eres un a mujer super especial.

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El fin de semana paso lento, Cristóbal me ha estado llamando pero no le he respondido la verdad no se que decirle, no quiero quedar como una zorra pero tampoco quiero perderlo. Estoy en el sofá del departamento tratando de ver televisión, ya que no puedo concentrarme en ello de solo pensar en lo que paso con Cristóbal.

— ¿estas bien?— me dice Honey saliendo de su habitación.

— no mucho.

—amiga tienen que hablar.

—es que no se, siento como una vergüenza.

—¿vergüenza? si el te beso primero.

— si, pero yo lo seguí.

—por Dios Sara ustedes se quieren y ya. No hay nada de malo.

— ¿sera?

— claro que si. Vamos a salir para que te animes un poco. Hoy en domingo.

— ¿pizza?.

— pizza.

Honey y yo nos arreglamos y salimos de casa para almorzar pizza. Los domingo no usamos el auto de Honey por que nos gusta caminar.

— ¿Te sientes mejor?

— un poco.

— la pizza cura los males— me dice Honey.

Mi teléfono comenzó a sonar, cuando vi era una llamada la casa de los Mejias.

—alo.

— hola Sara es Monica.

— si Monica dime.

— Tom está enfermo. Tiene mucha fiebre.

— wow. ¿que puedo hacer?

— Él quiere que vengas.

—ya voy para allá.— le colgué.

Me levanté de la mesa y le informe a Honey que iba para casa de los Mejias. Salí corriendo del restauran y me monte en un taxi, me angustiaba mucho saber que Tom estaba enfermo y que me necesitaba. Gracias a Dios llegue muy rápido a la casa, Tom estaba acostado en su cama con una fiebre muy alta.

— ¿y ya lo vio un médico?— le pregunté a Mónica.

— si, hace rato se fue, tenemos que esperar que los medicamentos hagan efecto.

—hola Tom.— le digo sentándome a la orilla de su cama.

— Sara. que bueno que viniste.

— tenía que venir a verte un rato.

— gracias. ¿Hoy te quedas a dormir?— me pregunto y Monica y yo nos vimos.

—no se, Tom.

— Monica llama Cristobal y pregúntale si ella se puede quedar.

— Cristobal está el su despacho. Le voy a preguntar.— me dice mirándome Monica. Yo solo asentí.

Me quedé un rato con Tom viendo televisión, mientras se le bajaba la fiebre cuando vi la hora eran casi las 8 de la noche. Monica me dijo que podía quedar si quería, por otro lado Cristóbal nunca subió a ver como estaba Tom, aunque Marian y Monica le echaban un vistazo de vez en cuando, Espero que haya sido por mi, aunque la situación era un poco incomoda yo seguía trabajando allí. Poco a poco me quedé dormida junto a Tom.

— Sara, Sara.— Escucho una voz a lo lejos. Abrí mis ojos y vi que era Cristóbal.

— Hola. Me quede dormida.— El solo me sonrió.

— Ya vi, ¿quieres cenar?.

—¿ que hora es?.

— las 10 de la noche, Mónica me dijo que no has comido.

— esta bien, yo bajo ahora.

— Sara por favor tenemos que hablar.— me dijo casi rogando.

— esta bien, vamos.— Cristobal y yo bajamos a la cocina. Mónica nos había servido un sandwich y nos dijo que iba a subir a darle una vuelta a Tom.

— gracias por venir, Tom te quiere mucho.

— y yo a Él.

— gracias— me dijo y tomo mi mano. Yo inmediatamente la quite.— Sara, tenemos que hablar.

— si, Cristobal yo te pido disculpas por lo que pasó.

—yo soy quien debe disculparse, yo te bese.

— y yo te correspondí.

— Sara, me gustas .— eso que me dijo fue demasiado bonito, sus ojos me lo decían, sus manos estaban en las mías.— eres un a mujer super especial.

En Esto Creo, Nuestro amor. Serie hermanos Mejias #1 #Wattys2017Onde histórias criam vida. Descubra agora