CAPITULO 7

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Capítulo 7: 

Narras Tú: 

Inútil tratar de convencerlo que yo estaba bien, que sólo me dolía la cabeza y necesitaba descansar.

-¿Necesitas algo? ¿Quieres que vaya contigo? ¿Qué sucede? 

Tuve que, por unos veinte o cuarenta minutos, soportar las incesables preguntas de Zayn.

Tú: -Estoy bien, estoy bien, Zayn– repetía.

Pero era inútil.

Termino aceptando que yo estaba bien y sólo necesitaba descansar.

Tú: -¡Laira! – grité que Laira estaba en el medio del estacionamiento de coches, y uno de los autos se dirigía a ella a toda velocidad. 

Laira se giró y me vio. Trató de caerse pero resbaló y se lastimo la pierna.

El coche frenó abruptamente, volviendo a quedar a centímetros del rostro de Laira.

Fui corriendo hasta ella, mientras el conductor del auto bajaba.

Tú: -¿Estas bien?- pregunté mirando como el conductor, un chico de unos diecisiete años, bajaba y volvía su rostro hacia la escuela, mientras se dirigía hacia allí.

-No, me lastimé la pierna- dijo, mostrándome una de sus piernas, toda ensangrentada, con un corte profundo bajo la rodilla.

Parecía que las únicas personas que yo quería ahora, en la nueva ciudad, iban a desaparecer una a una. 

¿La vida me odiaba? ¿Me iba a quitar a las pocas personas con las que, había tomado amor en solo dos días? ¿Por qué? ¿Qué hice yo? ¿Todos iban a desaparecer, uno a uno?

-Otro accidente- murmuró el profesor Corelli, de Biología.

Tú: -Si- repuse- es Laira. Estaba en el aparcamiento y un auto casi la choca, lo trató de esquivar…y…bueno- dije, tratando de no llorar. Últimamente lloraba por todo. Estaba muy sensible y eso se deducía a simple vista.

Miré a mí alrededor. Me encontraba otra vez en la habitación 102 del hospital. 

Laira en una de las camas.

-Está grave…- dijo el doctor mirándome- pero sobrevivirá. Habrá que operarla.- nos dijo, mirando una libreta. Los padres de Laira se abrazaron y la mamá comenzó a llorar. Esta vez los padres habían sido avisados. 

Tú: -Laira…Laira… - le susurraba al oído.

Ella abrió los ojos.

-¿_____(tn)?- me preguntó- ¿Qué haces aquí? – preguntó, tratando de esforzarse por sentarse.

Tú: -Quédate tumbada- le dije, y la volví a recostar, con un suave movimiento- necesito que prometas algo…- le dije.

-¿Qué cosa? – me preguntó animada.

Tú: -Prométeme que estarás bien- le dije, mirando mis zapatos.

-¿A dónde irás?- adivinó.

¿Cómo le iba a decir que tenía que ir al velorio de Violeta y Jasedine; Y que tenía que pasar por la habitación 321, en la que actualmente estaba Kara? 

Tú: -¿Recuerdas a Violeta y a Jasedine? – pregunté finalmente, luego de vacilar un momento.

-Ah, si…diles a sus padres que…lo siento mucho, y que disculpen que yo no estaré ahí.- dijo.

Tú: -Y pasaré a ver a Kara, a la habitación 321. Su estado empeoró y la trasladaron a urgencias- le informé.

-Oh…después me cuentas bien. Me duele la cabeza- dijo girándose en la cama, cerrando los ojos. 

Su padre, que estaba parado en el umbral, junto con la madre de Laira, se sentó en una de las sillas, al lado de la cama y su madre, gimiendo, se fue por el pasillo del hospital. 

Fui a ver a Kara. 

Estaba conectada con muchos aparatos electrónicos.

Una enfermera pasaba por allí. La tomé del brazo.

Tú: -¿Está ella bien? – le pregunté a la enfermera, señalando a Kara.

-No. Está muy enferma. Lo más probable es que no pase de esta semana- me dijo, mirando con dolor a los ojos de Kara.

Salí apurada de la habitación.

Me dirigí al estacionamiento y me quedé parada, mirando el cielo.

Grité muy fuerte, aun mirando al cielo, con los brazos abiertos.

Fue un grito de dolor. 

Varias personas se giraron a verme, pero siguieron su camino al ver que empezaba a lloviznar.

Las gotas caían sobre mi rostro, mi cuello… En cuestión de minutos, estaba empapada, en un estacionamiento, llorando a los gritos prácticamente. 

La ropa estaba pegada contra mi cuerpo y chorreaba agua.

Me senté en el suelo y me dediqué a llorar.

Mi mamá y mis hermanos estaban lejos. Mi papá y mi otro hermano, habían muerto.

Mis amigas, me habían dejado y mi novio me había engañado.

Las únicas amigas que había hecho desde que llegué a esta ciudad, se fueron como el sol que antes dominaba el cielo. 

¿Por qué la vida era injusta conmigo? ¿Acaso había hecho algo tan malo para merecer esto? 

Lloré y seguí llorando. 

-¿______(tn)? – me preguntó una voz masculina.

-¿Zayn?- pregunté, y me paré instantáneamente, limpiando las lágrimas de mi rostro, que aún no se notaban ya que se confundían con las gotas de agua que caían del nublado cielo.

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Que pasara??? Lo sabrán en el próximo capítulo  

CONTINUARAAAAAAAAAAAAAAAA…

Nace el amor (Zayn y tu)Where stories live. Discover now