Capítulo 8

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--Señora, yo no soy ninguna caza fortunas.

-No te hagas la tonta, una chica pobre como tú jamás podría estar con alguien como mi hijo

-¿Disculpe? -sentí lágrimas que amenazaban con salir

-Lo que escuchaste, Niall merece a una mujer refinada, sensual, linda, inteligente y del mismo nivel que él.

-¿Está insinuando algo?

-No, creo que quedó bastante claro lo que pienso de ti. Eres una chica boba, fea y muy por debajo de nuestra familia.

Salí corriendo del despacho, pude oír a la madre de mi "novio" riéndose. Odiaba a esa mujer, me había hecho sentir muy mal. Lo peor es que tenía razón: soy una estúpida por haberme metido en esto, soy horrible; y es por eso que nunca había tenido una relación duradera. Además no tenía dinero, era total y completamente pobre. Cuando atravesé la sala, Niall y su padre me miraron; ambos preocupados.

Abrí la puerta principal y salí de la gran mansión. Noté que lloraba a mares. De un momento a otro un par de brazos fuertes me rodearon; los de Niall.

-Lo siento -me susurró en el oído- no sé lo que te habrá dicho mi madre, pero no debió haber sido nada bueno.

Negué con la cabeza. Me di la vuelta para quedar frente a él. Lo observé detalladamente: su cabello rubio como el oro, sus ojos extremadamente azules, su nariz respingona y delicada (bastante para ser un hombre), un pequeño lunar en el pómulo derecho y... sus labios, sus rosados labios. De repente me dieron ganar de probarlos.

Me acerqué más a él. Nuestros rostros quedaron a 2 centímetros de distancia. Noté que Niall miraba mis labios igual como yo veía los suyos, nos acercamos. Hicieron falta un par de segundos para que nuestros labios se encontraran. Un sabor a cereza y menta inundó por completo mi boca. ¡Joder! los labios de Niall eran irresistibles. Nos separamos por falta de aire. Sus labios estaban rojos e hinchados; eso solo ayudaba a que mi deseo de volver a besarlo aumentaran.

Lo miré a los ojos. Ese azul oscuro llamaba mucho mi atención, como si fueran hechos para ser observados, jamás había visto unos ojos así. <<¿Y los de Harry?>> ¡HARRY! ¡Rayos! me había olvidado completamente de él. Tengo que buscar ese contrato y esas llaves, no puedo irme de esta mansión sin alguno de esos objetos.

-¿Niall?

-¿Si?

-Emmm... ¿Puedo quedarme a dormir? -Sus ojos demostraban dudas, me miró por unos segundos que parecían inagotables.

-Seguro -Dijo finalmente.

-¡Genial!

-¿Te parece si vas a casa a buscar tus cosas mientras me deshago de mis padres?

-Sí, volveré pronto.

Me subí al auto de Niall, un chofer me llevó hasta mi apartamento. Ahí cogí un bolso y metí en él lo que necesitaba: mis cosas personales, ropa y un pijama. La ropa interior fue difícil elegirla. Si quería que Niall confiara en mi no tenía otra opción que enamorarlo, pero si usaba el cuerpo iba a ser mucho más fácil ¡Wow...! ¡Soy una zorra! Llegué a la mansión 20 minutos después. Cuando entré a la casa no había nadie.

-El señor Horan fue a dejar a sus padres a su hogar, puede esperarlo en el living.

-¿En cuánto tiempo más llegará?

-En 25 minutos más.

-Buenol

-¿Desea algo? -«Si, el contrato de su empresa y unas extrañas llaves rojas, por favor»

-Emmm... no, gracias.

Me quedé sola en medio de la gran sala. Era ahora o nunca.

