- ¿Los compraste? -Me preguntó quitándomelos y leyéndolos.

Eran pasajes directos a Cancún, todo incluido, en un hotel cinco estrellas. Todo lo había planeado yo, ya que necesitaba hacerle el peso a todas las cosas que Caín ha hecho por mí, ahorré y todo salió como quise. Buen hotel, buena comida, lindos paisajes y personas agradables.

- Si -Le sonreí.

-Dijimos que no tendríamos luna de miel.

-Era un plan -Me encogí de hombros. -Quería obsequiártelos, nos vamos mañana, así que arreglemos nuestras maletas, Caín.

- ¿Cinco días?

-Cinco noches -Confirmé.

Me abrazó con fuerza y besó mis labios. En un principio habíamos conversado sobre si tener luna de miel o no, yo le dije que no porque era parte de mi plan e inventé un sinfín de estupideces como que quería tener mi propia oficina en Inglaterra para atender personas y debía ahorrar, etcétera. Sólo mentía, quería regalarle ese viaje. Ha sido un día duro, Caín está despierto de 6 de la mañana a 12 de la noche, entrena mucho y ve a diario a un sinfín de personas que no conoce y le hablan sin parar, sólo quiero que nos relajemos juntos y que no exista otra cosa que sólo descansar.

El vuelo salía a las 9:00AM. El vuelo dura aproximadamente diez horas, no quise comprar un vuelo con escala, ya que ambos estamos acostumbrados a viajar en avión por horas.

Estuvimos haciendo nuestras maletas, eligiendo prenda por prenda mientras reíamos, ya que había ropa que ni siquiera usábamos e igual la incluimos. Sólo nos dijeron que debíamos llevar ropa cómoda, sandalias, ropa liviana, ya que al parecer hacía mucho calor al lugar que íbamos. Jamás había ido ahí, pero en las fotos que buscamos junto a Caín, parecía ser maravilloso.

Nadie nos detuvo en el aeropuerto, sólo algunas personas que saludaban a Caín y querían sacarse una foto con él. Anthony nos deseó suerte en el viaje y le recalcó a Caín que regresara recargado, ya que pronto dirían las fechas del campeonato mundial de boxeo y por supuesto Caín estaba totalmente contabilizado.

El viaje no fue tan aburrido como otros, estuve ocho horas en la ventana, lo demás Caín me pidió que él quería mirar, ya que le encantaba cuando el avión caía y luego se estrellaba contra el pavimento. Dormí seis horas de diez, Caín sólo veía una película en el asiento de la persona que estaba delante o también escuchaba música. Nos atendieron muy bien y dentro del avión también hubo personas que reconocían a Caín, pero mantuvieron el silencio, ya que no interrumpieron nuestro viaje.

Al bajar del avión, una persona nos fue a buscar directamente del hotel al cual nos dirigíamos. Nos ayudó con las maletas, yo no sé si a todas las personas se les trata tan bien o en ese hotel era así o simplemente es porque Caín Bennet es el ganador nacional de Estados Unidos en boxeo.

Estuvimos conversando con la recepcionista del lugar, confirmó nuestra estadía, nos pidió las cedulas de identidad y luego nos indicó la habitación que nos había tocado. También nos dio información sobre el hotel que se encontraba a unos veinticinco metros del mar, un mar cristalino, arena blanca y altas palmeras. Había niños corriendo por todos lados, también parejas ancianas, todos parecían de clase alta y de diferentes países. Nos indicó que el desayuno, almuerzo y cena era gratis y buffet. Dijo que podíamos sacar lo que quisiéramos a la hora que se nos diera la gana, ya sea en comida o alcohol. Nos pidió que mantuviéramos el orden y también respetáramos a nuestros pares, ya que no se permitían peleas, hacían devoluciones de todo para evitar conflictos. Nos comentó que nuestras habitaciones serían limpiadas todos los días y en el caso de que nos perdiera algo de valor, le hiciéramos saber, pero que jamás habían tenido un problema de esos.

DECADENTES © #2 EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora