"BUSCÁNDOLA"

Capítulo 1: "La promesa"

Era una mañana esplendorosa en el reino de Fri pan, una niña de aproximadamente 9 años vestida con un vestido color rosa y listón del mismo color en su cabello negro largo y lacio se encontraba recolectando rosas en el bosque, cuando un ruido muy cerca del lugar donde se encontraba llamo su atención, haciendo que la pequilla niña se dirigiera con cautela al río.

¿Qué será ese ruido?, proviene de la cascada dijo la bella niña tomando con sus manos su largo vestido para que este no se ensuciara pues ese día dentro de unas horas el castillo recibiría visitas y el padre de ella le había comprado ese vestido para esa ocasión.

La niña camino con cautela a la cascada y con sus pequeñas manos trataba de abrir separar las ramas de las plantas que había para poder ver que sucedía en la cascada que provocaba tanto ruido. La pequeña pelinegra al no lograr observar nada decidió seguir avanzando hasta el pequeño lago.

No hay nada, debió ser mi imaginación, dijo la pequeña niña girando para volver al castillo, cuando algo lo tomo por los tobillos y la jalo hacia el lago empapando y ensuciando el vestido de la bella princesa por completo.

Te, tengo, te tengo ja ja ja ja, pensabas que te escaparías de mi, decía un apuesto niño de cabello alborotado que sonreía con los ojos cerrados, sin darse cuenta de lo que había ocasionado, mientras se paraba de la pequeña laguna para salir de ella.

¿Quién eres tú?, mira lo que le hiciste a mi vestido, dijo la bella niña pelinegra furiosa, con las manos a la cadera, una vez que logro soltarse del agarre y salió del lago con la ropa escurriendo agua y toda empapada y sucia, haciendo reaccionar al niño que al verla se volvió más rojo que un tomate.

¡Disculpa¡ te confundía con pez gigante al que estaba queriendo atrapar, dijo el niño agachando la cabeza mientras sus mejillas aumentaban de color.

¿Ahora qué haré?, papá se enojara conmigo, creerá que lo hice al propósito decía la bella niña pelinegra mientras unas lágrimas rodaban por sus bellas mejillas sonrosadas.

¿Y si te lo sacas y lo lavamos?, dijo el niño en su inocencia haciendo sonrojar a la pequeña princesa.

No, como se te ocurre, yo no traigo más ropa, dijo la pelinegra.

Yo si, si quieres te presto mi gi, hasta que se seca tu ropa, yo puedo estar en short hasta que se seque tu vestido dijo el niño, tomando su traje y entregándoselo a la pelinegra tratando de encontrar alguna solución a su equivocación.

Esta bien, al menos así no use este vestido tendré que volver al castillo con el puesto sino papá se enfadara, decía la pelinegra.

¿Vives en un castillo?, decía el niño sorprendido.

Si, ¿es que tú no me conoces?, ¿no eres de este pueblo?, dijo la pelinegra sorprendida.

No, yo vivo en Paoz, vine con mi abuelo por unos asuntos suyos, dijo el niño. ¿Y tú porqué vives en el castillo?, dijo el dulce niño.

Soy la princesa de este reino, mi nombre es Milk, Milk Ox, dijo la pelinegra estirando su delicada mano para que el niño la tomase.

¿Una princesa?, dijo el niño sorprendido.

Si, ¿no piensas tomar mi mano y decirme tu nombre?, decía la niña mirando la cristalina mirada del niño que tenía en frente.

¡Eh¡ si, Gokú Son, disculpa, no sabía que eras la hija del rey Ox Satán, dijo El niño sonriendo.

¿Conoces a mi padre?, dijo Milk.

Si, mi abuelo vino a verlo, por eso estoy aquí, dijo Gokú mientras la pelinegra sonreía.