Capitulo #17

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Me desperté sobresaltada, soñar con Ian besando a Gwen no era ni de lejos algo placentero. Me debía acordar de preguntarle si la había besado cuando él decidiera que era momento de hablar. El pecho me bajaba y subía con pánico, tomé el vaso con agua que descansaba sobre mi mesa de noche y le di un trago. Crují mis dedos nerviosamente y le dí una mirada al reloj de mi teléfono móvil. Todavía faltaban tres horas para ingresar a la universidad, si no fuera por ese sueño, seguiría durmiendo como un bebé.

Volví a apoyar mi cabeza en la almohada, cerré lo ojos y pensé en cosas lindas, en Ian y en mariposas. Nada, seguía despierta. Ahora con el ceño fruncido, pensé en ahogar a Gwen, patear en sus partes nobles a Sam, pero tampoco. Seguía en cero.

Procuré hacer algo bueno para la humanidad, e hice mi camino hasta el baño, abrí el grifo y dejé correr el agua hasta que esta se tornó caliente, necesitaba relajarme. Me introduje en la ducha y lavé mi cabello con shampoo, luego con acondicionador. Escuche un gruñido fuerte, apagué el grifo para escuchar mejor. Se trataba de Andy, se estaba quejando. Terminé con lo que había empezado rápidamente, me envolví en una toalla y me dirigí a su habitación. Él estaba acurrucado a los pies de su cama, lucía enfadado. Me acerqué a él y revolví mi pelo con su mano.

—Vete, por favor—demandó, hundiendo su cara en sus rodillas, que estaban contra su pecho.

—No me iré—dije, en un intento de tranquilizarlo—. Dime Andy, ¿qué está mal?—pregunté, el negó con la cabeza, lucía derrotado, y roto.

—Lo he hecho otra vez—susurró, eso solo podía significar una cosa, le eché un vistazo a sus sábanas, como sospeché, se encontraban mojadas. Había mojado sus sábanas, pensaba que esa era una etapa ya pasada.

—¿Qué te está molestando?—pregunté, después de unas sesiones con el psicólogo, este nos comento que un niño relativamente grande haciéndose pis en la cama significaba una sola cosa, que tenía un problema, o un trauma. Quería poder ayudarlo contra los chicos que lo burlaban en la escuela, pero no podía, yo había pasado por eso y no era algo de lo que alardear o de lo que sentirse orgulloso.

—Mejor dicho es un quién—sollozó, lo envolví en un abrazo y no me importó su pantalón mojado de orina cuando lo levanté en brazos. El pequeño había crecido, pero no se me hacía imposible cargar su peso, él lo necesitaba, necesitaba tener a alguien que lo apoyase.

—¿Qué es esta vez?—pregunté— ¿por qué no nos dijiste nada? Podríamos hablar con el director, sabes eso ¿no?

—Eso solo me haría ver mas gallina—susurró contra mi cuello, la humedad de mi pelo se fusionaba con la de sus mejillas—. No quería preocuparlos, a mamá, menos que a cualquiera. Tiene suficientes cosas de las que preocuparse.

Mi niño, tan considerado con escasos diez años. Era tan bueno, me dolía en el alma imaginar a alguien haciéndole daño, era simplemente una injusticia ¿porque los niños eran tan crueles a veces? ¿cual era la educación que le brindaban sus padres, maltratar a los que tenían menos que ellos? Carecía de sentido, y todo el mundo lo sabía. Pero el más fuerte necesita hostigar a alguien para sentirse así. Ahí era donde caíamos nosotros, eramos unos especie de peones para los más fuertes, su recordatorio de que eran mejores, para eso servíamos y nadie lo iba a cambiar. Lo único que podíamos hacer era resistir un día más, porque al final del día, esas personas terminaban debajo de un puente rogando por alimento, porque no se graduaban y hacían de su existencia algo miserable. Ellos se lo buscaban.

—Vamos a hacer algo con esto—dije cuando Andy se soltó de mi abrazo—, tu no te preocupes, yo me ocupo. Solo déjame ir a cambiarme.

Corrí a mi habitación, me enfundé una remera blanca que decía “I AM WHO I AM” y unos jeans negros ajustados, con mis Vans, que ya se veían miserables de tanto uso que les daba, solo que me negaba a desecharlas, eran una de las pocas zapatillas que me gustaban y que en realidad eran buenas. Saqué la toalla de mi cabello e hice lo mejor posible en peinarlo, me até una coleta alta y volví donde mi hermano.

Mr. & Mrs. Somerhalder |en pausa|Where stories live. Discover now