Capítulo 3

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Acuario observó por enésima ocasión el reloj—estaban tardando.—
Por otra parte Leo permanecía cabizbajo lamentando no haberlo impedido. Sagitario palmeó la espalda de su amigo haciendo hincapié que no era su culpa más Acuario notó que aguardaba aquel sentimiento para él. El reflejo de su alma lo delataba.

Y es que Sagitario creía ser el responsable. Según él el mero hecho de que el sótano fuera suyo lo corroboraba.
Una imagen de Libra y Géminis se coló en su mente consiguiendo partir a Sagitario en dos mitades sin piedad. Frotó sus manos con histeria;
quería ser un pilar en el que apoyarse no una carga. Revolvió su pelo con desesperación y pegó una patada a la papelera que tenía cerca.
¡Debía de haber sido él!

Leo emergió de la reprensión de insultos a la que se había estado sometiendo. ¿De dónde provenía aquel estruendo?: de Sagitario. Inmediatamente levantó del banquillo para acudir a él pero Acuario ya se había adelantado consiguiendo que este se desfogara. Dolía mucho presenciar sus gritos y sollozos, siempre estaba feliz. Hoy no. Tanteó su bolsillo como tic nervioso rogando que hallasen los restos a tiempo.

Los tres chicos pasaron solos veinte infernales minutos hasta que llegaran los padres de Libra y Géminis con miles de preguntas.
Gritos desviaron la atención en una silueta de mujer. Aquella persona de baja estatura por casi se come a los residentes de medicina. Leo y Sagitario enfocaron mejor su visión llegando a reconocer la hermana pequeña de Géminis. Como no querían decirle el estado de su hermano (su adoración) optó por tirarse al suelo y patalear como niña malcriada y caprichosa pero fue intervenida por el hermano mayor de Aries.

— Te odio. Suéltame ¡Suéltame! —vociferó perdiendo los papeles.

— ¡Uro tranquilízate, hemos traído al insectucho! —escuchó a los gemelos de la familia Escorpio, se escurrió y dirigió a sus autoproclamados cuñados.

— ¿Y Escorpio? —preguntó asombrada al fijarse la ausencia de ella.

— Fue con los demás a ayudar a Piscis y Capricornio pero como verás nosotros que tenemos una maestría de bichos exóticos lo encontramos tirado en una esquina hecho mierda —informó el mayor de los gemelos.

— No te preocupes el doctor ha dicho que igualmente nos servirá. Lástima que no hayan podido regresar con nosotros por culpa de Tauro —prosiguió el menor de los Escorpio.

— ¿Qué hizo? —Ares se unió a la conversación interesado en que le contarán los hechos tal y como habían sucedido.

— Bollito vino—no pregunten cómo porque ni nosotros sabemos—y ''raptó'' su trozó de mortadela. Tau lo correteó sin dejar su vaso megrande en la encimera lo que ocasionó que los viejos resbalaran. Como comprenderás no podíamos esperarlos. Esto es cuestión de vida o muerte ¿Verdad, Corpi?

— Verdad, Escor —los gemelos concluyeron en una extraña pose.

El puñetazo del fantasmal hermano mayor de Cáncer calmó al dúo dinámico. Ambos deslizaron su cuerpo al suelo como si de una lombriz se trataran. A los lejos venían Aries, Piscis, Capricornio, Virgo y Tauro sudando la gota gorda. Cáncer y Escorpio en cambio llegaban frescas como una lechuga.

— ¡Os he dicho que no se puede entrar en moto! —exclamó una enfermera con pelos propio de una loca.

Escorpio bajó de ella y se adentró en emergencia dejando a una Cáncer motera con ganas de dar guerra. La pequeñaja aceleró e hizo una peligrosa maniobra desapareciendo por el alba. Un séquito de antidisturbios fueron liderados por la eufórica enfermera en dirección a ella.

— Lo que me perdí —musitó Virgo triste.

''Familiares de pacientes: Géminis. Libra. Pueden recibir visita. Habitación 102— SUELT—No deberías de haber entrado aqu—y tú no haberte topado conmigo.—¡Llévensela a cuidados mentales. Esta chica está lo—''

La misteriosa vida de los signos [Pausada]Where stories live. Discover now