No había sillas

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(A)+(I)

Esto considerenlo un regalo de San Valentín >:v

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—Pasen, apenas va llegando la parrilla y todavía empezaremos a asar la carne— Dijo mi tía completamente alegre recibiendonos en la puerta de su casa, hace al menos dos años que no la visitamos por lo que no nos extrañó su reacción, mis padres la saludaron con la misma efusividad. Como la familia estaba en distintos lugares, al menos cada año hacían una reunión en donde toda la familia, por parte de mi papá, se reunía y convivía y este año le había tocado a la hermana de mi papá. Mañana se celebraría San Valentín y los tíos y tías, incluyendo a mis padres, se pusieron de acuerdo para celebrarlo en familia y pues... Al menos yo que no tenía pareja me la pasaría con primos y primas en la misma situación.

Mi tía nos hizo pasar y nos mostró las que serían nuestras habitaciones durante el fin de semana que dura la reunión. A mis padres por obvias razones les tocó en una sola y a mi me tocó solo en unas de las habitaciones por el fondo, próximas a las de mis primos.

Luego de instalarnos nos dirigió al patio de atrás donde toda la familia ya estaba reunida. Como fuimos los últimos en llegar nos tocó ir de lugar en lugar para saludar a toda la familia, a las mujeres de beso y a los hombres de abrazo. A la hora de acomodarnos y sentarnos resulta que no rentaron las suficientes sillas por lo que me quedé como pendejo parado sin saber donde ponerme. Otra de las hermanas de papá se dio cuenta y me dijo:

—Hay hijo, ya no quedaron sillas para ti —No me digas — A ver ¿Porqué no cargas a tu primo Ángel? Ya ves que está delgadito y no pesa nada.

Y ciertamente era así, su hijo Ángel, para tener quince años era algo bajito y delgado, muchas veces le habían hecho bromas cargándolo y tirándolo a la piscina por lo mismo. Bromas entre primos que luego él devolvía peor, que gracias a lo que sea no me había tocado pasar.

Miré a Ángel que estaba unas sillas alejado de los demás y se encogió de hombros. Supuse que eso fue su forma de decir que no le importaba.

Caminé hacia él y luego de saludarnos como siempre me senté en su silla. Él dijo que me quedara mientras ahí porque él iría por refresco.

Sin evitarlo, mi mirada se dirigió a su trasero cuando se paró y caminó hacia la casa.

Me la pasé con el celular un rato medio escuchando las platicas de la familia y vi a Ángel dirigirse hacia mi con dos vasos de lo que suponía era refresco.

Cuando llegó mi lado me pasó uno y él tomó del otro, agradecí y estiré las piernas para que él se sentara.

Como antes, no evité que mi mirada se dirigiera a su trasero al momento de sentarse en mis piernas. Era algo gracioso porque tenía mas trasero que mis primas, por lo que era inevitable voltearlo a ver.

Sin tanto preámbulo se dejó caer sobre mi, haciendo sobresaltarme por la forma en que sus nalgas se posaron justo sobre mi entrepierna.

Joder.

Traté de sacarle platica de el tiempo que no nos habíamos visto para poder alejar mi mente de sus grandes nalgas sobre mi paquete, cosa que casi no funcionaba debido a que cuando él se acomodaba sobre mí, creaba una fricción que, para qué engañar, se sentía muy bien.

Traté de relajarme antes de que él se diera cuenta de la erección que se me había formado en los pantalones.

Pues imaginarme a mi primo en diversas situaciones comprometedoras no ayudó.

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