Capítulo 20

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El sonido del celular resonó en el interior del auto. Con un simple movimiento de cabeza, el tono se apagó.

-¿Por qué llamas? Estoy ocupado.

-Señor Styles, hay algo que debe saber.

-¿Qué sucedió ahora?

-Es sobre la señorita Monroe...

-Estoy llegando al hospital –dijo doblando una esquina.

-Ella no está ahí, señor.

-¿De qué hablas?

-La señorita Monroe no está en el hospital.

-Eso ya me lo dijiste, inútil.

-Al parecer la bala le habría llegado a otra persona, pero la sangre le habría salpicado a ella.

-¿Podrías apurarte? Estoy conduciendo.

-Eh... S-Si señor. La señorita Monroe pasó la noche en la casa de sus padres. Por la mañana la habrían llevado al hospital para corroborar que nada estaba mal...

-¡Ve al grano!

-E-en eso estoy s-señor. La señorita Monroe está a salvo, en la casa de sus pad...

-Adiós.

Dio media vuelta y condujo a toda velocidad por las calles de New York, logrando llegar a casa de los padres de Jade en menos de diez minutos. Estacionó su lujoso auto justo afuera de la propiedad. Apenas tocó el timbre, una señora de no más de cincuenta años abrió la puerta.

-Buenas tardes, ¿en qué puedo servirle?

-Jade Monroe, ¿está aquí?

-Eh... si, pero ella está... ¡Oiga!

Harry entró a la casa, subió la escalera, suponiendo correctamente que Jade estaba en una de las habitaciones de la segunda planta. Llegó a un estrecho corredor, donde había tres puertas.

-Que predecible eres, muñeca –susurró antes de entrar por la única puerta con flores color rosa- Y hermosa, muy hermosa –dijo, esta vez, observando a la mujer que estaba acostada en una gran cama con cobijas amarillas.

Se acercó sigilosamente donde estaba la chica, teniendo especial cuidado de no despertarla; al menos no antes de jalar su brazo fuertemente.

-Vas a venir conmigo, ¿me oíste? –murmuró sobre el rostro adormilado de la muchacha.

Comenzó a arrastrarla por la habitación. Momentos antes de llegar a la puerta, la chica despertó totalmente.

-¿Pero qué haces?

-Nos vamos.

Siguió tironeándola hasta llegar a la primera planta, donde estaban los padres de la chica.

-¡Eh, animal! ¿Dónde te llevas a mi hija? –preguntó el padre de Jade, totalmente rojo de la ira.

-No le incumbe.

-¡Por supuesto que...!

-No te preocupes, papá –dijo Jade.

-¿Cómo quieres que no me preocupe?

-La chica ya le dijo que no se preocupara –dijo Harry mirándolo con furia- No se meta.

Y así, sin más, arrastró a Jade hacia el auto, la metió en el asiento del copiloto y partió rumbo al pent-house.

El fantasma de Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora