16.- Creo

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 ¿Qué se supone que debo pensar sobre la reacción de Glenn? He sido rechazado varias veces, he recibido todo tipo de disculpas por no poder salir conmigo, pero nunca me habían dejado en medio de la calle esperando una respuesta. ¿Quizá fui muy precipitado en mi confesión? Glenn es muy serio, ¿a lo mejor no supo que pensar al respecto?, sin contar que es muy posible que nunca se le había confesado otro chico.

— ¿Jacey?— llaman a la puerta, por la voz sé que es Sean quien está allí. Tengo como una hora dándole vueltas a lo que pasó con Glenn, desde que llegue de la comida.

— Tengo una seria queja contra ustedes— digo aun sin abrir la puerta.

— ¿Oh, en serio?— Sean tiene una sonrisa cuando abro— yo tengo muchas más quejas de las que tú podrías tener ahora mismo.

— ¿de qué hablas? ¿Y Allan?

— tenia cosas que hacer. Y tu... ¿Cómo te atreves a preocuparnos de ese modo?— ¿preocupado? Ah... ya entiendo. Dios, estuve tan mal estos días que no pude pensar en nadie más que en mí, no me di cuenta de lo preocupado que estaba Sean hasta que estoy viendo su expresión de alivio ahora.

— lo siento.

— Nada de eso, mejor ¿podrías explicar que fue lo que paso?— me dice, no está molesto ni exige una respuesta.

— quisiera olvidar eso, ¿podemos solo dejarlo pasar? Mira, es algo realmente desagradable que no tienes que saber. Además, creo que ya lo deje atrás— un poco al menos. Hoy me siento más animado que días atrás, ni siquiera que me dejaran en la calle con un gracias a la confesión que hice me hace sentir menos animado.

— ¿seguro?

— completamente seguro. Pagare la comida si vuelvo a preocuparte.

— está bien, pero que quede que tú mismo te ofreciste— sus palabras me traen un mal recuerdo de lo que paso, causándome un escalofrió.

— ¿Por qué metieron a Glenn en esto?

— estuviste diciendo que te gusta, además él dijo que sabía que había pasado pero le impediste hablar, si él lo sabía, pensé que podrías hablar con él.

— pues gracias, funciono.

— es evidente, estas sonriendo— Sean me sonríe desde el sofá donde se fue a sentar. Ah, no me gusta sentirme como si hubiera hecho algo malo.

— lamento...

— no, no te disculpes ¿Cómo fue la comida?

— pues... bien— Sean arquea una ceja. ¿Cómo explico lo que paso en la comida? ya ni me acuerdo bien que fue lo que paso antes de haber ido a la clínica— Fuimos también a la clínica para quitar los puntos.

— ya veo.

— y... me confesé— admito, mirado a la ventana. Es más fácil hablarlo si no estoy mirándole a la cara. Es algo divertido que tenga que hablar estas cosas con alguien que no es gay, y que ese alguien todavía se tome la molestia de escucharme, por eso Sean es mi mejor amigo.

— ¿Qué hiciste qué?

— pues eso, le dije que me gustaba— o eso creo— en realidad, le dije te amo— Sean se endereza, puedo ver el movimiento de reojo.

— estás loco.

— quizá, pero no recuerdo haberme sentido así con nadie más. De no ser por él...— suspiro, cerrando los ojos— y si esto solo es admiración o algo así, no me importa, no quiero saberlo.

Cuando decir "Te quiero" no es posibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora