El anuncio y la llegada

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El Colegio de Magia Jwátarhu admite jóvenes magos y brujas desde la edad de 11 años, antes de esta edad, los magos mexicanos atienden a escuelas de enseñanza elemental, en donde aprenden desde matemáticas hasta nociones de los estatutos internaciones de seguridad mágica, estas escuelas funcionan a modo de "preescolar" para los niños, ayudándolos a entender el mundo no mágico para pasar desapercibidos.

Dichas escuelas se encuentran en cada estado del país, habiendo varias por cada estado, dependiendo de la población mágica existente en la zona. Cabe resaltar que en estas escuelas no se enseña magia práctica, sólo se sientan las bases teóricas y se encamina a los niños a aprender sobre las profesiones mágicas que en algún futuro podrán desempeñar.

Cuando un mago o bruja nace, ya sea de sangre pura, mestiza o nacido de no magos, su nombre aparece gravado a fuego, junto con el de los que serán sus compañeros de generación en el colegio, sobre una plancha de madera de ahuehuete que permanece en el centro de la sala hasta que el ultimo niño ha sido registrado; después de esto, la plancha de madera se guarda por sí misma en alguno de los estantes que tapizan de piso a techo la sala, quedando disponible para su posterior consulta. La sala de los nombres, como le llaman los alumnos, se encuentra en al lado derecho del patio principal, entre la entrada y la sala de las chimeneas, es un espacio poco iluminado con olor a carbón, siempre que se entra resulta un espectáculo ver la pieza del centro iluminada por una débil pero consistente llama que en su recorrido grava los nombres.

El día en que un mago o bruja alcanza la edad de 10 años, y vea su reflejo, tras unos segundos de ver su rostro pasará a ver el de su animal guardián a modo de señal de haber sido aceptado en el Colegio de Magia Jwátarhu. Ha habido casos en que los niños no logran ver a su guardián sino hasta después de varios intentos; se dice que esto se debe a que para poder ver a nuestro guardián deberá ser cuando veamos nuestro reflejo de forma espontánea; Hay quienes han visto su reflejo en espejos, como comúnmente sucede, otros han visto el suyo en la superficie cristalina de un cuerpo de agua, en una cuchara bien pulida o incluso algunos han afirmado ver su reflejo en los ojos de otra persona.

Sin importar la superficie o el lugar en donde se haya visto el reflejo de nuestro guardián, ten la certeza de que serás un estudiante más en el más grande colegio de magia de México.

El modo de sorteo así como el de anunciamiento son parecidos y son una gran constante en este colegio debido a las bases sentadas por Bimori y Cutsi, que siempre tuvieron el deseo de que los alumnos pudieran ver más allá de lo aparente y encontrar su verdadero ser, su verdadero destino y su guía, para en cualquier momento de necesidad, no ser una víctima más de las circunstancias.

Al tratarse de un internado mágico, Jwátarhu, al igual que otros colegios del mismo tipo, piden disponer de sus alumnos un día antes del inicio del ciclo escolar para celebrar la ceremonia de sorteo, por lo tanto, los alumnos arriban al colegio el primer domingo de agosto alrededor de las 6 de la tarde.

Debido a que el colegio Jwátarhu se ubica en la parte centro sur del país resulta muy complicado que los padres lleven a sus hijos hasta un único punto de reunión para después ser llevados todos juntos al colegio, debido a esto, el Congreso Mágico de los Estados Unidos Mexicanos (CMEUM) tomó la decisión de establecer estaciones de chimeneas en las ciudades más importantes de cada estado, mismas ciudades en donde esté establecido un Departamento de Regulación de la Ley Mágica, con la finalidad de permitir un tráfico más fluido de magos entre los distintos puntos del país y que a su vez estén supervisados por estos organismos.

Para agilizar y controlar el flujo de las chimeneas, es necesario reservar un horario de salida, basta con enviar una carta a la oficina de la estación para este fin; una vez que los estudiantes y sus familias han llegado a su estación de chimeneas más cercana, basta registrarse y tomar la chimenea que se les indique y esta los llevará a alguna de las tres estaciones más cercanas al colegio, dichas estaciones se encuentran en Morelia, Querétaro y Valle de Bravo, de donde los jóvenes tendrán que tomar un tren que los lleve hasta las inmediaciones del colegio.

No se ha establecido ninguna estación de chimeneas más cerca al colegio debido a la negativa del CMEUM por liberar el permiso, debido a que, según ellos no habría un Departamento que esté regulando correctamente esas estaciones, por el motivo de encontrarse en un lugar aislado y con muchas defensas para restringir la magia.

Una vez que los estudiantes llegan a las estaciones mágicas, ubicadas en las afueras de cada ciudad para ser más fácilmente ocultadas, toman uno de los tres trenes con rumbo a Jwátarhu. Los trenes han sido encantados para que al salir de cada estación tomen la apariencia exterior de un tren de carga, mientras que el interior no se verá afectado, permitiendo a los estudiantes viajar cómodamente en los vagones de pasajeros; como medida adicional, a los trenes se les ha lanzado un hechizo de deslumbramiento contra no magos, para evitar que vean por demasiado tiempo el tren y comiencen a hacer conjeturas.

Una vez en el bosque protegido, los estudiantes se deben dirigir a los embarcaderos para tomar las barcas que los llevarán a la orilla de la isla del colegio, dichas barcas permiten que suban alrededor de 50 estudiantes con sus pertenencias, están hechas de madera con interiores modestamente decorados, pero muy reconfortantes; el interior ha sido hechizado para ampliar la capacidad y cuenta con varias filas de asientos para los estudiantes.

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Colegio de Magia JwátarhuWhere stories live. Discover now