5. Sueños Incompletos

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Richard me informó sobre una junta con los muchachos, quería que todo el trabajo de la temática quedara terminado... Todo iba bien, reímos por algunos comentarios o anécdotas "desastrosas" en eventos anteriores, todo estaba perfecto, hasta que entró él... Nunca me informaron que Niall estaría en la junta, ni siquiera sabía que él estaba en la organización de los inventarios. Le sonrió a todos en la sala y miro a Liam como si pidiera ayuda, camino hasta él y juntos tomaron asiento al otro lado de la mesa.

La junta no era distinta a las que ya habíamos tenido, papeles por allí y por allá, calendarios, notas con pequeños detalles que teníamos que recordar... Lo único extraño era él, Niall nunca me había dicho que era parte de los inventarios, juraría que él sólo estaba detrás de un escritorio tomando notas... O al menos eso era lo que él dijo que hacía. Nunca levanto la mirada, en ciertos momentos asentía a lo que Richard preguntaba, pero nunca levanto la vista de su cuaderno.

Tenía que hablarle, me prometí a mí mismo hablarle en cuanto la junta terminara; sólo había salido del apartamento sin decir nada... Estaba listo para decirle que tendría que despedirlo. Estaba listo para hacerlo... Pero levante el rostro en el peor momento; sus labios temblaban y podía ver sus ojos llenos de lágrimas retenidas, podía ver cómo apretaba la mandíbula en un esfuerzo desesperado de no soltar un sollozó, lo había visto tantas veces en esa postura por mi culpa, que ya no era extraño. 

Richard dio por terminada la junta y vi cómo Niall salió corriendo, estaba punto de ir tras el, pero Harry me detuvo. Estaba apunto de reclamar cuando él tomó la palabra.

– Sólo déjalo –dijo con enojo, mientras tomaba mi muñeca–. Ya hiciste suficiente.

Pude ver cómo Liam salía de la habitación, supuse que en busca de Niall.

No pasó mucho tiempo después cuando decidí que debía irme. Sé que yo fui quien abandonó a Niall, pero eso no evitaba que doliera.

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Al llegar al apartamento decidí que lo mejor seria ir a dormir inmediatamente, tomar un tiempo para pensar las cosas y mañana hablaría con Niall. Estaba apunto de apagar las luces cuando alguien tocó a la puerta.

– Tenemos que hablar –fue lo primero que dijo Liam en cuanto abrí–.

– Liam, sé que soy la peor persona del mundo entero –dije, alargando las palabras–. Pero, ¿podríamos dejar los regaños y las charlas sin sentido, para otro momento?

– No

Él no dijo nada más ni yo tampoco, empezamos una pelea de miradas que probablemente no acabaría de buena forma, así que sólo deje mi "orgullo" a un lado y lo deje pasar. Ambos bajamos la guardia y nos dedicamos a observar la mesa, como si no hubiera material más interesante que ese.

– Liam –ambos nos miramos-. No quiero romperlo, Niall y yo hemos estado juntos desde que tengo memoria, siempre ha estado a mi lado... pero tampoco quiero quedarme aquí el resto de mi vida, no quiero ser un Don nadie.

Liam suspiró y una sonrisa ladeada apareció entre sus labios.

– Sé que no debo decirlo yo, pero... Niall es un "Don nadie" por ti.

– Liam, soy un asco para adivinar –fruncí el ceño–. Así que, mejor dime que es lo que me quieres decir desde la otra vez –me miro confundido–. Ya sabes, la vez pasada que te marchaste sin razón alguna.

Liam asistió, supongo que recordando. Camino hacia la pequeña sala del apartamento y tomó asiento en el sofá individual. Con la miraba me indicó que tomara asiento en el sofá de enfrente suyo. 

Glicinas *Ziall Horalik*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora