Nadja Preminger, joven rubia, de ojos azules, que posee gran corazón, de 17 años, nacida en Francia, en una de las familias más importantes en el mundo de la aristocracia, conocidos bajo el ducado de los Preminger, familia con título aristocrático...
Cubrió a la joven con una manta y el cubrió sus perfectas y fuertes piernas con el pantalón del pijama, que como no, era de color negro y ceñido.
El joven se sentó en la cama, aun con el pelo desordenado y con el torso descubierto, que entre las sombras se definía su cuerpo fuerte y esbelto. Y poco después se metió bajo la manta, y se quedó contemplando a Nadja.
Pasadas unas horas, Nadja se despierta y ve a Keith durmiendo a su lado, alarga un brazo hacia él y acaricia su cara y desplaza la mano hasta su torso, era amplio, fuerte, cálido y suave. Poco después de eso se pega a él, le besa en los labios y lo abraza, notando su cuerpo muy cerca del suyo, podía notar el calor que su cuerpo transmitía.
Nadja pensaba ¿Que si eso estaba bien visto en la sociedad en la que había nacido, la aristocracia? Ella sabía que una mujer aristócrata no podía estar a solas con un hombre y mucho menos en una habitación, pero a decir verdad, él le había pedido de ser pareja horas atrás y ahora eran pareja, así que nada lo que estaba sucediendo estaba mal, más bien era natural que durmiesen juntos, mientras seguía pensando, detecta que Keith la estaba mirando y al mismo tiempo él también le abraza.
Nadja: Lo siento Keith, te he despertado y debes de estar muy cansado.
Keith: Nadja no te preocupes, me alegra ver que estas aquí conmigo, tan cerca de mí, tanto que puedo notar tu respiración.
"Nadja se sonroja"
Nadja: Keith no digas esas cosas, que vergüenza. Seguro que tú has estado con muchas otras mujeres, ya que eres tan perfecto. "Sus ojos brillaban más que de costumbre mientras decía esas palabras"
Estaba ciega por el
Keith: Nadja no sé cómo puedes pensar eso de mí, no soy como mi hermano, yo sigo siendo virgen, ¿Te tengo que recordar que te he estado esperando todos estos años? Para mí también es la primera vez que estoy una mujer a solas, en una casa, en la cama, ya sea durmiendo o de cualquier otra forma.
Nadja eres la primera persona que me ve tal cual y como soy, que me ve casi sin ropa y recién salido de la ducha. Desde siempre he tenido muy claro que no quería estar con nadie más, solo contigo.
Nadja: No me mal intérpretes, eres tan perfecto, y además de eso eres guapo, seguro que has tenido a todas las chicas a tus pies, por eso lo decía, has debido de ligar mucho durante este tiempo, además de que la ropa que te gusta llevar es atractiva y aumenta tu atractivo natural. "Mientras decía esas palabras, se sonrojaba"
Keith: A decir verdad, si he tenido muchas proposiciones de jóvenes chicas, de clase media e incluso aristócratas pero yo tenía algo muy claro, sabía que quería estar contigo fuera como fuera y si al final me rechazabas, me iría del país para intentar olvidar y poder rehacer mi vida como pudiera.
Nadja: Eso no es necesario, porque te amo y amare siempre, pase lo que pase Keith.
Nadja levanta la cabeza y vuelve a besar a Keith. Él le corresponde al beso, pero esta vez ya no era tan tierno, sino que más bien era picaron, travieso y apasionado.
"Keith interrumpe el momento"
Keith: Nadja quiero decirte algo seriamente, es importante, a partir de este momento quiero que tú seas feliz y no te veas forzada a hacer nada que no quieras hacer, yo respetare todas tus decisiones y velare por tu felicidad. No quiero que sufras un mal momento como paso con Francis.
Nadja: Keith quiero que te relajes, a partir de ahora todo lo que haga será porque yo quiero, nadie me obligara a hacer nada, no te preocupes, mientras sea contigo estará bien.
Keith: Nadja, soy tan feliz de que estés a mi lado y que por fin no sea un sueño.
Nadja: Lo mismo digo cariño.
Recordando las edades de la pareja, Nadja tiene 17 años y ese año cumplía 18, su mayoría de edad, y Keith tiene 19 a punto de cumplir 20 años.
Keith destapa a la joven y se pone encima de ella sobre su fina y delicada cintura. Se la queda mirando, la observa fijamente y ve como poco a poco su cara empieza a ponerse roja y ella nerviosa, y eso le encanta, todo de ella le encanta, para que se iba a engañar a sí mismo.
"Keith susurrándole al oído"
Keith: Nadja, esta noche serás toda mía, pequeña princesa.
Su voz no era la misma de siempre, desentonaba seguridad y una pasión que jamás Nadja había visto en los ojos de su Caballero, el caballero de los ojos brillantes, aquel que ella amaba.
En esta situación y por primera vez, Nadja cede ante los encantos de su amante, que no eran pocos.
Continuara... **
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