Hoy el día está bastante nublado, el sol no se deja ver en ninguna zona del cielo gris, pero aun así, no hace frío. Acabé de maquillarme y de echarme mi colonia favorita: Anais Anais, de Cacharel.

Cuando vienen a buscarme, me subo al coche saludando emocionada, rebosando felicidad.

-Me asusta verte así, ¿qué te pasa? Parece que te haya tocado la lotería o algo así -río divertida ante el comentario Dean y me abrocho el cinturón. Me encojo de hombros sonriendo.

-Si me hubiese tocado la lotería no estaría perdiendo el tiempo con unos idiotas -sonrío como una niña pequeña cuando los dos se giran para fulminarme con la mirada-. Simplemente estoy feliz porque son vacaciones.

Me encojo de hombros sin perder mi sonrisa y ellos niegan divertidos, antes de que Dean arranque el coche y empiece a conducir hacia el centro comercial.


Acabamos decidiéndonos por ir a Applebee's para comer. Estamos sentados en una de las muchas mesas del local. Ethan a mi lado y Dean en frente de mí.

Cada uno come de su plato y le doy un manotazo a Ethan cuando intenta quitarme una patata frita. Le miro mal y él hace un puchero adorable. Ruedo los ojos disimulando una sonrisa y le dejo unas cuantas en su plato sin poder resistirme.

Que yo le haya dado mi comida a alguien es grave.

Mi otro amigo, hace un puchero mirando mi comida.

-¿A él le das y a mí no?

-Supéralo, Soph me prefiere a mí -Ethan sonríe burlón, bromeando, y consigue que Dean frunza el ceño inmediatamente.

MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora