Espinas benevolentes

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1999

—Doctor, de verdad necesito saber si yo fui el culpable.

—Hay algo que está bloqueando tus recuerdos, Tristán, eso es claro.

Tristán contemplaba a su nuevo psicólogo, no le caía bien, pero lo necesitaba.

La idea se la había dado Staphina, cuando él había vuelto de su paseo nocturno, había comprendido que algo debía hacer y ella estaba allí para él, como siempre.

"Recuerda" había dicho en su mente.

Y eso quería él, recordar.

Había demasiadas cosas que debía recordar.

—¿Por dónde debería empezar? —preguntó Tristán manteniendo la calma.

—Por el principio, que es lo primero que sepas de verdad que no recuerdas.

—Mi nacimiento.

El doctor esperó mientras Tristán bufaba.

—De verdad es agotador revivir toda mi existencia con cada nuevo psicólogo. No recuerdo muy bien que le dije a Staphina antes de irse.

—¿Antes de que tú la ayudases...?

—Sí, sí, eso. Antes de que todo pasara.

—Cuéntamelo, ¿cómo, cuándo y dónde? Intenta ver el rostro de Staphina, intenta recordar como era el clima y el sonido de el tren tras de ti.

Tristán cerró los ojos, casi podía oler el humo que despedía el tren, ¿o era de un cigarrillo?

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1982

Tristán había tenido la brillante idea de que ella podría irse en tren hasta la frontera. La estación de tren aún funcionaba en ese entonces y estaba bastante lejos, Tristán solo había viajado una vez en tren cuando tenía ocho años a la casa de campo de un amigo de su Granny, su abuela intentó explicarle que tan alto debía hablarle al señor Focks para que oyera, pero Tristán solo podía gritarle al pobre hombre.

Staphina volvió de comprar el ticket, Tristán la contempló acercarse con su cabello rebelde atado y la ropa limpia de sangre, él suponía que ella se había cambiado y bañado luego de lo ocurrido. Se maravilló de lo inteligente que podía llegar a ser su chica.

Parecía tan apagada y sin vida que le dolía.

Le tomó la mano mientras esperaban el tren de medianoche.

Estuvieron callados más tiempo del que el chico hubiera querido, pero no sabía que decir. Hasta que recordó algo importante.

—Te encontraré, Staph. Lo prometo, juro encontrarte otra vez y espero que tú quieras eso también.

Ella solo sonrió ante sus palabras.

—Ay, mi pequeño Tristán cara de pan, ¿qué voy a hacer contigo? —dijo y le alborotó el cabello.

Estaban de pie, al borde del andén, esperando con una mujer y dos niños como única compañía; uno de los pequeños dormía.

Le dolía, perderla le dolía demasiado, pero haberla conocido era la cosa más maravillosa que jamás le había ocurrido. No podía creer que un ser tan genial y perfecto a sus ojos haya sido su amiga, su vida en tan poco tiempo. Y ahora se iba. Para siempre.

—Volveremos a vernos, no te preocupes por eso. Has hecho más por mí que cualquiera jamás. Me has enseñado que hay inocencia en la vida y una salvación para todos —dijo ella. Tristán creía ver lágrimas en sus ojos.

Él, incómodo por sus palabras, apartó la mirada que cayó en la mujer. Los miraba con pena y extrañeza, como si supiese que sería, posiblemente, la última vez que se verían.

—Permíteme decirte cuan enamorado de ti estoy, Staphina —susurró él aún sin mirarla.

—Lo sé, de verdad lo sé, y eso es lo que más duele —respondió la chica con la voz rota. Toda ella parecía rota. El fantasma de la chica que era, el espejismo cruel de la vida que solía llevar dentro.

No dijeron más nada y ella se fue. El tren partió con ella, la mujer y los niños, dejando a un Tristán destrozado en el andén.

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1999

—Le dije que estaba enamorado de ella, pero ya de nada sirvió.

—¿Qué más pasó?

—No, doctor, no estoy listo para eso aún. Lo lamento.

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2013

Lo supo cuando vi las noticias aquella tarde. Todos en el centro de salud mental estaban en la sala de recreación, pero muy pocos prestaban atención a las noticias. Tristán lo hacía, quería ver como estaría el clima mañana y saber sobre aquél atentado.

Así que escuchó cada una de las palabras de la presentadora.

—En otras noticias, ocurrió un asesinato en el tranquilo Distrito de los Robles, la policía aún se niega a dar declaraciones, pero se hace un pedido a la comunidad. Se cree que puede haber un presunto secuestro de una menor. Si usted ha visto a estos dos individuos o a uno de ellos, se agradece llame al canal, o directamente a la policía. Es de vital importancia ya que se relaciona con el caso.

Las fotos que aparecieron en pantalla lograron que Tristán tirara la silla en la que estaba sentado.

Olivia lo miraba con una sonrisa y a su lado la foto de un muchacho que él supuso era Avan.

Olivia lo había hecho, había matado a sus padres y escapado con Avan. Tristán no sabía si estar asustado u orgulloso, así que optó por reír, reír para no llorar por la muerte de su psicólogo favorito, casi su amigo, quien lo había sacado de su miseria y visto volver a caer.

Luego le preguntó a una enfermera, con toda tranquilidad, si podía asistir al funeral de su psicólogo.

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Actualidad

Tristán estaba mirando por la ventana, hacía calor y Maddy paseaba con Máximo por entre los descuidados arbustos. Tristán se preguntaba si hablarían de él, o de qué.

Tristán también notaba como su cordura seguía escapándose entre los dedos. Ya no estaba seguro de lo que era real o no. En estos momentos, para él, lo único seguro y sólido era Staphina.

Los medicamentos ya no la alejaban.

Pero con ella venían las voces, no podía seguir deteniéndolas mucho más.

Además, Tristán comenzaba a sospechar que Maddy y Máximo querían hacerle daño, que hablaban de él en todo momento.

Tristán sospechaba que estaban haciendo un complot contra él.

Un complot para matarlo.

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Si Olivia necesitaba edición, esta historia necesita una reconstrucción jajajaja. Es que quiero terminar porque Alena me está comiendo el cerebro y estoy impaciente por desvelar todo aquí lksdjlaksjd.

Dígame sus teorías de que pasó con Staph, plis. Quiero saber si alguien se acerca siquiera a la realidad.

Los amoooo

Tristán //Enfermiza obsesión Where stories live. Discover now