Silence (Clexa)

Capítulo 17

Clarke POV

El año nuevo comenzó con tantos cambios en mi vida que apenas podía asumir que todo fuese tan bien: estaba en el equipo nacional, el cual iba primero en la Liga; Lexa encontró trabajo, y juntas estábamos tan bien que Raven siempre intentaba hacer que nos picásemos porque "le subíamos el nivel de azúcar"; y mi madre estaba contenta y alejada, aceptando (sobre todo con la llegada de Lexa) que no era una niña pequeña que necesitase vigilancia o una inspección diaria a mi casa.

- Has estado genial - sonrió Lexa con orgullo cuando corrí hacia mis amigas y ella al terminar el partido de aquel sábado que, por suerte, jugamos en Arkadia.

- Siempre dices lo mismo-  la besé sonriente, como cada vez que acababa un partido.

- Ugh, por Dios, que está toda sudada - se asqueó Raven haciendo una mueca de olor a mierda.

Procuré no sentirme ofendida, sobre todo porque Octavia le dio con la cadera a la vez que me hacía un gesto con la mano, en plan "déjala, es una envidiosa".

Decidí pasar de Raven y centrarme en Lexa. Estaba preciosa con sus gafas y aquel fular alrededor de su perfecto cuello, pero sus ojos rojos y la nariz a juego indicaban que seguía con alergia.

- ¿Estás segura de que no quieres ir al médico? - presioné agarrándome a la barandilla, dedicando sonrisas y gestos a la parte del público que me saludaba con entusiasmo.

- Es sólo un poco de alergia, el médico no me dirá nada que no sepa ya - repitió con una voz nasal muy graciosa.

- ¿Eso significa que no vienes a la celebración esta noche? - fue lo único en lo que Raven pensó.

- Lo siento.

- ¿En serio vas a dejar a tu novia, medianamente famosa y hasta con un club de fans, en un bar, sola, tras haberse lucido, y con esas tetas? - la picó. No me perdí la mirada confusa y preocupada de Lexa, pero chasqueé la lengua atrapando un mechón de su pelo para recuperar su atención.

- Ni caso - la miré con amor besándola de nuevo, con más sonidos asquerosos por parte de Raven -. Tú ponte buena. Llegaré pronto a casa, no te preocupes.

- Tú mírale bien el cuello, no vaya a ser... - le dijo Raven lo suficientemente alto como para que, incluso de camino a las duchas, la escuchase.

Lexa POV

- Seguro que está bien - me repetí una y otra vez mientras llamaba a Clarke y saltaba el buzón de voz.

Pero me preocupaba igual. Sobre todo porque eran las cinco de la madrugada y Clarke prometió estar sobre la una o las dos en casa.
Había intentado trabajar en el nuevo caso que tenía asignado, dormir o leer de nuevo otro libro en el que ni en el título me fijé. Es más, inconscientemente me había vestido por si Octavia me llamaba. O si llamaban desde el hospital de Arkadia.

- Basta - me detuve en alto, porque mi mente masoquista no dejaba de reproducir una y otra vez la llamada de Titus hace casi tres años -. Para, joder. Estará bien.

Estaba tan muerta de la preocupación y los nervios que sentía ganas de llorar. Clarke apenas bebía ya; su última borrachera fue aquella noche en el cumpleaños de Raven, y cuando salíamos a celebrar sus victorias solía ser en plan tranquilo y sin más de tres cervezas.

Pero Clarke me cogería las llamadas estando sobria. Clarke me habría avisado de que llegaría tarde y no debía preocuparme, si estuviera sobria. Por supuesto, suponía que estaba más ebria que sobria, pero eso era lo de menos a esas alturas de la madrugada.

Literalmente salté del sofá cuando escuché las llaves chocar contra la puerta hasta atinar contra la cerradura, y corrí para abrirle la puerta a una, desde luego, bastante borracha Clarke.