Rachel vivía una vida normal... Hasta que un día unas extrañas personas entraron a su casa y su abuelo para salvarla la envía por un portal a otro mundo el cual ella creía que existía sólo en las historias que escuchaba cuando era una niña.
Cuando regresaba de la escuela encontré la puerta de la casa forzada, entre corriendo en busca de mi abuelo. Al entrar a la casa en la sala veo a unos extraños hombres que rodean a mi abuelo, uno de ellos que parece ser el líder lo tiene sujeto por el cuello de su camisa. -dime dónde la has escondido!- -nunca..la encontrarás...ella no será como tu..-mi abuelo tiene sangre en su boca y veo como gotea más de su dorso. -abuelo!!- todos los hombres se percataron de mi presencia, el hombre que sujetaba a mi abuelo en cuanto me vio parecía muy sorprendido. -Mirash....-como sabe el nombre de mi madre?, mi abuelo creó una onda de un color verde y los hombres salieron disparados, tomó una bolsa del suelo y me tomo de la mano. Me llevo al jardín trasero y me dejo en frente del arco de enredadera que daba al bosque en nuestro patio. -escúchame bien Rashel, no importa que quiero que nunca olvides quien eres realmente, se que estas confundida y asustada pero todo estará bien; eres más fuerte de lo que tu crees- miro a la casa y de la bolsa sacó un frasco y un viejo libro,me dio el libro y beso mi frente, las lágrimas salían de mis ojos sin control alguno.-estarás bien, confía en tus instintos- rompió la botella en el arco y un gran destello apareció, parecía uno de esos portales que salían en las películas...esto no podía ser verdad lo más seguro es que estaba alucinando. -te amo mi pequeña campeona- me empujo dentro del portal. -Abuelo!!!!- todo sucedió muy rápido y choque contra el suelo, me encontraba en unas ruinas y cuando quise regresar el portal había desaparecido. -que rayos esta sucediendo?- mire a mi alrededor las ruinas estaban en medio de un gran bosque y estaba a una gran altura,habían unas escaleras mi única salida. Tome mi mochila y el libro que me entregó mi abuelo, lo guarde y me coloque bien la mochila a mi espalda. Revise los escalones y parecían seguros comencé a bajarlos con el mayor cuidado posible. Al llegar a bajó mire a mi alrededor, no había nada que yo pudiera conocer, camine buscando alguna señal de donde pudiera encontrarme o si habían personas cerca, esperaba que no hubieran animales salvajes aquí. Horas después a mi parecer una eternidad, decidí sentarme en un tronco a descansar, la temperatura estaba bajando considerablemente a lo cual tome mi sudadera y me la coloque intentando entrar en calor. Escuche ruido a mis espaldas seguido de pisadas continuas y pronto capte el sonido de caballos acercarse. Unos 5 caballos aparecieron, sus jinetes tenían unas extrañas ropas para montar eran tres chicos y dos chicas, pude ver a sus costados espadas por lo cual retrocedí unos pasos, todos ellos bajaron y una chica de cabellera roja se acercó pero seguí retrocediendo. -tranquila no te haremos daño- -Amelia cómo sabes si quiera si ella te entiende?-un chico castaño oscuro sonrió viendo a la pelirroja que lo fulminaba con la mirada para luego mirarme a mí y sonreír. -puedes entendernos?- asentí pero aún así retrocedí más pasos-no te are nada lo juro- Vi una vez más su espada y me di la vuelta echando a correr todo lo que daban mis pies escuche como maldecían pero no gire para ver qué hacían, sólo seguí corriendo. Escuche los caballos acercarse y por girar a verles termine chocando con un árbol...o eso creía, al levantar la mirada me encontré con un dragón negro con azul brillante, abrió sus enormes alas y rugió, retrocedí en el suelo y el acerco su cabeza a mi. Sus ojos eran de un extraño azul brillante pero por alguna razón se me hacían conocidos. Sentí como algo palpitaba en mi pecho más exactos cerca de mi cuello.
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Mi collar brillaba demasiado y parecía latir como un corazón. Los chicos llegaron y bajaron de sus caballos en cuanto sacaron sus espadas el dragón mostró sus dientes. -Amelia, Briana sáquenla de ahí nosotros no encargamos del dragón- un chico peli negro que parecía ser el líder dio un paso adelante pero el dragón con una de sus alas me cubrió, me protegía. Me levanté con cuidado de no hacer movimientos bruscos, el dragón pareció olvidarse de los chicos ya que tenía su mirada en mí, estiré mi mano lo más lento posible y el acerco su cabeza a esta dejándome tocarlo. "Dantalion" escuche una voz más gruesa en mi mente y mire al dragón quien me miraba como si fuera lo más preciado para el. Un destello iluminó todo y cubrí mis ojos, cuando la luz desapareció al abrirlos el enorme dragón no estaba en su lugar uno más pequeño que llegaba a mi cintura se encontraba frente mío. -tiene el vínculo- una chica de cabello castaño claro hablo y los demás me miraban a mi y al dragón repetidas veces. -tenemos que llevarla con el director Blake- un Rubio guardó su espada y miro al peli negro - que dices Ash?- el nombrado me miraba serio y asintió. -de acuerdo, en marcha-
La chica de hace rato, Amelia se acercó a mí y me tendió su mano. -ven-acepte su mano con duda pero un tirón en mi ropa me hizo ver al dragón que una vez más se encogió, lo cargue y guarde en mi mochila. Amelia me ayudó a montar en el caballo y después todos comenzaron a avanzar.
Llegamos a un enorme castillo donde habían más chicos de varias edades con otros tipos de ropas, unos tenían más tipos de armas, otros corrían parecían practicar pero en el cielo una sombra pasó sobre nosotros al ver al cielo me encontré con otros dragones. Nos detuvimos en frente a unas escaleras y Amelia me dijo que bajara, después de eso 5 adultos bajaron por ellas, tres tenían como unas capas. Había otra mujer con un vestido rojo con una corona y un hombre con un tipo traje como el que usaban los militares con medallas y una corona igual. La mujer me recordaba a alguien vagamente, cuando me vio bajó corriendo las escaleras y me abrazo. -Rashel, estas viva- su voz, esa voz la llevaba escuchando desde pequeña en mis sueños, la voz de mi Madre.
