Halcyon.

Capítulo IX.

La muchacha la miró y se mordió el labio con culpabilidad.

—No te preocupes, Ells. Ellos estarán demasiado ocupados tratando de contener las lágrimas durante el espectáculo, entonces luego estarán tan avergonzados que no podrán hacer contacto visual con nadie hasta que te reúnas con ellos al finalizar y va a estar bien.

—Tienes razón. Va a estar bien. —Ellie asintió con la cabeza tratando de convencerse a sí misma y sonrió extrañamente, rascándose el brazo sin pensar mientras su rostro empezaba a deformarse—. Es sólo el chico que me vio caer como una completa boba al suelo conociendo al gruñón de mi padre y a mis hermanos que no tienen miedo de compartir historias embarazosas sobre mi infancia solo para verme nerviosa. Va a estar bien.

Su voz sonaba algo aguda, como si no pudiera creerse a sí misma.

—¡Muy bien, hablemos de otra cosa! —Olive trató de mantenerla positiva y sonrió como una pequeña madre tratando de esconder el hecho de que le puso brócoli en la ensalada a su hijo—. Va a ser la fiesta de Seth muy pronto.

Ellie gimió de emoción. —¡Sí! Estoy loca por tener una noche para bailar.

—Definitivamente sí. Es como que, está bien cantar todos los días y actuar y todas esas cosas, pero a veces sólo quieres perderlo en la pista con algo de salsa, ¿sabes? Mover esas caderas y bailar como fiera.

—Cálmate, tigre. —Ellie la miró divertida—. Estás asustando a la gente.

—Bueno, es que estoy realmente cansada de la monotonía.

Ella sacó otro vestido con púrpura y plata en líneas, pero se mordió el labio y miró a la chica. —¿Qué quieres decir con eso?

—Es que cada día me siento más como un robot y menos como un humano. Me despierto, luego voy al hospital para ver si mi padre está mejor desde la última vez, paso tiempo con él y me aseguro de que está comiendo bien, tengo el mediodía para comer y ver la televisión y luego es hora trabajar. Regreso a casa, tomo una ducha, luego me preparo un poco de café y veo más televisión hasta que es hora de irme a dormir. Y entonces es como si el botón de repetir estuviera atascado, como si eso fuera todo lo único que queda de ser un adulto.

—¡Basta ya! No está tan cerrado como piensa, Olive. —Tal vez hablaban así en el sur cada vez que iban a dar una lección a alguien, pero era un poco divertido y lindo al mismo tiempo—. Usted puede que sea la última cosa que su padre tenga, pero necesita tomar un cierto tiempo para usted misma y no solo para comprar un vestido de lujo. De hecho, vamos a comprar no sólo eso, sino también lo que vamos a usar para la fiesta de Seth y vamos a poner esa pista de baile en llamas una vez que lleguemos allí. ¡Prepárese porque será humanizada de nuevo, señorita Blundell!

Olive rió un poco, siendo arrastrada por Ellie. —Muy bien, mamá.

Ambos salieron de las tiendas con algunas bolsas en sus manos y fueron a Pestle Bean antes de que fuera el momento de ir al teatro. Ellie compró un vestido largo blanco que la hizo parecer una princesa y para la fiesta eligió todo lo contrario, corto y negro como una pantera. Olive, por otro lado, compró un largo vestido azul marino para la gala y una camisa con una falda para el cumpleaños de Seth. Estaban ocupadas ahora con su café italiano.

—¿Viene toda tu familia, Ells? —Arrugó la nariz cuando vio cuántas cucharadas de azúcar había añadido la chica de los cabellos dorados a su café, pero siguió mirándola mientras bebía del suyo.

—Eso es lo que me dijeron. Para ser honesta, me sorprendió que incluso mi hermana dijera que sí porque ella siempre está ocupada con algo.

—¿Tal vez quiera ver a su hermanita? O la gran ciudad en la que vive —dijo con una sonrisa graciosa y Ellie resopló.