Capítulo 10

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Macey se estaba dando una ducha en su habitación, mientras tanto los chicos conversaban esperándola para la cena; Isabelle decidió irse y les comento que solo la buscaran si fuera muy necesario, ninguno de los chicos comprendió la actitud que había tomado repentinamente la mujer.

—¿No puedes alimentarte en otro sitio?—aludo Andrew asqueado

—Tengo mucha hambre, necesito comer, si no perdería mucho fuerza—gruño el híbrido, sorbió un poco más del cuello de una joven hermosa; la hipnotizo para que se marchara y olvidara lo que paso

—Siempre supe que Marge era deliciosa—menciono Alexander limpiándose la boca con un pañuelo de seda, el guardián hizo un gesto de repulsión

—Eres asqueroso Alex—dijo Andrew untando mantequilla en un panecillo

—Ya deberías de estar acostumbrado...cierra la boca, además estas en mi habitación, guardián estúpido—refunfuño Alexander; la morena entro a la habitación y tomo asiento a un lado de Andrew, el híbrido le tendió una copa de vino, ella la acepto y bebió un poco, comieron en silencio y al terminar Macey se puso de pie...

—Gracias, creo que iré a descansar—informo la chica a ambos hombres, ellos asintieron extrañados de que no quisiera comentarles nada del suceso, Macey salió de la habitación, dejando a solas a Alexander y Andrew.

—¿Qué rayos les pasa a las mujeres?—pregunto Andrew rascándose la cabeza, Alexander lo miro y se encogió de hombros.

Macey en su habitación, había encendido velas, solo las observaba, no sabía qué era lo que le pasaba, sentía un cambio, su cuerpo le dolía, su cabeza daba vueltas; se miro el símbolo de su antebrazo y no entendía, como era que ya se le estaba completando si aún faltaba mucho para eso, no quería pensar en lo que pasaría, esto no debería terminar así, pero lo más extraño de todo, era que ahora sentía que controlaba todo, sentía que su poder crecía, pero no le afectaba en nada, lo estaba controlando.

En su habitación Isabelle, pensaba en el pasado, estaba asustada, por lo que había sentido en el dæmonium, cerró los ojos y su mente regreso al siglo XIX, vio a Roblen, a su lado, como era de costumbre.

—No entiendo lo que me pides Roblen—menciono la mujer frunciendo el ceño

—Me has escuchado bien Isabelle, quiero que hagas lo que te pido, y guardes este secreto hasta la muerte—dijo Roblen ignorando las réplicas de Isabelle, caminaron un poco y encontraron a Alexander

—Hola querida—saludo el híbrido dándole un dulce beso a su amada, saludo a Isabelle con la mano y se marcharon, Alexander estaba tan contento con ella, que Isabelle no estaba segura de lo que iba hacer, no quería hacerle daño a nadie, mucho menos a los dos hombres que tanto la amaban.

Esa noche era oscura, Roblen gritaba de dolor, el híbrido intentaba tranquilizarla e Isabelle hacia lo que Roblen le había pedido, conjuraba no para ayudarla, para perjudicarla, le estaba dando el sitio exacto de donde estaban, para que Marissa, mande a Sofía a que la mate, ya que ella no le costaría nada

—Alexander...tienes que ir a ayudarlo, por favor—imploro Roblen al híbrido, esa noche Sofía mataba a su guardián y Alexander no llegaba a tiempo para salvarlo, o al menos eso le quisieron hacer creer a Sofía y Marissa, mientras que el híbrido estaba en otro lugar, Isabelle se lamentaba por aquellos hombres que perderían a Roblen, llego Sofía y ataco a Isabelle, la mujer no se defendió, fingió desvanecerse, cuando llego Alexander y vio como le arrancaban el corazón a su amada perdió la cabeza, pero Isabelle se sintió contenta por un momento, su trabajo había funcionado, sonreía para sus adentros, pero tres siglos más tarde, se lamentaba, había cometido un error, Roblen no era Reinele, era Swarzele pura, pero nunca lo pudo ver Alexander, ella no podía amar a nadie, solo utilizaba al híbrido y se beneficiaba con el guardián de Sofía, haciendo que ambos chicos se enamoraran de ella, solo tenía un propósito, tener más poder durante los siglos, pero algo había dado un giro en su plan, cuando Macey abrió los ojos por primera vez, y su alma era mitad Reinele, aquella chica no dejaría que Roblen prosiguiera con su plan, era su única salvación para la mujer de ojos zafiro, pero si Marissa conseguía matar a Macey, o convertirla en Swarzele, acabaría con todos los Reinele y seres que no fueran brujos oscuros o guardianes Swarzele; la mujer no podía hablar con los chicos, sabia las ideas estúpidas que se les ocurriría, ella decidió ir a charlar con su viejo amor Nicholas; al llegar a la cabaña en donde se albergaba el hombre, toco la puerta un poco y Aleika la recibió con gusto, la hizo pasar directamente con Nicholas...

