LA CHISPA

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{RACHEL}

- No, no vamos a permitir que pase algo parecido a lo de la otra vez- le regaño a Andrew, que sigue insistiendo en pelear si vuelven los enemigos.
- ¡Pero estamos preparados! O al menos yo, Hope puede quedarse aquí- insiste el chaval de quince años.
- No. Hope se quedará y necesita de alguien a su lado. Además, aunque sepas manejar un arma y pelear, aún no estás preparado, actúas sin pensar- le digo muy seria-. Así que no, rotundamente no.
- ¡No eres quien para darme órdenes!- me grita Andrew-. ¡No eres mi madre, mi madre murió al inicio del apocalipsis!
Es la primera vez que le oigo hablar de su madre verdadera.
- Pero soy lo más parecido a una madre que vas a encontrar- le digo intentando no perder los nervios-. Esto lo hago porque te quiero, Andrew, y me preocupo por ti, ya sabes que para mí sí que eres como un hijo.
- No necesito que nadie cuide de mí, ya soy bastante mayorcito para hacerlo solo- dice de brazos cruzados y sale de la cabaña, de nuestra pequeña casa, construida a unos metros de la casa de Kat, Zeth y Hope, la cual, gracias a Dios, se encuentra bien después del disparo de hace una semana.
Aún no han vuelto a aparecer los soldados de Michael, pero sé que no tardarán en llegar, ya sea porque alguno haya escapado y se haya chivado de lo sucedido, o que echen de menos a los soldados y se den cuenta de lo que ha pasado.
Pero volver, volverán.

{ZETH}

- En el caso de que vengan, tú dirigirás a los guerreros, desde el discurso de la última vez confían en ti, te apoyan, harán todo lo que les pida con tal de salvar Las Montañas Rocosas, su hogar, los has hecho despertar- le digo a Rachel en mitad de una reunión con las personas más importantes de nuestra comunidad, incluidos nosotros.
- Lo intentaré- dice Rachel-. Ya tengo clasificado a los mejores soldados para la línea de ataque, la infantería pesada y la infantería ligera, la defensa, los flancos... Y contamos con la ventaja de que conocemos mejor este lugar que ellos.
- Tal vez nos estemos precipitando- dice uno de los peces gordos de Las Montañas Rocosas, que maneja la red de comida-. ¿Y si estamos planeando todo esto para nada?
- Vendrán- le digo mirándolo a los ojos, cosa que él odia-. Más tarde o más temprano pero vendrán. El propósito de Michael es hacerse con el control de todo el mundo, aprovechar el apocalipsis para poseerlo todo, para ser la persona más poderosa de la humanidad, y eso conlleva conquistar esto. A lo mejor han pasado de nosotros por ahora por no proveer casi nada a su causa, pero eso no durará eternamente.
- ¿Y qué me decís de rendirnos?- pregunta otro.
- No es factible. Tenemos que revelarnos- les digo-. Solo hace falta una chispa para encender el fuego y, creedme, hay muchas personas por todo América y el resto del mundo que quiere atacar pero o no se atreven o se ven solos, sin apoyo, o están esperando el momento oportuno. Bien, pues este es el momento. Podríamos ser el inicio de la rebelión que acabe con Michael.
- Estoy de acuerdo- asiente Rachel.
Tras varias charlas más acerca de la formación de una posible batalla, ya sea por aire o por tierra, todos acaban coincidiendo en que debemos atacar con todas nuestras fuerzas para defender lo que es nuestro. De esta forma, los Estados Unidos volverán a reclamar lo suyo, empezando por quitar a Michael de en medio.

{KAT}

- ¿Qué es ese ruido?- pregunta Hope, desde un sillón, estaba leyendo al lado de Andrew
.- Ahora vuelvo- les digo y salgo corriendo de la cabaña.
- No jodas- murmuro mirando hacia arriba, hacia el cielo.
Aviones.
Que sobrevuelan Las Montañas Rocosas.
Con intención de aterrizar.
Están aquí.
Han llegado.
- ¡Chicos, dentro, deprisa!- les digo haciendo que se levanten del cómodo sillón junto a la chimenea, y mandándolos a la habitación de Hope.
- ¿Qué pasa?- pregunta Hope.
- ¿Son ellos?- pregunta Andrew.
- No moveros de aquí- les digo sin contestarles y cerrando la puerta de la habitación, echando el candado.
Hope y Andrew no sabían que tenía preparado esta encerrona para cuando llegara este momento.
- ¡Mamá!- grita Hope golpeando la puerta-. ¡Abre! ¡Kat, abre!
Salgo corriendo de la cabaña y me dirijo a la casa de un amigo, un señor de cincuenta y tantos años que no tiene pensado luchar, así que le pedí que estuviera al tanto de los dos niños en caso de que llegaran los enemigos.
Acompaño al hombre a mi cabaña mientras las avionetas estadounidenses aterrizan cerca de las montañas.
Hope y Andrew siguen golpeando la puerta pero hago caso omiso.
Me equipo y salgo corriendo.
Preparada por si las cosas se tuercen.

Apocalipsis Zeta - Parte 6: Los Cuatro Jinetes Del ApocalipisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora