Lucas

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Después de limpiar el vómito de mi recámara y de quitar los restos de este del trapeador me senté en uno de los banquillos altos de la barra, mientras que Maya hablaba con mis padres animadamente en el sofá.

Mis padres me pidieron privacidad para hablar con ella, mamá me hizo hacer el almuerzo y me dio un pequeño regañó por no haber invitado antes a desayunar a Maya.

Pero ellos no la han dejado desde entonces, Maya no hace más que contestarles lo más expresivamente que puede he descubierto algunas cosas de lo que ha hecho en estos años o bueno lo que hizo, me sorprendió saber que ella no se había ido muy lejos, que su mamá después de todo termino viviendo felíz con un buen trabajo y un marido muy amable, él le dió como regaló a Maya el departamento en el que actualmente vivía.

Estube observándola hasta que ella se levantó y se encaminó hacia mi.

-tus padres quieren despedirse -me informó, poniendo el celular en altavoz -listo señora Friar.

-gracias Maya, cielo te amamos y esperamos que tengas un buen inicio de curso nos hablas en cuanto llegues a la universidad y en cuanto salgas, no se te olvide visitar a Marta...

Tome el celular de las manos de Maya para quitar el altavoz mientras Maya sonreía.

-si mamá -conteste mirando hacia el otro lado, sentía mis mejillas calientes.

-cierto Maya escucho todo! -dijo mamá cantarinamente -lo siento cielo pero quiero que hagas todo lo anterior, queremos saber cómo estás, deberías de llamar más a menudo...

Escuché hablar a mamá unos cinco minutos más hasta que dijo que debía de salir a una reunión con la familia.

-bien mamá, los llamaré después -intenté finalizar la llamada.

-cariño -me detuvo -cómo te sientes al tener a Maya otra vez a tu lado?

No sé a que venía la pregunta pero algo me hizo mirar a Maya, ella miraba las fotografías que colgaban en la pared, pensé en aquellos años en los que ella no estuvo, en los que aprendí a que mi vida era una broma, yo no quería a Riley, nunca fue así me sentí comprometido a ella pero nunca sentí lo que había enfrentado al renunciar a Maya. Ella era única, ella es única.

-me siento bien pero no se cómo arreglar las cosas sin que haga algo mal -dije sincero caminando a mi habitación Maya no debía oir esto no aún.

-Lucas, sabemos que sufriste por ella, sabemos que pusiste distancia entre aquélla morena y el pequeño castaño porque ellos te hacían recordar a Maya -mamá dejo de hablar, no sabía que decir -ella siempre me agradó desde aquella venta de pasteles noté algo diferente en el modo de actuar de ambos... aún eran niños

Deje volar esa última frase “aun eran niños" siempre ponía como excusa aquellas palabras, aún sin ser del todo ciertas, conocí a Maya a temprana edad, mis sentimientos aún no eran de lo más claros pero sabía que sentía algo diferente por ella, yo si la quería.

-es una buena chica -le dijo con dulzura su mamá -y cariño llámanos más seguido, te amamos.

El tono una llamada cortada se hizo presente en la recámara de Lucas, su mamá estaba a kilómetros de él pero ella sabía que la chica que está en su sala le hacía sentir seguridad y a la vez inseguridad con su presencia. Miedo, fue lo que pensó Lucas.

Salió de su habitación esperando encontrar a la rubia pero no fue hací.

-Maya? -su voz sonó áspera, no quería pensar que la chica había huido en cuanto vio la oportunidad.

-hablaste? -pregunto la rubia desde la puerta del departamento de Lucas sólo mostraba su rostro -el cerrajero llegó.

Y volvió a perderse detrás de la puerta, no se había ido pero su acción me hizo pensar que ella se sentía incómoda con él.

Ella regresó |LucayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora