Las memorias le invadían dia a dia, se inundaba entre lágrimas que mojaban su rostro cada noche. No se sentía con ganas de nada, mas que de dormir. Le gustaba dormir, porque era como morir pero solo por un rato. Sus pensamientos estaban blancos , no tenia nada en la cabeza mas que dolor y angustia. Cada mañana salia el sol pero en su cabeza llovia.Todas las noches iguales. Lágrimas, llantos y una afilada cuchilla deslizándose por sus extremidades. El dolor físico le consolaba, le hacia no recordar ese sufrimiento moral que le destruía. Al fin conseguía coger el sueño aun sin deshacerse de la jaqueca que le creaba pensar demasiado.Una fría mañana de Noviembre le daba los buenos días unas horas mas tarde. A pesar de no haber pegado ojo la noche anterior, se veía con fuerzas como para levantarme y hacer algo con su vida. El suelo de su habitacion estaba frío, a si que solo le daba para andar unos cuantos pasos de puntillas hasta llegar a la alfombra. Decidida, salió de su habitacion y pensó que sería un dia diferente, a lo mejor porque era su cumpleaños. No le dió muchas vueltas al tema, al final era un dia como otro cualquiera pero ya que ese dia marcaba una fecha pensó que algo diferente podria ocurrir