Recorrí el lugar. Primero una puerta blanca: la cocina, era grande y bella. Luego fui por el pasillo y abrí otra puerta del mismo color que la anterior: el baño. Seguí recorriendo la mansión hasta que llegué a una puerta doble: el despacho de Niall. Entré y cerré la puerta, me puse a revisar todos los muebles. Nada. Luego fui a su escritorio, ahí había dos cajones. Abrí uno y lo revisé: solo habían algunas cartas, contratos de personal y fotos. Muchas fotos de una mujer muy bella. Por alguna razón las vi: en algunas solo salía ella, en otras salía Niall y, en la última, salían ambos... besándose.

or alguna razón me sentí mal al ver esa foto, pero no mal del estómago o del remordimiento ni nada de eso, me sentí mal del corazón. Guardé todas las fotos menos esa. Intenté abrí el otro cajón que había pero este estaba cerrado con llave. Busqué por todas partes lo que abriría el cajón, pero no encontré nada.

«¿Qué hay de la horquilla que tienes en el cabello?» Primera vez que mi subconsciente dice algo inteligente «¡Hey!»

Intenté forzar el cerrojo con la horquilla. Con cuidado moví el objeto hasta que escuché un pequeño "Clic". El cajón se abrió dejándome ver millones de papeles. Busqué rápidamente, pero ninguno era el contrato de la empresa. No sé cuánto tiempo pasó pero de repente escuché una voz proveniente de afuera de la oficina.

-¡Jade! -Mierda, era Niall. Agarré un montón de papeles y los eché a mi bolso, luego salí corriendo hacia la puerta del despacho. Iba a girar la perilla cuando alguien abrió- ¡Te estaba buscando! ¿Qué haces acá?

-Emmm... estaba... emmm... ¿recorriendo la casa? ¡Sí! ¡Eso!

-Bueno, si quieres yo te la muestro- dijo generosamente. Asentí, la idea de estar con Niall en alguna habitación solos me tentaba- Bueno, supongo que te diste cuenta de que este era el despacho- soltó una risita mientras decía lo último.

-Si...

-Bien -Tomó mi mano- te llevaré a ver el resto de la casa.

Salimos de ahí y, por el mismo pasillo, me mostró las habitaciones que yo ya había visto: el baño de la puerta blanca y la cocina. Cuando entramos a esta última un aroma a chocolate invadió mis fosas nasales. Al parecer las de Niall también, pues inhaló fuertemente.

-Al parecer Ana María preparó brownies- dijo Niall sonriendo- ¿Quieres?

-Seguro.

Me senté en uno de los asientos que estaban en la cocina y miré a Niall sacar algo del horno, sacar platos y colocar pequeñas cosas marrones en ellos. Volvió y me entregó uno.

-Ojalá que te gusten, son mis favoritos.

Probé uno y mis papilas gustativas danzaron de gusto. El brownie estaba exquisito.

-Mmm... esto es delicioso

-Me alegra que te gusten -tomó mi mano- Ven, sigamos recorriendo.

Salimos de la cocina y seguimos por el pasillo.

-Este es el living, subamos al segundo piso -fuimos por una escalera grande. Cuando llegamos entramos a la primera puerta- esta es la habitación de invitados, si quieres puedes quedarte acá -ese dormitorio era fantástico: paredes grises, alfombra en el suelo, una gran cama matrimonial, televisor, estéreo, etc. Sólo había un pequeñísimo gran problema; yo quería dormir con Niall.

-Emmm... si, gracias

-¿Quieres seguir con el recorrido o quieres quedarte aquí?

-Sigamos, tu casa es preciosa

Salimos y fuimos a la habitación contigua la que, para mi suerte, era la de Niall

-Bello cuarto

-Gracias -entré al dormitorio y me senté en su cama, mientras acariciaba suavemente la parte superior de ésta le dije que se acercara

-Realmente me gusta tu habitación -cuando estuvo lo suficientemente cerca coloqué mis dedos en su camisa y comencé a desabotonarla lentamente. Mi "novio" me miraba fijamente. Realmente disfrutaba tocar al rubio, pero algo me llamó la atención cuando liberé el cuarto botón, Niall tenía un colgante. Pero era distinto a los normales, era... ¿Un dije? No, no lo era. Tenía una forma extraña: era ancho por una parte y luego se iba alargando. Era de color rojizo. Y, de repente, supe lo que era: la llave roja que quería Harry.

El fantasma de Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora