20 Inviernos

Desamor

Estoy quebrado muy internamente.

Me han diagnosticado demencia,
soy esclavo de paranoias.

Mi desgastada memoria solo alberga un accidente
donde mi felicidad pasó a ser historia.

Estoy cansado de intentar ser perfecto para los demás,
de esmerarme más y más,
para que al final solo me rechacen.

Me cansé de vivir entre disfraces y mentiras,
no existe nada más.

Aquí mi realidad solo ha sufrido percances.

“No vales la pena”
me dices a estas alturas
donde la locura que siento por ti es imparable,
haciéndome sentir miserable,
como un enfermo sin cura.

Me consumió la amargura,
quizás era inevitable.

“Todo fue una mentira”
repetías con descaro,
mientras yo, sentía como un disparo directo al corazón.

Te negaste a cada opción.

Conocerte salió caro.

Mis sentimientos escaparon,
desaparecieron tras la conmoción.

¿Acaso no eras tú quien decía que me amaría
y que moriría por mí si fuese necesario?

Repetías a diario que siempre estarías,
no pensé que crearías el lugar de mi calvario.

Un cortocircuito que es dañino a mis sentidos
es lo que he sentido cuando me dejaste.

Si ya olvidaste lo que he sufrido,
dejaré que sufras para recordarte
que nadie hizo una sutura que cerrara mis heridas,
yo mismo me encargue de sanarlas con alcohol.

Aunque fue duro el dolor de superar tu despedida,
hoy que no estás en mi vida espero vivir mejor.

Luche por mantener la sonrisa de tu rostro,
pero fue el monstruo que se esconde bajo tu piel
quien robó la mía.

Cuando la agonía llegue y llene tu agosto
pagaras el alto costo de lo que antes hacías.

Disculpa si la verdad te suena un tanto cruel.

Fui tu juguete,
tú serás el de alguien más.

Sabrás sobre ese amor amargo como hiel,
la palabra fiel solo será un antifaz.

Si no querías ilusiones
¿Por qué pintaste un cuento de hadas?

Si no sentías nada
¿Por qué aceptaste la llave
de un corazón que sabes que de verdad te amaba?

Prueba una cucharada de tu propio jarabe.