Capítulo 2

156 7 0
                                    

Cáncer estaba apunto de llorar, ella no había querido faltar pero las circunstancias—Bonnie y sus persecutores—habían requerido su atención. Lágrimas recorrieron su mejilla haciendo que utilizase su dedo como paño. Sorbo disimuladamente su nariz y se acurrucó mucho más entre sus piernas esperando sirviesen de protección. Se sentía sucia, por mucho que tratase de excusarse era su responsabilidad (de una opción que ella misma eligió).

Los diez signos restante seguían concentrados echando la culpa al otro, exceptuando por Virgo quien se percató de la ausencia de Cáncer y la halló en una esquina hecha bola.
Virgo sabía que ella debía de tener una buena razón para no haber asistido, acarició su cabello a modo consuelo. En realidad por muy fría que se mostrara de cara al exterior por dentro miles de agujas la perforaba cuando hería a los demás. No tenía inteligencia emocional, escapaba de su control aunque con frecuencia cerraba aquella parte de su ser.

— Lo siento, no quería asustarte —dijo preocupada—. Iba para el resto.

La mayoría protesto sintiéndose claramente ofendidos, puede que faltasen un poco pero lo hacían con buenas intenciones como facilitarle la vida a los profesores.
Una rebelión de granujas abrió paso dispuestos a defender sus derechos.

— ¡No queremos ir a clase! —Acuario envalentonó para después posicionarse detrás de Capricornio.

— ¡Eso, eso! —prosiguió Géminis imitando la acción de su amigo.

— ¡Queremos libertad! ¡Virgo a la call—Libra se unió pero rápidamente silenció.

Virgo cerró sus ojos canalizando su ira. Ese puñado de niñatos la estaban sacando de casillas. Sólo ellos lograban volverla loca. Desquiciadamente loca.

— Os he dicho que a clase —finalizó.

— Virgo tiene razón. Recién empieza la tercera hora —dijo Cáncer recuperada subida como un koala en ella.

— Par de—de vagos. Yo me voy con Cáncer —tartamudeó Acuario.

— Pues ya os podéis ir apurando, viene mi padre.

Inmediatamente precipitaron a ocultarse, conociendo al padre de Virgo—seudónimo: Director—pronto estaría allí dispuesto a armar un lío entre sus progenitores.

— ¿Por qué no dijo eso antes? Mi padre va a fusilarme —comentó Escorpio a Capricornio y Piscis metidos dentro de un armario—. ¿Y vosotros, qué hacéis aquí? No pintáis nada.

— Si no nos escondemos sabrán que vosotros estáis aquí. Sois nuestros polluelos y como padres nos la cargaríamos él —susurró Capricornio señalando a Piscis —. y yo.

Capricornio regresó la mirada en Piscis confirmando lo que creía haber visto, estaba rojo e hiperventilando. Las situaciones que consideraba de estrés lo ponían nervioso.
Entrelazó sus dedos poniéndose de puntillas y desviando sus manos con cautela hacia su cara consiguió que la mirase esbozar una sonrisa antes de unir sus labios en los de él.

— Te quiero, Pi.

A Piscis el corazón le dejó de latir, miró los labios de Capricornio y no se resistió más; atrajo a su novia uniéndose en uno con ella. Un carraspeo seguido de arcadas irrumpieron su momento. Aquel momento que había ansiado toda la mañana y no había sido efectuado por las constantes visitas que habían recibido.

— Dios, estoy aquí —protestó Escorpio—. Y decíais que erais mis padres. Mis padres no hacen eso.

— A tu espalda —subió y bajó sus cejas Capricornio.

— Os odio habéis corrompido mis castos ojos.

— Lo siento —musitó avergonzado Piscis mientras se tapaba la cara.

La misteriosa vida de los signos [Pausada]Where stories live. Discover now