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—¿Emocionada? —Jimin me murmuró mientras me daba un suave empujón con su hombro.

—Claro que sí —respondí llena de energía.

Ya nos encontrábamos arriba del bus que nos llevaría a Busan. Un largo viaje, pero valía totalmente la pena. Iríamos a una de las tantas playa de Busan e igualmente, haríamos campamento durante toda la noche. Vaya panorama. Yo me esperaba algo normal, pero esto superó mis expectativas.

Adiós piscinas con cloro, ¡Hola playa!

Iba sentada justo al lado de Park Jimin. Me quise ir con él dado a que me entrenía con sus largas charlas, como hacía en clases. Si me iba con Yoongi, él se pondría sus auriculares y yo ya no existiría. Yo no era muy diferente, pero como dije, estoy tan emocionada que podría hablar hasta con la zorra del curso.   

—¡El bus partió! —gritó Taehyung que iba en el asiento de atrás—. Cantemos, Kook. Vamos de paseo, uh, uh... en un auto feo... ¡Vamos, canta!

—No me obligues, Tae. Ya sabes que no lo haré —dijo Jungkook con voz casi ronca.

No es que yo sea una entrometida y haya querida escuchar sus conversaciones, es decir, estaban prácticamente al lado de mis oídos. ¿Cómo no iba a escuchar todo? Además sonaba a pelea, no me la perdería por nada.

—Kook, es una canción solamente para jugar, no es de verdad —rio Taehyung incómodo. Puedo jurar que Jungkook le dio una de sus miradas asesina al castaño. Esas que te dejaban helado, porque de por sí, el pelinegro tenía cara de bebé, pero sus expresiones no eran muy amables, en ocasiones.

—Como sea.

Yo estaba tan concentrada escuchando la conversación que no noté a Jimin, cual me miraba con su ceja alzada.

—¿Quieres saber por qué no canta? —me susurró tan bajo que me costó entender. Yo me alejé rápido de él y negué efusivamente con mi cabeza.

En realidad sí, quería saber con todas mis ganas. Jungkook no quería cantar una simple canción de niños, ¿Debía ser algo fuerte, no?

—No te hagas —me volvió a susurrar un poco más fuerte esta vez.

—¡Hey, qué hablan sin mí! —el rostro de Taehyung apareció por nuestras espaldas.

Me sobresalté al punto de pegar mi mano al pecho. Este niño no tiene modales.

—¿Qué te importa a ti? Concéntrate en tus cosas, no la de los demás —murmuré irónicamente. No puedo creer que haya dicho eso. Pero no importaba, el único que sabía que me estaba contradiciendo era Jimin.

—Pero yo quiero mirarte todo el viaje, ¿Puedo? —rodé los ojos como siempre hacía con el castaño. No tenía ni la más mínima vergüenza, hasta tenía novia y él seguía diciendo cosas como esas.

—¡Señor Kim, por favor sientese bien en su puesto! —siseó entre dientes la profesora Nam. Taehyung ni se inmutó en moverse—. ¡Señor Kim, le estoy hablando!

Taehyung finalmente le echó un vistazo a la profesora y frunció sus labios en una gracioso manera.

—¿Me habla a mí, señorita Nam? 

—¿Quién más no está en su asiento? ¡Claro que a usted! Siempre dando problemas, Kim Taehyung —la profesora Nam se tocó la punta de su nariz, frustrada.

—Es que dijo señor Kim, lo cual supuse que podía ser cualquier otro compañero. Por favor, llámeme por mi nombre Taehyung porque si no sabe la mitad de Corea tiene apellido Kim, entonces...

Solo una vez más » Kim TaehyungWhere stories live. Discover now