Nuevo destino

Capítulo 1

El país del fuego albergaba a la aldea más fuerte entre las cinco grandes naciones, la aldea de la Hoja, era conocida por muchas cosas, de esa salían muchos de los shinobis más fuertes, respetables y peligrosos, era una aldea donde muchas personas querían vivir ya que había paz y tranquilidad no importaba si había guerra o no, todas las personas vivían en armonía, menos una, que ahora mismo se encontraba en una cama de hospital, con casi con la mitad del cuerpo quemado y casi irreconocible por todos los golpes que había sufrido, pero claro eso nunca iba a salir a la luz, ya que eso implicaría que los tratos fuera de la aldea se rompiera. En dicha sala se encontraban síes personas que se encontraban mirando como dejaron al pobre chico que no tenía la culpa de nada, uno de los que estaban en ese lugar era el tercer Hokage que miraba con mucha tristeza el cuerpo del rubio que estaba conectado a una cinco máquinas y con un respirador artificial.

Chicos pueden dejarme solo con el Hokage-Dijo Una mujer de piel blanca, ojos negros que por su furia se estaban tornando rojos poco a poco, un traje de anbu, cabello negro que llegaba a sus nalgas, cuatro personas salieron de la habitación al escuchar lo que les podio su líder, y ella con una velocidad increíble creo una barrera para que nadie oiga lo que iba a decir- YA NO AGUANTO MAS HIRUZEN...ME DARAS LAS CUSTODIA DE NARUTO- el nombrado observó a la pelinegra que estaba furiosa, su chakra explotó en la habitación, pero él no podía decir nada, ella tenía motivos para estar así- DIME QUE MAS QUIERES PARA QUE YO CUIDE AL CHICO....HOY LE QUITARON UN OJO...LE QUEMARON, LAS MANOS Y LOS PIES, Y LUEGO LO CRUCIFICARON- la pelinegra estaba llorando del enojo que sentía al ver al rubio en ese estado, no podían ni tocarlo por el temor que sienta dolor- accedí a que mi hija matase a todo el clan para que no haya un golpe de estado...y lo soporte...pero ya no puedo aguantar ver al chico así...por culpa de esos bastardos....mañana espero una respuesta

Mikoto, mañana llévame los papeles de adopción-Dijo Hiruzen para felicidad de la pelinegra que por fin podía cuidar al chico luego de eso Mikoto desactivo la barrera para que los cuatro ninjas que salieron volvieran a entrar- En que piensas Kakashi

Minato_Sensei y Kushina_Sama de seguro están indignados y tratando de salir de su tumba, para castigar a los aldeanos-respondió Kakashi cosa que fue acompañado por el asentimiento de sus cuatro compañeras y claro una mirada de furia de parte de Mikoto que miro a otro lado para que nadie la viera- no entiendo como ellos, no se dan cuenta que entre Naruto y el Sensei no hay mucha diferencia

Esto cada vez es peor- fue el pensamiento de Hiruzen que no se alejaba de lo mismo que pensaba la pelinegra que parecía más tranquila- mañana ustedes estarán a cargo de proteger a Naruto... me importa un carajo lo que piensen los miembros del consejo...yo soy el Hokage y punto...entendieron- los cuatro anbus asintieron y desaparecieron en una bola de humo- Mikoto...no irás a tu casa- la pelinegra negó con la cabeza- y que pasa con Sayuri

Ella estará bien-Respondió Mikoto tranquilamente observando al rubio que parecía parte de una máquina- de seguro ya se enteró de lo que pasó y entenderá- Hiruzen asintió ya que se podría decir que la hija menor de Mikoto era muy amiga de Naruto- de seguro vendrá mañana a visitarlo

Mientras esa conversación ocurría dentro de Naruto había una conversación más importante que incluía la vida del rubio, claro eso nunca lo iban a saber los que estaban afuera ya que esta conversación era privada entre una hermosa pelirroja que aparentaba tener unos 20 años de edad con un niño de 6 años que estaba flotando frente a ella y que aun así era más terco que una mula. Durante estos seis años la pelirroja estuvo en el interior sellado, nunca entendió cómo pudo volver a su forma original, después de convertirse en un enorme zorro por culpa del odio y nunca más volver a su forma normal, desde que fue sellada dentro del rubio, el odio que sentía hacia las personas desapareció, pero la impotencia que tenía al ver que día a día el chico que era su captor, era maltratado hacía que ese odio vuelva