17. Non ti preoccupare

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Cada kilómetro que avanzaban era una idea más que tenía Zac para ofrecer una disculpa y aun no tenía la correcta. Le tomó algo de tiempo pero se decidió por solo encarar lo que había ocasionado.

- Francesco...

- Non ti preoccupare, amore (1*) - Le interrumpió - Francesco no piensa más de lo que dejó de importar hace años - Lo miro de manera rápida con una sonrisa antes de regresar al concentración al camino - Te recomiendo que lo dejes atrás, Capisce?

- Io capisco - McQueen no sabía si debería sentirse aliviado de no tener que alargar esa conversación pero lo único que tenía era una pesadez al no haber podido arreglar un poco las cosas con sus propias palabras. Se quedó callado con varias frases atascadas entre su lengua, garganta y no tuvo más opción que guardarlas y ahogarse con ellas.

No prestó atención al camino pero al momento que Francesco frenó, ambos salieron del auto casi al mismo tiempo.

- ¿El autodromo? - Zac cerró la puerta y comenzó a avanzar a la gran entrada - Creí haber escuchado que sería "sciocco" venir.

- A la carrera, ragazzo - Le dio una palmada en la espalda y después lo abrazó por el hombro - Ahora que está vacío, podemos pasar con calma.

Francesco cargaba con la llave que se le había otorgado para pasar a la carrera y entraron desde los almacenes donde se guardaban los coches. Rodearon el Fórmula 1 vestido con los colores italianos y McQueen pasó su mano sobre él al notar lo reluciente que estaba.

- Non toccare (2*) - Despegó su mano al instante y se detuvo cuando Francesco se volteó a mirarlo - Puedes pasarme la mala suerte y no necesito nada de eso - Se burló.

- ¡Ah!... ¿Si? - Lo dijo ofendido y comenzó a colocar la palma completa en distintas partes del auto.

- Non! - Gritó y lo persiguió dándole vueltas a la cochera - Venire qui! (3*) - Extendió su brazo y cuando pudo alcanzarlo, lo tomó por la playera, atrayéndolo hasta el para recargarlo con fuerza en el coche y posteriormente, llevar un poco de su peso sobre él para asegurar que no volviera a correr. Respiraban de manera agitada uno frente al otro, ambos con una sonrisa que poco a poco se desvaneció al darse cuenta en la situación que estaban.

- Yo... - Comenzó Zac una vez que había recuperado el aliento con las mejillas ligeramente rojas - Yo sigo tocando tu auto.

- Lo sé - Se enderezó y alejó un par de pasos para sacudir su ropa.

Salió de la habitación y una vez que McQueen se tomo un momento para relajarse salió corriendo tras él. Llegaron a gradas altas del autodromo, donde se podía apreciar parte de la pista y el ocaso que pintaba de hermosos colores el cielo. Se recargaron en un barandal que separaba de los asientos más bajos.

- Los hermanos Rodriguez fueron los automovilistas más grandes que Messico  ha tenido - Comenzó Francesco -  y con su apellido fue nombrada esta pista, una de las más grandes de todo el mundo.

- ¿De verdad? - Pensó durante algunos segundos - ¡Hagamos una apuesta!

- Scusi? -  Volteó con una sonrisa incrédula.

- ¡Si! - Dijo emocionado - El primero que tenga una pista con su nombre por ser el mejor corredor de su país...

- McQueen... - Lo detuvo - solo espero, que no sea igual que como le fue otorgado a estos confratelli (4*).

- ¿Qué?... - La felicidad en sus palabras desvanecieron pronto - ¿Por qué? - Hicieron contacto visual, Bernoulli respiró profundo y soltó el aire en forma de un suspiro pesado

Guía para conquistar a BernoulliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora