Kim Jongin

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— ¿Por qué no te vistes normal por una vez en tu vida?

— Porque no me apetece.


Oh Sehun, editor y mejor amigo del enigmático historietista Kim Jongin, llevó ambas manos a su cabello y se lo desordenó de manera dramática, resoplando y gruñendo de una forma bastante sonora. La frustración que sentía respecto al moreno jodidamente terco que se encontraba frente a él en aquel preciso momento no era ni medio normal y ya no tenía ninguna idea de cómo arreglar el problema que éste tenía. Desde hablarlo pacíficamente a ponerle un ultimátum, el joven editor creyó que lo había intentado todo y que ya no le quedaba nada más por hacer allí. Porque lo que tenía su mejor amigo, lo que había ido arrastrando año tras año, sin siquiera importarle la gente, su reputación, o nada en específico, era como una especie de trauma raro. O "espina clavada en el pecho", como prefería llamarle el dibujante en sus momentos de pensador filosófico apasionado –es decir, durante las noches antes de dormir o cuando estaba ebrio. Al más alto le hubiera encantado ser psicólogo, doctor o algo que sirviera para ayudar a su amigo a recapacitar y dejar atrás aquel suceso del pasado pero, lamentablemente, no lo era ni lo sería jamás. Le hubiera encantado entender las razones que tenía el otro para hacer lo que hacía pero, sinceramente, no le entraba en la cabeza en lo absoluto. Y Sehun ya había aceptado que su mejor amigo era raro, incomprensible y un poco bipolar hasta el punto de volver a la gente loca, pero lo que no podía llegar a entender, por mucho que lo intentase, era el hecho de ver al más bajo salir a las calles vestido de mujer, con las ropas de su hermana difunta, alegando estúpidamente que aquella "era la única forma de rendirle tributo y cumplir con lo prometido".


Quizás lo hubiese comprendido mucho antes si el moreno le hubiese comentado algo respecto a esa promesa o a la historia en general.


El pobre editor, ya llevándose un cigarrillo a la boca y encendiéndolo casi al segundo, frunció el ceño y se dejó caer en el sillón junto al historietista. Ambos eran amigos desde que tenían pañales y el más bajo todavía le seguía ocultando cosas así de importantes. En vez de querer hablarlo, Jongin prefería cerrarse en sí mismo, guardárselo en lo más profundo de su ser y protegerse de algo que tal vez ni siquiera existía, y a su acompañante le irritaba porque el chico sólo estaba pensando en sí mismo, creyendo que no perjudicaba a nadie si no contaba nada cuando resultaba ser que sí lo hacía, y que no sólo lo hacía –ya sea directa o indirectamente– sino que parecía afectar mucho más a los otros que a él mismo. Porque, al menos, él sabía las razones de su comportamiento; sabía el por qué. Pero los otro no. Y se preocupaban. Y se carcomían la cabeza. Y se frustraban. Pero no lo dejaban solo, esperando que en algún momento hablara, se abriera, explicara y, por consiguiente, entendieran.

A Oh Sehun le había tocado lidiar con sus problemas en bastantes ocasiones. En el trabajo –cuando el otro había estado tan metido en sí mismo que había entregado su trabajo fuera de la fecha límite y casi le había costado el trabajo al más alto– en una reunión, en fiestas importantes de la empresa –cuando había prometido ir vestido con su mejor traje y se había acabado presentando con un vestido con volados, armando controversia inmediatamente entre los artistas, editores y personas más importantes– en lugares públicos e incluso en una comisaría –que había acabado con él, pagándole la fianza. Cualquier suceso anterior pudo haberlo hecho rabiar hasta más no poder, haberlo hecho abandonar a aquel inepto que parecía estar riéndose en su cara al principio y, al momento siguiente, terminaba preocupándose por él, y haberlo hecho golpearlo hasta que se sintiera satisfecho pero la realidad era que lo que más le hacía rabiar, lo que más lo ponía frustrado y triste, era el hecho de no saber qué demonios le sucedía y por qué parecía no confiar en él. Y lo otro podía ser molesto y avergonzante, pero aquello dolía.

¡Ponte en mis zapatos! (OS/Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora