- ¡Bueno! –Intervengo antes que Jamie sufra un paro cardiaco. - ¡Vamos por un helado! –La alzo en mis brazos y Jamie intenta recuperar el color de su rostro.- Ya venimos, amor. –Beso sus labios.
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- Oh debe ser un lindo recuerdo si tienes esa sonrisa. –Jamie se sienta a mi lado en el sofá y me rodea con su brazo.
- ¿Se durmió? –Asiente.
- Sigue preguntando cuanto falta para que llegue su hermanito. –Se ríe joven y muerde el lóbulo de mi oreja haciendo que yo me ría.
- Jamie... -Susurro.
- Lo siento.
- ¿De verdad?
- No. –Se ríe.- Pero, sé que no está bien provocarte en un sofá, con mi hijo o hija estando ahí dentro y mi otra pequeña durmiendo en la habitación.
- Oh, me gusta la adrenalina, Dornan. –Le dejo un casto beso en los labios y una sonrisa se asoma haciendo que me separé.
- ¿Quieres? –Pregunta con anhelo.
- Me encantaría pero... -Deja salir un sonido sordo desde su garganta apartándose- Tenemos que hablar.
- Lo sé. –Suspira- ¿Tu familia primero o mi familia? –Dice tirando de mi brazo para que caiga en su regazo.
- Mmm... -gesticulo mirando sus hermosos ojos- ¿Qué te parece si los reunimos y les decimos a ambos al mismo tiempo? –Sugiero y Jamie se tensa.
- Coqui, mi familia es algo... complicada. –Acaricia mi abdomen haciendo que la sensación recorra todo mi cuerpo.
- Es familia, J. –Coloco mi mano sobre su mano haciendo que nuestras miradas se conecten.
- Es que... -suspira- Si llegan a decirte algo malo Dakota yo solo enloqueceré y se me va a olvidar que es familia, lo han hecho antes. –Se encoge de hombros- Saminah y papá van a estar contentos pero sé que Jess...
- Hey, escúchame. –acaricio su mejilla con mi mano- va a estar todo bien, ¿Si? -Asiente con suavidad pero sé que él no cree lo mismo. –Además mi familia está encantada de acogerlos. Melanie está loca por reunirnos a todos.
- Bueno... -dice con resignación- ¿Qué vamos a comprar? –Pregunta cambiándome de tema.
- Aún no sé qué quiere comer tu bebe.
Jamie me sonríe y se inclina para besarme en los labios. Baja su beso a mi barbilla y luego se ríe dándome la mano. –Veamos que quiere. –Me acomodo para que Jamie se incline en mi panza, alza suavemente la tela de mi camisa y besa desde mi ombligo hasta mi vientre. Admito que las hormonas me tienen un poco más sensible de lo que ya era, así que acaricio su cabello largo entrelazando mis dedos en sus pequeños tornillitos de pelo haciéndome sonreír.