—Isabelle, pero mírate, radiante como siempre... parece que los años no pasan contigo—menciono el hombre dándole un delicado beso en la mano, le hizo señal a Aleika para que se marchara y esta salió dando una pequeña reverencia

—Parece tu sirvienta, no tu mujer—alego Isabelle

—Es porque no es mi mujer, la única mujer que he tenido la mate—dijo melancólico Nicholas

—Yo te pude haber dado el amor que te faltaba, no Elena la bruja oscura solo te trajo problemas—menciono la mujer acercándose al hombre, le acaricio su mejilla y se aproximo a sus labios, pero este bajo la mirada y rechazo su beso

—No quería hacerte lo mismo que a ella, y a Elena no la amaba y tampoco lo hago con Aleika solo le tengo cariño...a ti te amare el resto de los siglos como siempre amare a Roxanne—aclaro el hombre, ayudando a que se pusiera de pie, Isabelle se aclaro la garganta antes de hablar

—De todas formas no he venido a hablar del pasado, he venido para que me ayudes, Roblen me pidió que hiciera algo, en el siglo XIX, que transportara su corazón a otro siglo, decidí mandarlo tres siglos más tarde, no creí que funcionara, pero vi a la pequeña Macey en mi mente y supe que lo había hecho, pero ahora Roblen pretende algo y no estoy muy segura de que es—informo la mujer, Nicholas se rasco la barbilla pensando

—Pero Roblen siempre ha sido mi señora, no sé como pudiera defraudarla—dijo el hombre poniéndose de pie

—Es que ella no existe más, se fue, ahora solo es un ser mas sádico y enfermo, ahora tu señora es Macey, es su nueva conejillo de indias, pero es tu señora, tu deber es estar para ella hasta que muera, tu hijo y tu están conectados con las Banshee el resto de los siglos—gruño Isabelle, incorporándose junto a la ventana con él

—Pero esa chica tiene algo, no puedo estar completamente conectado con ella, algo cambio, pero solo por ti Isabelle, la protegeré todo lo que pueda, y estaré listo a lo que sea—prometió Nicholas a la mujer, Isabelle asintió y sintió como su cuerpo se estremeció cuando Nicholas le acaricio la mejilla, le puso un mechón de cabello detrás de su oreja, puso una mano en su espalda baja y la otra en su nuca, la tomo fuertemente y la beso, apasionadamente, pero cuando el hombre sintió que la hermosa mujer le alzaba su camiseta él la detuvo y se aparto un poco de ella, recargo su frente en la frente de Isabelle

—No, estaremos juntos hasta que Aleika no esté en mi vida—susurro, a Isabelle se le llenaron sus ojos de lagrimas, pero comprendió, ella sabía que él no estaba listo, no aun, y lo supo cuando noto que Aleika tenía unas cicatrices de garras en el brazo...Nicholas le dio otro beso, pero este más tierno y después uno pequeño en la frente, con un dedo le limpio las lagrimas de sus mejillas, la miro unos segundos y la abrazo fuertemente.

—Te amo más de lo que ame a Roxanne, por eso no me case contigo—susurro en el oído de Isabelle, ella sintió un vuelco en el corazón, y se abrazo con más fuerza al hombre; esa noche se quedo Isabelle a dormir en la cabaña junto con los lobos, no podía arriesgarse a salir a altas horas de la noche, con la magia oscura a su máximo esplendor.   

ATSUCTE "El guardián de tu alma" |#1|Where stories live. Discover now