Amor de Internet | FANFIC 1D

Capítulo 5

Al día siguiente me desperté con el sonido de mi despertador eran las 6:30am. Me levanté, tomé una ducha, una larga ducha. Luego salí y busque en mi closet unos jeans medio gastados , una blusa suelta que mostraba un hombro y mis converse negros.

Bajé y allí estaba Niall haciendo el desayuno

-Buenos días - Dije dándole un beso en la mejilla.

-Buenos días enana - Me respondió sonriendo.

-Y que hay de rico para desayunar? - Pregunté acariciando mi estómago.

-Qué te parece un un café con torta de chocolate? tu favorita – Dijo y puso una taza de café en frente de mi y un plato con un gran pedazo de pastel de chocolate.

-Niall James Horan sabes que te acabas de ganar todo el amor de tu hermana?

-Lo tomaré como un "gracias" - Respondió riendo - Pues, no tienes porque.

-Eres increíble - Lo alagué sonriendo, luego de terminar mi desayuno subí a tomar mi bolso para ir a la Universidad.

Ya eran las 7:30am, tenía que apurarme en 30 minutos tenía que entrar.

Luego de un largo día de estudio, que sinceramente no me estaba gustando mucho, me fui hacia mi casa, almorcé y luego de estar un rato mirando el techo desde mi cama, salí hacia mi trabajo.

Al volver en la noche, cené con Niall, luego le pedí si el podía lavar los platos solo, estaba muy cansada. Subí a mi habitación y tomé mi celular por primera vez en el día, ni siquiera me había acordado. Vi varios mensajes, de Styles.

"Buenos días, conocida"7:10a.m.

"Hey estás durmiendo?"8:00a.m.

"Conéctate..." 1:05p.m.

"Vale te has quedado sin...internet?"5:34p.m.

"Okei ya dejo de molestar"6:12p.m.

Wow...si que quería hablarme...bien, le contestaré.

"Hola?...lo siento, estuve estudiando y luego fui al trabajo y todo...recién llego a mi casa"

Apenas le mandé el mensaje ya estaba en línea, bien...

"Hola! hasta que te conectas!"

"Si, lo siento jaja. Cómo fue tu día?" le pregunté.

"Bien, cansador por el trabajo, pero bien, y a ti cómo te fue?"

"Igual, pero bien, oye no te he preguntado, de dónde eres?" tenía curiosidad sobre él.

"De Holmes Chapel, y tú de alguna parte de Estados Unidos supongo?"

"Oh, Inglaterra...si, de Boston" estaba muy lejos. Él era muy bonito, se me dio por ir a ver su perfil, tenía ojos verde esmeralda, una sonrisa perfecta, su pelo era algo ondulado y un poco largo, y tenía hoyuelos.

"Que bien, oye, mañana seguiremos hablando vale? estoy muy cansado en realidad, que descanses bonita"

"No hay problema que descanses tú, hasta mañana" se desconectó.

Tenía varios mensajes de más amigos, pero sinceramente no tenía ganas de contestar ahora, digamos que solo hace 2 noches me vengo conectando por él, vaya eso suena cursi.

Luego de eso dejé mi móvil en mi pequeña mesa y me puse a hacer tarea, era demasiada, mis ojos ya no aguantaban cada vez se hacían mas pesados...se me cerraban los ojos lentamente...hasta que caí en un profundo sueño.

Habían pasado un par de días desde esa noche. Era sábado por suerte, hoy no tendría que levantarme temprano, ya era mediodía igual, nunca me despertaba tan tarde, me levante y fui a la cocina a tomar un vaso de leche, cuando iba a abrir la heladera vi una nota pegada a ella.

"______, fui a pasar el día con los chicos, en el horno de dejé la comida, caliéntatela, y te aviso que no voy a llegar hasta la noche, cuídate."

Bueno, al menos no me tendría que cocinar, la vida a veces pareciera que me amara.

La dejé arriba de la mesa, agarré mi vaso de leche y subí a mi habitación, allí me tiré nuevamente en la cama. Estaba demasiado cansada y no tenía ganas de nada, encima estaría sola todo el día, ya que Niall se estaba divirtiendo con sus amigos. Se merece un poco de diversión, no es un chico que salga siempre, pasaba en su cuarto con su guitarra componiendo música, mirando películas o haciendo la comida. Me gustaba que saliera de vez en cuando.

Como estaba tan aburrida y el sol no se veía, decidí salir a correr un rato, relajarme con música por ahí. Tomé ropa deportiva que tenía archivada en un cajón, ya que hace tiempo no salía por deportes.

Cuando estuve pronta salí de casa, puse música en mis oídos, y comencé a calles cerca de mi casa, había viento y no hacía calor, era perfecto, tan perfecto que decidí cerrar los ojos por un momento para que el aire fresco me chocara en la cara, pero fui yo la que chocó con algo y quedó tendida en el piso.

-Oh por Dios estás bien? - Sentí la voz de un chico, al abrir los ojos vi a un chico mirándome preocupadamente y tendiéndome su mano para levantarme, se la tomé.

-Si...estoy bien, lo siento, soy una tonta - Me disculpé sonriendo y limpiando mi ropa por el polvo, todo bien hasta que apoyé mi pie derecho y grité de dolor.

-Qué tienes?! - Preocupado se acercó a tomarme por la cintura cuando casi estaba por caer de nuevo, vaya, era sexy.

-Mi tobillo, uf me dolió al apoyarlo. - Le informé haciendo una mueca de dolor.

-Vale...te lo habrás torcido por mi culpa, te llevaré a tu casa.

-Qué? no, no te preocupes, y no fue tu culpa, fue mía.

-Terca eres - Reímos - Te llevaré si, dónde vives? - Preguntó simpáticamente.

-A unas tres cuadras de aquí, recién había salido a correr.

-Vale, ven aquí - Sin dejarme pensar ningún movimiento, tomó mi brazo y se puso de espaldas haciendo que quedara encima de él como caballito, vaya habilidad.

-Eres rápido. - Dije riendo.

-Me lo han dicho. - Contestó de igual manera.

-Idiota

-También me lo han dicho - Dijo y reí. Luego de apenas unos minutos llegamos a mi casa, pareciera que no le hubiera hecho nada llevarme arriba suyo.

-Muchas gracias por traerme, podría pedirte un favor ...em...? - No sabía su nombre

-Louis, Louis Tomlinson - Contestó con una sonrisa - Y si, qué necesitas ...?

-______, ______ Horan.

-Bien, ahora dime.

-Me puedes traer hielo del refrigerador? es por allí - Le señalé la cocina, sin decir palabra alguna se dirigió hacia allí, y a los segundos ya estaba a mi lado con una bolsa de hielo.

-Ven siéntate - Me tomó en sus brazos como si fuera bebé y me recostó en el sofá, sacando con cuidado mi zapatilla y poniéndome el hielo cuidadosamente, era lindo.

Estábamos en silencio, ambos mirando mi pie, como él me ponía el hielo y masajeaba con cuidado la zona hinchada. De repente el teléfono de la casa comenzó a sonar detrás de mi, lo tomé y atendí.