2. Despertando...

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Capítulo 2.

Despertando a la bestia dormida

Kibum caminaba a paso lento por los pasillos del lugar, si bien a veces quería desaparecer un rato y que el custodio dejará de seguirlo, tampoco quería quedarse solo por mucho tiempo el lugar le causaba escalofríos, así que lo hizo, corrió por ese pasillo y se encerró en uno de los muchos cuartos, cuando el policía comenzó a buscarlo salió de su escondite y corrio a su habitación, cerró la puerta y se dejó caer resbalando por la puerta hasta que quedo sentado sobre el suelo, un largo y profundo suspiro salió de sus labios mientras una sonrisa se marcaba sobre estos, por fin tenía tiempo él solo sin que nadie le molestara.

Sus ojos se cerraron suavemente mientras disfrutaba de estar en el silencio de su cuarto, quizá después hablaría con su custodio y le pediría una disculpa por esconderse así, tampoco pensaba escapar de ahí, si quería salir era porque así lo habían decidido todos lo que estuvieron presentes en la corte aquel día.

Sintió una pesada respiración cerca suyo, por lo que sus ojos se abrieron de sobremanera, la persona enfrente suyo no era más que el enfermero de noche anterior, ese enfermero que se lo comía con la mirada.

— Lo siento, no sabía que estaba aquí, enseguida me voy - Kibum le empujo suavemente por el pecho, no quería tener problemas con nadie en ese lugar y menos con una persona que trabajaba ahí.

El enfermero negó con la cabeza y le miro de manera lasciva y cínica, mientras sus ojos se paseaban sin pudor sobre su delgado cuerpo cubierto sólo por la delegada tela de la bata.

— No creo poder dejarte ir... - sus manos comenzaron una ascendente caricia, desde sus pantorrillas hasta la parte interna de sus muslos, Kibum se removió incómodo, le causaba asco el tacto.

— Por favor no - Kibum se siguió moviendo, sus manos empujaban al enfermero, pataleaba para liberarse, pero todo en vano, el chico no le soltaba.

Sus manos se apretaban fuerte, se clavaba las uñas en la palma, las lágrimas bajaban por sus mejillas, su cuerpo dolía como el infierno; al sentir que el enfermero terminaba dejo salir un suave lloriqueo, el tipo acababa de violarlo y nadie, ni siquiera el custodio se aparecía, al notar que el chico se iba con bastante cuidado se reincorporó aún estando en el suelo, el llanto se intensificó y cuando la puerta se abrió nuevamente, Kibum retrocedió torpemente notando que ahora si era su custodio, quien le miro sin comprender y sólo le tomó del brazo e hizo se levantará, lo cual le hizo doler toda su área pélvica y soltara un débil jadeo doloroso.

— ¿Qué te dije sobre alejarte? - el custodio lo saco de ahí sin siquiera preguntar algo, Kibum se removió con fuerza y le empujo, liberándose del agarre — ¿Qué te pasa? Es hora de la comida debes de estar ahí, como todos los locos.

— No quiero, por favor no quiero ir... - Kibum dejo caer gruesas lágrimas, lo que menos quería en ese momento era ver al maldito enfermero que acababa de violarlo y sabría que él estaría ahí, él y la señora que le hacía la vida imposible obligándolo a comer más de esa asquerosa comida.

El custodio suspiro y asintió con la cabeza, le ayudó a regresar a la habitación y le recostó en la cama, por como lucía el castaño chico el policía llegó a creer que Kibum había caído.

— Bien, iré por tu comida, no puedes estar así...

— ¡No! No, no, no, por favor no te vayas.

— Niño no soy tu niñera, pero se que debes de comer algo.

— Hoy no tengo hambre.

El  custodio le miro sin entender bien la actitud del chico pero terminó asintiendo, si bien estaban en un hospital psiquiátrico, todos ahí parecían estar locos, sólo esperaba que no fuera contagioso, cuanto antes terminará el caso del chico, mejor para él, así podría irse de ahí.


Split [Kim Kibum]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt