Todos tenemos un guardián que custodia nuestra alma...
Una chica se debate entre saber si es alma pura o alma oscura, sin recordar su niñez o a sus verdaderos padres, esta vaga con un hombre, el cual se hace llamar su guardián encargado de custodiar...
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Los Parang llevaban cinco años buscando a Macey, ella había escapado cuando tenía catorce años. Los Parang la usaban para investigar qué es lo que tenía en su cerebro, pero algo salió mal e hicieron que Macey olvidara sus memorias de los cinco a los catorce, solo le quedó el recuerdo de su madre. Cuando se escapó de ese lugar tan espantoso, pensó que la habían secuestrado; llegó a una casa en donde una familia de tan solo unos ancianos la adoptaron, cuándo ella cumplió los diecinueve años se marcho a la universidad, ahí fue en donde la encontraron de nuevo los Parang.
—Tómale otra muestra de sangre —Uno de los Parang estaba conectado a su cerebro, mientras que otro de ellos le tomaba muestras de sangre y tomaba el ritmo cardíaco.
El líder de los Parang hacia pruebas de su sangre con sangre de Atsucte's muertos, como ella no podía recordar a el suyo, pensaron que podían hacer a una mutante, pero su mente era un misterio, no era Reinele , ni Swarzele, las almas puras tenían sueños blancos y las almas oscuras tenían sueños negros, pero Macey tenia de ambos sueños.
—Señor perdemos la conexión, le está dando una hemorragia interna —El líder desconectó a Macey del Parang y le inyectó un liquido amarillo para calmar la hemorragia
—Límpiala, pronto despertara, comenzaremos su entrenamiento para ser Atsucte, pronto encontraremos la sangre correcta —dijo uno de ellos, Macey llevaba cinco meses inconsciente...
Cuando abrió los ojos se percató que tenia vendado el torso y tenía un fuerte dolor en la cabeza, se la tocó y tenia suturado la parte de la nuca, se intentó levantar pero estaba sin fuerzas; cuando cayó al suelo ahogó un grito, se puso de pie con sus pocas fuerzas, y salió al pasillo. Todo era color blanco con focos amarillos, el resplandor de la luz la mareaba, pero Macey no se detuvo y siguió caminando hasta que encontró una puerta; entró en la habitación y había varias incubadoras con hombres y mujeres conectados a una manguera de la nuca, tenían una vestimenta muy peculiar, todos tenían ropa negra, y arriba parecía que tenían una armadura.
Escuchó el abrir de la puerta y se escondió, se percató de un hombre demasiado alto y robusto, era muy blanco, llevaba una gabardina café, no tenia cabello, lo sustituían mangueras, ella no sabía que era exactamente, se sobresaltó a cruzar mirada con unos ojos totalmente negros, se levantó de golpe e intentó correr, pero sintió una punzada en la cabeza y se desmayó; el Parang la tomó en brazos y se la llevó a una habitación en donde un par de mujeres la cambiarían para su entrenamiento, se esperaron a que se despierte para ofrecerle algo de comer... Macey abrió los ojos y vio un par de mujeres hermosas, pelirrojas y de ojos grises, eran casi idénticas con comparación de que una de ellas tenía un ojo blanco, la idea la atemorizó un poco, pero se armo de valor.
—¿En dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes?—preguntó con intranquilidad, una de las mujeres se le adelantó a la otra y le respondió a Macey:
