Cristobal. Aun no conoces mi lado hambriento

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Me encontraba frente al edificio donde vive Sara esperando que bajara. Ya le había pasado un mensaje que estaba esperando. No puedo negar que me encuentro un poco nervioso me asusta no agradarle a Sara o que ella no me agrade. Aproveche de revisar mis redes sociales mientras Sara baja y de pronto se abrió la puerta del edificio y ella salió, solo puedo decir que luce hermosa, su cabello suelto, su manera jovial de vestir, su caminar.

— hola. — me dice sacándome de mis pensamiento.

— ho-hola, ¿ como te encuentras?— le pregunté acercándome a ella para besarla en la mejilla.

— bien, gracias por la invitación.

— ¿vamos?

— vamos.

Nos subimos al auto para ir al restaurante, es uno de mis favoritos, a veces voy con Marian y Tom, nos recuerda cuando nuestros padres nos llevaban a comer. En menos de 30 minutos llegamos y pasamos el camino hablando de las cosas que nos gustan, parece que tenemos muchas en común.

Llegamos al restaurante y pedimos una mesa para dos cerca del ventanal donde mi madre le gustaba sentarse.

— espero te gusten la hamburguesas.— le dije mientras tomábamos la carta.

— no, mucho.— me dijo con cara de desagrado.

— ¿de verdad?.

— mentira claro que me encantan, sería una persona muy rara.

— sí bastante, aunque igual me parece serias agradable. — mi mente me traiciono. Ella solo se sonrojo y me regaló una sonrisa.

— no se que pedir, ¿que pedirás tu?.

— una doble carne, con todo. Papas y un gaseosa.

— yo quiero lo mismo.

— es bastante comida para una chica.

— Cristobal. Aun no conoces mi lado hambriento. Puedo llegar a comer mas que tu.— eso me causo mucha risa y me carcajeo en su cara. —¿ no me crees?

— no. — le dije desafiante.

— ya verás. — me dijo haciéndose la ofendida.

Cuando llegó la comida empezamos a comer y de verdad Sara come muchísimo, igual que yo, me gusta que sea espontánea, no como las chicas con las que he intentado salir, frías y aburridas.

—no es bueno juzgar un libro por su portada. — me dice para terminar su soda.

— es verdad.

— soy hija única, pero mi tía tuvo 4 hijos varones y cada uno se lleva un año de diferencia somos todos contemporáneos de edad, me acostumbre a comer igual que ellos.

— eso no lo sabía.

— mis padres no pudieron tener más hijos. Pero mis primos son mis hermanos.

—Pobre del que te pretenda.

— no no son violentos, al ultimo solo lo dejaron paralítico. — dijo riendo. Yo no sabía si reír o salir corriendo.— mentira mentira.

— ya me había asustado y estaba buscando un sitio para escapar.

— en realidad están muy pendiente de mi, pero yo los mantengo en su lugar para que no se pasen.

— yo no tengo primos, mi tia Gloria es la única que tengo y no ha tenido hijos.

— ¿por eso los ayuda tanto?

— si, al principio ella se obsesiono mucho en cuidarnos, pero su esposo le puso límites ya que se estaba enfermando, como ella no puede tener hijos estaba tomándonos como sus hijos.

—wow que fuerte.

—sí, la ocupamos más en la empresa para que estuviera ocupada, entre eso y la muerte de mis padres estuvo muy mal. Al principio se mostró fuerte pero en el fondo todos sabíamos que le afectó también.

— me imagino lo que se sintió.

— mi tia era la mejor a amiga de mi madre desde la universidad, así se conocieron mis padres.

— que lindo— me dijo con un sonrisa.

—ellos se enamoraron desde que se vieron por primera vez, luego que mi madre se graduó mi papá le pidió matrimonio. En plena fiesta de graduación.

— como una película.

—si. Eres un poco romántica ¿no?.

— lo normal para ser mujer.— me dice naturalmente.

—Marian es super romántica, de ver novelas y películas cursis.

— Honey y yo hacemos maratones de películas románticas.

— ¿de verdad?— le pregunté riendo.

— si, estás invitado un día.

—ok, ok, pero tenemos que cocinar. — hablar con ella me salía tan natural.

— es un hecho entonces.   

En Esto Creo, Nuestro amor. Serie hermanos Mejias #1 #Wattys2017Where stories live. Discover now