Cap.8

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Sam sospecho de Nico, pero claramente no iba a decir nada. No eran amigos ni suficientemente cercanos para preocuparse entre sí, pero quería ser más cuidadosa ya que no conocía al verdadero Nico Di Angelo.

- ¿Puedo preguntar sobre alguien? -. Fue lo primero que se le ocurrió cuando algunos de los semidioses que había conocido le hicieron una seña para acercarse.

Actualmente la hija de Thanatos se encontraba en el comedor, aunque ya había terminado su comida y Nico ya se había retirado. La mayoría de los campistas ya habían terminado también, pero todos parecían disfrutar del ambiente amistoso de hablar con tus compañeros y hermanos.

Se acercó a Hazel específicamente, y esta pareció notar a quien se refería.

- Claro, ¿me acompañas a ver a los caballos?

***

Sam era más alta que Hazel, pero Hazel caminaba más segura sobre lo que iba a pasar. Sam no sabia si preguntar o esperar.

Los establos no estaban tan lejos, y Sam no sintió tanta sorpresa de parte de los semidioses cuando entraron.

Algunos caballos relincharon inquietos por la presencia de dos hijas de dioses del inframundo. O tal vez solo ella, ya que Hazel sonreía y los acariciaba.

La hija de Plutón se acercó a un lugar especial en la que se apreciaba un hermoso caballo de pelaje dorado y brillante.

Hazel elevó la mano como para acariciarlo pero la tierra tembló un poco y unas pepitas de oro salieron flotando hacia la palma abierta de la chica.

- Este es Arion, el caballo más rápido del mundo, le gusta comer oro.- al decir eso sonrío nostálgica.- Ahora, que querías preguntar?

- Es sobre Di Angelo.- respondió, intentado ordenar sus ideas.

- Si, lo supuse, ¿que sucede con Nico?

La chica no parecía tener más de 14 años pero era bastante cautelosa, como probando el terreno.

Arión bufó.

- No es que quiera usarlo en su contra ni nada, pero me preguntaba si tiene algún problema con visitar a los muertos.- Hazel frunció el ceño.- O a los familiares muertos, no he oído mucho sobre el, pero mencione una visita a mi madre y pareció diferente.

Hazel asintió, aún con el ceño fruncido, Arión buscó con el hocico su mano, como reconfortandola.

- No sé si debería decírtelo yo, pero Nico tiene prohibido ver a su madre. Según Hades, es para su bien.- La romana cerró los ojos.- Puede que se sienta incómodo, pues no tiene más que unos pocos recuerdos de ella, de cómo murió, y como Hades le prohibió invocarla.- La chica asintió de nuevo y abrió los ojos, explicando que eso era todo que le iba a decir.

- Gracias, no quería incomodarlo más.- respondió sin saber cómo llamar a la emoción que Nico podía sentir.

- Aprecio que lo tengas en consideración, y si quieres más respuestas, él va a tener que dártelas.

Sam asintió y salió de los establos para encontrarse con Frank.

- ¿Está todo bien?- fue lo primero que pregunto, y luego pareció avergonzado.

- Si, Hazel está adentro.- el chico sonrío.- con Arión.- la sonrisa se borró.

- Ya veo, gracias.

***

La chica caminó hacia el barquero Caronte, Sam tenía una capucha negra, en la que los bordes se retorcían fuegos blancos.

- Llévame con mi madre.- Ir a visitar a su madre no era raro, era especial.

Cuando llegaron bajo tranquilamente como era su rutina, y pago una moneda de cobre.
Fue hacia donde se encontraba su madre, los campos Asfódelos.

Su alma brillaba como las demás, pero Sam ya había aprendido a distinguirla. A veces le parecía triste que esa parte de ella no la recordaba, que se viera tan confundida.

Extendió su mano hacia el espíritu y traspaso hacia dónde una vez estuvo su corazón.

***

El escenario cambio y ya no se encontraba en los campos, si no en un restaurante.

Estaba sentada en una mesa con ropa informal al contrario de su madre, una mujer de cabello negro y piel algo oscura, hermosa.

Su madre llevaba un vestido negro que combinaba con su cabello y resaltaba su piel color caramelo.

- Hola.- siempre se sentía nueva, como si fuera la primera vez que se reunían.

Su madre sonrío, y Sam quería abrazarla, y llorar, o ambos.

- Te extrañe, tardaste.- fue todo.

- Fui al campamento mestizo.

- Ya veo, ¿qué tal estás?

Un mesero se acercó, el restaurante es rústico pero elegante y acogedor. Sam solo pidió una bebida, ya que ya había comido.

- Estoy bien, estoy mejor.- su madre asintió.- Tardaré un poco más en acostumbrarme.

Su madre pregunto porque.

- Bueno, tengo un compañero de cabaña por ahora su nombre es Nico Di Angelo, y es hijo de Hades.

Su madre asintió, y pregunto cómo iba todo.

Sam le contó sobre los amigos que había hecho gracias a Nico, aunque sentía que Nico no era exactamente su amigo.

También le contó sobre la entrada que había tenido, y como había hablado con los semidioses que habían salvado a Thanatos.

Su madre era la única amiga que se había permitido tener refiriéndose a lo íntimo, antes pensaba que eran ellas contra el mundo, siempre le contaba todo lo que podía, y si se guardaba algo, siempre tenía una razón.

"Fue tu culpa."

No era cierto, Sam lo sabía, no era cierto. Su madre también sabía eso.

Siempre que acaba el tiempo, Sam se sentía nueva, como un juguete yendo a ser reparado, como un alma renaciendo. Cuando pasaba un tiempo antes de poder visitarla de nuevo, sentía como si el juguete se hubiera vuelto a malograr y el alma hubiera muerto de nuevo.

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⏰ Dernière mise à jour : Feb 17, 2017 ⏰

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[Del Inframundo] Nico Di Angelo y tu ~Où les histoires vivent. Découvrez maintenant