Choose me: Un Final Definitivo.

Capítulo extra II: Kevin.

Adora a su sobrino.

— Bien, espero ver muchas fotos del pequeño vestido del principito.

Alissa asiente y me da un beso en los labios.

***

Miro el reloj en mi muñeca. Son la una en punto de la tarde. Bajo las escaleras rápidamente, encontrándome con Robert y una de las mujeres del servicio que ha contratado hace al menos una semana.

Estaba a punto de pasar por desapercibido antes de la mirada del dueño de esta casa se posaran en mi pero me detengo en seco justo en la entrada de la sala al ver a Catalina sentada en forma de indio en la alfombra frente a la mesa de centro donde noto unas cuantas hojas, lápices y plumones de colores.

— ¿Cata?

La castaña cubre con sus brazos sea lo que sea que estaba dibujando o pintando y me mira con sus mejillas sonrojadas.

— K-Kevin...— La miro ceñudo.— ¿Vas a salir de nuevo?

— ¿Qué estas pintando?— Pregunto y me acerco, pero entonces ella literalmente cubre la hoja con su abdomen.— ¿No me dejaras ver? Sé que eres buena dibujando.

— E-es una sorpresa.

— ¿Para el chico que te gusta?— Su rostro se vuelve más rojo (si es que eso es posible) y no puedo contener mi risa.— Okey, no insisto.

— ¿Vas a ir donde mi hermano?

— Sí, ¿no quieres ir?— La invito.

— No, me dijo que iba ser como una reunión de amigos o algo así.

¿Reunión de amigos? Eso no fue lo que me escribió anoche.

— Bueno entonces nos vemos más tarde.— Le desordeno el cabello y ella asiente sin borrar la vergüenza de su rostro.

Me subo a mi moto y me pongo en marcha a casa de mi mejor amigo. Estaba perdido en mis pensamientos, pensando en Alissa, en mi madre y en mi hermano mayor. Mi tía se puso en contacto conmigo para contarme que mi hermano pequeño (el hijo de su actual matrimonio) estaba enfermo y necesitaba donadores de sangre y yo soy compatible con él pero ella se rehúso cuando me ofrecí como donador y termino echándome del hospital.

No esperaba recibir nada a cambio solo quería ayudar al pequeño que con suerte sé de su existencia, para ellos ya no soy parte de su familia y puedo entender a mamá y no la juzgo, tampoco siento odio por ella, supongo que debo dejar buscarlos.

<< Ellos nunca te buscaron...>>

No, pero por suerte jamás los necesite.

Detengo la moto frente a la entrada del condominio, le indico al guardia a quien vengo a visitar y cuando se comunica con mi amigo me da la entrada.

Decido subir por las escaleras y toco la puerta, a los segundos se abre dejándome ver a James con Ángel en sus brazos quien sonríe al verme.

— ¡Bebé!— James me deja cargarlo y el pequeño de inmediato cubre su rostro en mi cuello mirando a su papá.

Apenas entro mi corazón se detiene por uno segundos al ver a Rebeca sentada en el sofá observándome con una sonrisa que no logro descifrar. Se pone de pie dejando a la vista sus delgadas y bronceadas piernas, trago duro y desvió la mirada hacia mi amigo esperando una explicación.

— Melanie no quiso decirte que ella vendría.— Susurró.

— ¿Por qué?

— Porque sabíamos que no vendrías.— Dice.