Capitulo tres.

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Ya era lunes. La mañana se presentaba agradable, los rayos del sol impregnaban en la ventana de mi habitación, el dulce canto de los pájaros acompañaba la salida del sol. Minutos después de que me desperté, suena el despertador. Lo apago y me siento en la cama, mirando el suelo, es la posición de cualquier adolescente al despertar y al pensar en nada, o en las cosas que se tendrá que enfrentar ese día. 

Me levanto y me dirijo al lavatorio, me lavo la cara y me cepillo los dientes. Salgo de el y me visto, me pongo un vaquero azul con una remera blanca lisa con escote en forma de V, me coloco los borregos marrones y cojo también un suéter color champagne. Me examino el vestuario mirándome al espejo, creo que estoy bien. Me acomodo mi ondulado cabello sin atarlo, y sin nada, me gusta como luce así, de maquillaje, solo me pongo rimel para pintar un poco mis pestañas caídas y las arqueo. Eso es todo, tomo mi mochila y bajo a desayunar, para mi sorpresa en la cocina solo estaba Ryan, vestido ya para trabajar. Empezó a trabajar hace poco en una oficina.

-¿Y mama?-le pregunto.

-Sigue con malestares.

-¿Le has preguntado si quiere algo?

-Le lleve un calmante para la cabeza y un te. Ahora duerme como un niño-asiento-debe ser algún virus, o solo un resfrió-nuevamente asiento.

No tengo mucha hambre, así que solo empiezo a comer un yogur de vainilla. Ryan esta tomando su café negro con una sola cuchara de azúcar, acompañado de unas donas.

-¿Como te trata el empleo?-rompí el silencio. No le había preguntado aun como le estaba yendo, solo lo escuchaba hablar cuando venia del trabajo, pero nunca me detuve a preguntar como lo trataba.

-Muy bien-sonríe- cada día aprendo mas cosas, todos son pacientes y amables conmigo-sonrío aliviada. Lo bueno de un trabajo, es saber que el ambiente es bueno también.

-¿Y los finales?-Ryan estaba estudiando Administración de empresas, le faltaban tres finales para obtener el titulo.

-Estoy preparándome en ello-asiento y me mira- ¿Y tu vida como viene?

-Ya sabes, lidiando con varios muchachos que me persiguen-su rostro se pone tenso y sigo con mi juego- Invitándome a salir, enviándome tantos mensajes insistiendo, algunos quieren llegar a... bueno-digo picara- ya sabes, a mas-y al decir "mas" no me refería a noviazgo. Su rostro sigue igual y estallo en una carcajada que lo hace relajar- Vale, mentí. Nadie me persigue, mi vida es relativamente normal-dije aun riendo.

-Eres una tonta-dice riendo al fin- Nina, no es que no quiero que estés con alguien, solo que no quiero que te hagan daño. Y además muchos tíos tienen solo el objetivo sexo en su mente-la imagen de Damon en esa parte se me vino a la mente- y no quiero que te hagan nada malo-me mira tiernamente a los ojos y sonrío olvidándome del rostro mujeriego de Damon.

-Gracias por cuidarme-voy a donde esta y lo abrazo- Amo que lo hagas-lo miro a los ojos- pero no quiero que te dejes de cuidar a ti-vuelvo a abrazarlo- quiero que seas feliz, que disfrutes de todo lo que estas logrando-los ojos se me llenan de lágrimas. Amo mucho a Ryan- Si tu cuidas de mi, yo cuido de ti. Como de pequeños-las lágrimas corren por mi mejilla y lo miro a los ojos nuevamente y esta vez me sonríe.

-No llores tonta-me seca las lágrimas.

-Prométeme que te cuidaras, y que buscaras la felicidad-me mira unos segundos: -Lo prometo-dice al fin y sonó sincero. Luego de tanta sensibilidad me despido de el quien se ofrece a llevarme pero me niego, Kate y Ángela pasaran a buscarme, así que toma rumbo a su trabajo. Antes de salir hacia el instituto me despido de mama quien seguía durmiendo, le doy un beso en la frente y noto que estaba caliente, siento pena por dejarla sola ¿Y si necesita algo? La bosina del auto de Ángela se escucha afuera, dudo en si ir o no al instituto, hasta que finalmente me acorde de la señora Olsen, nuestra vecina. Alicia Olsen era ama de casa por lo cual siempre estaba, y podíamos contar con ella, y ella con nosotros. Varias veces cuide de sus niños. Salgo corriendo afuera y le hago señas a las chicas de que me esperen, me dirijo a la casa de la señora Olsen quien sale a recibirme, llevaba su pelo castaño corto bien peinado como siempre, y lucia un vestido floreado, al verme sonrío: -Buenos días, cariño-noto mi cara de preocupación- ¿Ocurre algo? 

OpuestosWhere stories live. Discover now