Capítulo 4

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Macey llevaba ya casi un mes sin ver a Andrew, estaba preocupada, una de las gemelas le había dicho que él regresaría hasta que no sintiera el aroma de su sangre en sus manos.

—Creo que tengo que salir a buscarlo, ya me siento mejor de la espalda, las heridas ya casi sanaron—informo Macey a las gemelas, se puso de pie y tomo sus armas, Rebecca se encogió de hombros en forma de aprobación

—Estás loca; hay peligros fuera de aquí, Marissa solo busca la oportunidad para acercarse a ti, los Parang, no sabemos lo que traman, han estado silenciosos desde más de dos meses—dijo histérica Allie, su hermana dio una fuerte carcajada.

—Tranquila hermana, no le va a suceder nada, además recuerda que  Andrew y ella están conectados, si está en peligro él correrá a su rescate—aludo Rebecca haciendo movimientos con los dedos, la morena puso los ojos en blanco, les agradeció y se marcho, en realidad no sabía cómo era alrededor de la casa de las gemelas, Andrew siempre aparecía adentro de la casa; el hogar de las gemelas parecía una cabaña vieja, olía a húmedo, todos los muebles eran de madera, su vestimenta era antigua, usaban unos hermosos vestidos del siglo XVIII; la cabaña estaba en la cima de una colina, a lo lejos se veía el bosque, el clima era un poco frío, Macey llevaba puesta la gabardina de Andrew ya hilada; bajo la colina con cuidado, había piedras grandes, hiervas crecidas, flores; noto en menos de un kilómetro que había una pequeña cascada, fue hacia allá, toco el agua y estaba un poco fría, se echo agua sobre el rostro, cruzo el río sobre piedras, llevaba como treinta minutos caminando, entre mas se acercaba al bosque más frío sentía, noto que a su derecha un camino la llevaba a otro lugar, tal vez fuera del bosque y las colinas, decidió irse por ahí; el camino era de tierra, tenia huellas de animales, se detenía en tramos para descansar un poco y beber agua, a un extremo de donde estaba sentada, una pequeña ardilla se le fue acercando, recordó que portaba un poco de avellanas y le ofreció, el animal se acerco con confianza y trago de la palma de la mano de la chica

—Llevo mucho rato caminando pequeña, parece que este no es un buen lugar para vivir... yo por lo personal no viviera aquí—platico la morena con la ardilla, el animal le hizo un sonido extraño y con sus patas le jalo un poco el dedo, Macey comprendió de inmediato, quería que la siga, se levanto y eso hizo, el animal la llevo a la entrada de un castillo enorme, parecía de los castillos donde vive el rey, dio la vuelta y el camino no estaba, la chica frunció el ceño, la ardilla se había marchado, la enorme contrapuerta se abrió mágicamente, Macey pensó en que tal vez su guardián estaba en ese lugar, camino directo a la puerta, se tardo diez minutos en llegar a ella, había un hombre no muy alto, con el cabello corto y rubio, sus ojos en la luz eran de un color morado oscuro, a un lado de él, una mujer un poco más alta que Macey, llevaba ropa parecida a la de Andrew, negra y con armadura plateada, la joven era rubia y de ojos claros

— ¿Te perdiste señorita?—dijo el hombre impidiéndole la entrada a la morena, la rubia en sus manos portaba dos grandes y afiladas dagas, las giro con agilidad y la miro.

—Algo así—respondió Macey, los rubios se miraron, la joven se le aproximo y la olfateo, la morena arrugo las cejas

—Es Swarzele, aunque huele un poco extraño—informo la rubia, el hombre abrió la puerta y la dejo pasar, Macey no lo pensó dos veces y entro, a sus espaldas se escucho el portazo, por dentro era hermoso, había pinturas, escaleras elegantes que llevaban al segundo piso, por todos lados disfrutaba gente de bebidas, algunos hombres fumaban pipa y puros, algunas mujeres portaban ropa de sirvientas, otros tenían ropa como la de Andrew; Macey recorrió el lugar para ver si lo encontraba; en el segundo piso una puerta le llamo la atención, cuando intento abrir una fuerte descarga hizo que se desmayara; un hombre la encontró en el pasillo y la tomo en brazos, le quito la gabardina y las botas, le recostó en una cama, espero casi una hora a que despertara, así que decidió bajar por algo de comida y bebida para la chica; cuando Macey despertó sintió un ardor en el brazo y se percato que su símbolo seguía su continuación, cuando se termino de hacer la segunda parte le dejo de arder, miro a su entorno y estaba en una habitación grande, la cama en donde estaba acostada estaba muy cómoda, hace tiempo que su cuerpo no descansaba como se debe, se estiro y se puso de pie, en el suelo, un circulo perfectamente trazado destacaba, se acerco al librero y comenzó a ver los títulos, <<autores viejos>>, pensó Macey, se sobresalto al escuchar abrir la puerta, entro un joven apuesto con tez caramelo, su cabello era corto y castaño, sus ojos eran color marrón oscuro, sus labios eran carnosos, era alto y robusto, le sonrió amablemente y alzo la charola de comida y bebida

ATSUCTE &quot;El guardián de tu alma&quot; |#1|Where stories live. Discover now