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Los jugadores de Basquetball entrenando era lo único bueno en mi vista, porque la clase de química resultaba totalmente y extremadamente aburrida. Tampoco podía darme el gusto de dormir una siesta, la profesora me tenía entre ceja y ceja así que cualquier descuido sería terrible.

―Y G-Dragon... ―me giré al escuchar su nombre. Miré con una ceja alzada a mi compañero de asiento y este rio―. Viste, esa es la única manera en que me tomes atención. No vale.

Rodee los ojos volviendo a mirar hacia afuera. Lo mejor de sentarse cerca de la ventana.

Aunque tampoco me gustaba tener aquella abierta, el viento y la cortina me estresaban de sobremanera y cabe decir, yo no era una persona muy paciente.

―¿Cuándo se paga la cuota, profesora? ―preguntó Jimin, el chico que me estresaba aún más, pero debía aguantarlo porque nos sentábamos juntos y sí, mi suerte era la peor.

―Este viernes, estoy segura que si nos organizamos de buena manera, lo lograremos ―dijo la profesora, que además de enseñarnos química, era la encargada de nuestro nivel.

Y por cierto... ¿Cuota? ¿Organizar?

―Si no pagan sus cosas, no van a poder comer, ¿Me entendieron bien? No queremos malos entendidos, ¿Sí o no, profesora? ―opinó Seokjin, el presidente del curso y uno de los más populares.

Cabe destacar; mi amor imposible desde que lo conocí.

―Hyeri-ah, por favor, paga tus cuotas o tendremos que cancelar tu cupo para la fiesta ―Hoseok me habló desde su lugar con una mirada apenada. Yo fruncí el ceño.

―Hyeri-ah... ―una voz burlona hizo que todo mi cuerpo se erizará.

¿Y cómo no? Kim Taehyung me había susurrado justamente a un centímetro de mi oído, odiaba que hiciera eso.

―No te burles ―le ordené con mis labios apretados. Este chasqueó su lengua y comenzó a jugar con mi cabello.

―Está bien, Hyeri-ah.

Taehyung se sentaba en el asiento que estaba detrás de mí, junto a Jungkook. Con el castaño nos llevábamos muy bien, reíamos, compartíamos... pero aquello no pasaba más allá del salón de clases, pues afuera, éramos como completos desconocidos.

Y eso para mí, estaba bien.

Con el chico de su lado, Jeon Jungkook, pues, él era distinto. No hablaba mucho y de vez en cuando reía cuando yo hablaba con Taehyung. De todos modos, era buen chico.

―Ya ve pagando tus cuentas, Hyeri-ah ―y acá estaba el segundo bromista que cuando a él se le daba la gana y andaba de buen humor, me molestaba de sobre manera.

―¿Tú qué hablas, Min? Hoseok pregunta donde está el dinero del año pasado ―Taehyung le respondió burlesco y reí con fuerza. Estos chicos hacían mis clases mucho más divertidas.

Jungkook igual rio y pude observar sus tiernos dientes.

Min Yoongi había sido el tesorero el año pasado, pero según rumores no tenía todo el dinero del curso y aunque todos los detestaran por eso, yo confiaba en él, no era mal chico, para nada.

―Mira imbécil, yo dije desde comienzo de año que yo no iba con tanta responsabilidad, culpa de ustedes que me eligieron ―Yoongi musitó molesto.

Woah, Yoongi, anda calmándote, me bañaste entero ―Jimin se limpió el rostro, en el cual habían caído algunas gotas de saliva mientras el pelinegro se defendía.

―Lo principal acá es que nuestra Hyeri-ah pague sus deudas, todos queremos que vayas al paseo y luego a la fiesta, ¡Debes animarte! O sino estaré triste... estaremos ―Taehyung corrigió con rapidez y dejó de acariciar mi cabello.

Me voltee para observarlo y mordía sus labios con nerviosismo.

―Iré si me dejas de decir Hyeri-ah como burla ―comencé a negociar, pero el castaño arrugó su nariz, negando con su cabeza.

―Por la nariz de Jungkook... yo nunca, pero nunca dejaré de decirte Hyeri-ah.

Sin previo aviso, Jungkook le propinó un golpe en el hombro. El de sonrisa cuadrada solamente rio como loco. Como siempre, quiero decir.

Yoongi y Taehyung, ambos eran originarios de Daegu, por lo tanto, su satoori era muy distinto a Hoseok, el tesorero y mejor amigo de Seokjin. Mientras que Hoseok hablaba más calmado, los dos chicos que se sentaban cerca de mí hablaban con fuerza y les costaba pronunciar.

De ahí comenzó la burla a Hyeri-ah. El tesorero lo decía de una manera tierna y lenta, por otro lado, los chicos de Daegu lo decían fuerte y trataban de imitar el satoori de Hoseok.

―Debes ir, por favor, Hyeri.

Pues mis ojos en blanco. Aunque en todo caso, ¿Sería tan malo ir?

Solo una vez más » Kim TaehyungWhere stories live. Discover now