Capítulo 6

52 6 0
                                    

— No se cómo decir esto pero me resulta demasiado “kyopta” —Escorpio confesó tapándose la cara.

— No se cómo decir esto pero me resulta… Demasiado ñoño —Géminis la imitó para después destilar desacuerdo y aburrimiento en un claro énfasis.

Atrás de ambos y aún más de Tauro y Leo—recostado en el marco de la puerta—Aries no podía creer lo que acababa de ver.

No hablaba de la escena que tenía delante de sus ojos, ni quiénes actuaban aquel acto. No. Lo suyo tenía que ver más bien con una pequeña malformación en la imagen recibida por su retina; por un simple segundo le había parecido verse a él mismo abrazado a una apacible y sonriente Virgo cubierta en una explosión de arcoíris.

Esto se estaba poniendo de castañas a oscuras, algo estaba cambiando a pasos agigantados en su organismo y empezaba a sospechar qué. Sería conveniente huir de la escena del crimen antes que lo atraparan. Sencillamente no debía sentirse atraído por quien consideraba una hermana pequeña.

— ¡No tan rápido! —acotó una seria Capricornio señalando a Leo y a Tauro a la vez que negaba con atisbo de decepción hacia él—. Te dije que los vigilaras.

— Hice todo lo humanamente posible pero ellos…—apuntó con  templanza a Géminis y Escorpio—... no ayudaron mucho que digamos.

— Aries, era tu misión.

— Pones mucho peso en una sola per—

— En quién más, si el resto son “parejitas” y solo se ven u oyen a ellos o a los de su especie,  no ves?—señaló en esta ocasión también a los otros dos.

— ¡¿Esos cuatro están saliendo juntos?!

— No —arrastró la ''o'' mientras mostraba sus perfilados ojos negros entre sus pestañas. Que el casanova de Leo ni pensase que iba hacer honor a su nombre y tener muchas féminas. Era un humano no un animal. Y si realmente quería algo con su hermana se encargaría ella mismo de dejárselo grabado en su mente.

Aries sin escucharla dijo un apenas audible: '' Es... no puede ser, es genial'' para al cabo de poco cambiar su facción perturbada a una de haber hallado solución para un gran problema. Y es que a ciencia cierta podía cruzar un puente de tachuelas, salir de un edificio lleno de llamas o dormir en una casa embrujada que nunca se le había ocurrido mejor idea que aquella.

Tanteó los bolsillos de su pantalón con desesperación y en cuanto tocó su móvil se dispuso poner en marcha. Lastima que no contase toparse con alguien en el pasillo pues sus brusco movimiento hizo que se diese de bruces con el pisciano que recién ingresaba, desparramando a un costado de Capricornio las bolsas llenas de utensilios que este llevaba. El sonido estruendoso alertó al ariano y a penas había ayudado a poner en pie a su amigo se esfumó dejando a Piscis muy curioso por su actitud.

Eso sí, su novia no se inmuto, ni siquiera a la repentina mirada que se veía sometida de parte de Escorpio pues más le importaba poner la pieza clave para desenlazar el nudo en el que se había amarrado su hermana que espantar a su curiosa amiga o en el mejor de los casos; consolar la pierna de su novio.

Lo tenía claro. Ardería Roma.

¡Muahaha—
— Chicos, creo que la comida ya está lista —informó Piscis dispuesto a llevarse a Capricornio (que sonreía ausente a este hecho) como un niño sujetando su globo de helio favorito.

El pelo asimétrico de Escorpio facilitó que esta observase a la pervertida con su novio irse atreves del rabillo del ojo sin moverse del lugar y aún tener bajo su escrutinio a la otra pareja que seguía inerte en el suelo. Casi qué adivinaba el final de aquel capítulo.
Sin preámbulos, como si Tauro hubiese leído su pensamiento apartó a Leo más roja que nunca, llevándose consigo el plástico que protegía el suelo.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 16, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

La misteriosa vida de los signos [Pausada]Where stories live. Discover now