—Y ¿Qué piensas?— Preguntó suavemente mientras acariciaba mi mano, me encontraba con la cara oculta en su pecho, oliendo el que era el remplazo del perfume que me dio. No era lo mismo.

—Tal vez... Deberíamos tomarnos un tiempo, no para terminar —Corregí rápidamente, no quería que lo malinterpretara — Más bien para poder tener más tiempo en nuestras carreras y así cuando terminemos o tengamos más tiempo, volver.

Él no dijo nada, supuse que lo estaba pensando. Oí un suspiro y sentí como su pecho se inflaba.

—Está bien —Dijo por fin — Pero eso no significa que no nos podamos visitar.

—No claro que no. Aun quiero verte aun cuando tenga sea unos minutos, no me importa mientras esté contigo — Dije imitando sus palabras de hace tiempo.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•


—¡Hola! Que bien te ves — Oí detrás de mí.

Sonreí al reconocer su voz.

—Hola, tu no te quedas atrás —Mencioné invitándolo a sentarse, y así hizo, no sin antes besarme primero.

Luego de medio año, por fin habíamos podido vernos más, si bien aún no terminábamos nuestras carreras, ya no estábamos tan saturados y escasos de tiempo como antes, por lo que desde hacía unas semanas nos encontrábamos con más frecuencia y retomamos de nuevo nuestra relación.

Pasamos la tarde en un café platicando sobre nosotros más que nada, sin momentos incómodos como antes, sin ninguna interrupción y con el mismo amor que podíamos ver en el otro que nos teníamos desde que nos conocimos.

Ya era tarde cuando decidimos que ya era hora de irnos cada quien a su casa, con la promesa de volvernos a encontrarnos otro día.



Desperté esa mañana con buen humor pues en la tarde me encontraría con Manuel y saldríamos al cine seguramente viendo una película romántica donde la burlaríamos y criticaríamos.

Me levanté de la cama dispuesto a ir al baño pero antes iba a revisar mi celular en un ritual habitual para ver y contestar lo que en la noche me dio flojera.

Me sorprendí mucho al ver varias llamadas pérdidas de la madre y hermana de Manuel de hacía unas horas en la madrugada, casi cuatro horas.

Nervioso marqué al número de Angélica, la hermana de mi novio, que no tardó tanto en contestar alterada.

—Angéli-

—¡Paolo! —Exclamó interrumpiendome entre llanto logrando espantarme.

—¿Qué pasó? ¿Por qué estás así?

—Es Manuel — Puedo jurar que el corazón se me paró por un segundo y empalidecí.

—¡¿Qué?! ¡¿Qué tiene él?!— Exclamé impaciente con la voz temblorosa.

—Él... [...]

Y sentí que el mundo se me venía abajo.

No tengo ni idea de cuando me cambié, no recuerdo como salí de casa, tampoco recuerdo en que momento llegué en poco tiempo al hospital. Todo eso y más careció de importancia cuando cuando lo vi en aquella cama de hospital, todo perdió sentido para mi cuando vi su piel fría y demasiado pálida para ser verdad, todo dejó de valer la pena para mí cuando vi el electrocardiograma en una linea recta que parecía no tener final, todo mi mundo se apagó cuando las palabras de Angélica retumbaron en mi cabeza.

<<Él... Chocó... contra un camión que se pasó el alto... No sobrevivió.>>

Y así... Mi mundo colapsó.

Mi mirada se perdió.

Mi pecho se estrujó.

Mi razón se esfumó.

Y mi corazón se rompió.

No me di cuenta cuando de que surcos de lágrimas corrían por mis mejillas, mis manos se aferraban a un cadáver rogando que no me dejara y gritos salían de mi boca rogando que volviera mientras muchos brazos trataban de alejarme y calmarme.

Solo sé que de un momento a otro sentí un dolor en mi brazo y todo se tiñó de obscuridad.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~


Entré a casa luego de haberme visto con un amigo que no veía desde hacía mucho tiempo y que al parecer tenía sentimientos por mí. Pero realmente no tenia ganas de nada, me sentía desganado, triste y sin razón. La palidez en mi piel y las ojeras bajo mis ojos eran testigos de ello, como si toda mi vitalidad se hubiera ido con él.

Mi corazón se apretujaba cada vez que pensaba en él. Cada que esperaba su llegada, cada que recordaba su sonrisa, cada que anhelaba su tacto y sus besos. Así como cada vez que recordaba que nada de eso regresaría de nuevo.

No me parece mentira que se escapa mi vida imaginando que vuelves.

Me dirigí a mi habitación desganado y me cambié preparándome para dormir y me recosté. Como todas las noches observé el frasco que reposaba en el buró junto a mi cama, aquel recuerdo que él me dejó.

Como si de un ritual de todas las noches se tratara, lo agarré con cariño y rocié un poco en mi almohada sintiendo su fragancia inundando mis sentidos y así, oliendo aquel perfume que me recordaba a él y entre lágrimas anhelando algo inalcanzable, al menos vivo, me dormí.

Y es que empiezo a pensar... Que el amor verdadero es tan solo el primero.

Y es que empiezo a sospechar que los demás... Solo son para olvidar.

Por eso esperaba con la carita empapada que llegaras [...]

[...] No me parece mentira que se escape mi vida imaginando que vuelves...

Fin

*Canción:  Rosas - La oreja de Van gogh

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


*CanciónRosas - La oreja de Van gogh

Alv es Laura sad(?

Relatos Y SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora