-¿Sabes que estás castigada? Tú padre te lo dejo muy claro...

-Ni me lo recuerdes, él no es mi padre. -La interrumpí, gruñendo. Jugaba torpemente con mis dedos, era el nerviosismo.

-¡No me interrumpas cuando te estoy hablando, maldita sea! ¡Me tienes harta! Eres una malcriada, debería internarte en un psiquiátrico. Estás loca, no puedes vivir la vida a tu manera, sí eso es lo que quieres.

-¡No estoy loca! -Grité con llamas en los ojos. -Nunca me haz querido, siempre me haz tratado como una esclava. ¿Tú acaso sabes lo que siento cuando me gritas y me haces llorar? ¿Sabes lo que siento al escuchar como me dices cosas que nunca pensé escuchar? ¿Te das cuenta el daño que hacen algunas palabras? ¿Eres consciente de que yo también tengo problemas? ¿Y sabes por qué no te los cuento? Porque sé que no me entenderías. Tu solo quieres que sea una hija que no soy, y eso, créeme, me duele más a mi que a ti.

Se quedó callada inmediatamente, el silencio se hacía incómodo, resonaba en toda la habitación. Finalmente se dio por vencida y se marchó de la habitación. Me quedé satisfecha, no la volvería a ver más; le dije todo lo que quería, la dejé callada. Tomé un bolso y metí la poca ropa que tenía, con una bolsa con mis zapatos. Tomé otro más pequeño y metí mi perfume, crema, maquillaje y cosas que tenía de higiene. Mi mochila también la tenía, así que metí unos útiles escolares y la mayoría de mi habitación quedo vacía.

Me asomé por la ventana y vi a Taylor aún esperando, elevó sus brazos levemente, para tomar el bolso con mi ropa que tiré, dejándolo en el suelo. Le tiré suavemente mi bolso con las cosas de higiene y luego tomó los dos bolsos, llevándolos al maletín de su auto. Bajé como lo hice anteriormente, con mi mochila puesta. Miré mi casa desde afuera y susurré un ''Adiós'' hacia el aire. Me preocupé, antes de entrar al auto nuevamente, sí traía mi celular con mi laptop en la mochila, y así era, no me faltaba nada.

-¿No crees que a tu mamá le moleste, esto? -Preguntó algo triste, con la cabeza cabizbaja, el me la levantó con su dedo en mi mentón.

-Claro que no, te tratará como una hija más. -Respondió suavemente, acariciando mi mejilla. Le sonreí y asentí.

Eso era lo que más quería.

Al llegar a su casa, no se encontraba nadie. Su hermana en otra escuela diferente a la suya, y su madre en el trabajo. Entramos a su habitación calmada-mente y me senté en su cama.

-Cuando llegue mamá te alojaremos en la habitación de huéspedes. Por mientras, puedes descansar en mi cama. O podemos escuchar música. -Avisó Taylor, proponiendo una buena idea al mismo tiempo.

-Tengo un disco de Avril Lavigne, ¿te gustaría escucharlo? -Pregunté entusiasmada, tomando mí mochila, revisando que si estaba. El asintió y se lo entregué, para que lo colocara en el dvd.

-Por mientras iré al baño, ¿sí? -Avisó y asentí, parándome para escuchar la música de más cerca.

Miré por la ventana cercana, fijándome en los niños que jugaban con una pelota de basquetboll entretenidamente. Reí, recordando momentos de la infancia.

Sentí unos brazos, tocando los míos levemente, mientras corría mi pelo de mi cuello y me ruborizaba inmediatamente. Empezó besándome el cuello.

-Así que, ¿qué quieres hacer? -Pregunté sonando inocente. Sentía su respiración en mi cuello.

-Hay lasaña, ¿tienes hambre? -Respondió el.

-¿Tú, tienes? -Pregunté mientras mordía mi labio inferior, sin poder evitarlo. Sentía un cosquilleo y como se me erizaba la piel al sentir el tacto.

Depression {Justin Bieber} | AdaptadaWhere stories live. Discover now