Pluma

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Jin se dejó caer a tu lado.

Su pelo rosa, recientemente teñido cayó a los costados de su frente. La luz de la luna entraba por la ventana alumbrando vagamente los cuerpos de los dos.

Direccionaste tu cabeza a tu derecha para ver su rostro mientras recuperabas el aliento. Él te miró también; sus labios hinchados y rojos llamaron tu atención, evidentemente se habían extrañado mucho, la sesión de recién lo comprobaba al 100%.

No había otro sonido que sus respiraciones agitadas en el departamento, aunque tampoco duraron mucho más.

Cuando volviste a la realidad recordaste que te habías quedado en el medio de la cama, dejándole a Jin tan solo un tercio del colchón disponible. No emitió objeción alguna, pero optaste por correrte a tu lado de todos modos.

- Gracias. - Sonrió suavemente y fue lo primero que se habló en largo rato -

- De nada. - Respondiste en tono muy suave -

Cambiaste de posición, recargándote en el lado derecho de tu cuerpo. Te imitó y se acomodó de costado para quedar frente a ti. Sus caras estaban a milímetros.

Por acto reflejo, llevaste tus manos a su abdomen. Al sentir el tacto de tus dedos, pasó su brazo por el hueco que había quedado entre tu cintura y el colchón, rodeando la misma por completo. La mano perteneciente a su brazo disponible aterrizó en la piel de tus costillas. Tocando la ilustración allí ubicada.

Seokjin solía apreciar como nadie tu tatuaje. Se trataba una pluma delicadamente coloreada en tonos de celeste, verde y rosa, que delineaba la curva bajo tu pecho. Te había dolido horrores, pero había resultado toda una obra de arte.

Sonreíste ante la sensación de caricia, tan suave...

- No programé mi despertador... - Pensaste en voz "alta" -

- ¿No te quedarás mañana? - Cuestionó triste -

- Solo voy a ir y volver.

- Aigo... ¿Por qué no podemos dormir hasta tarde?

- Iré por tu regalo. Ya te lo había dicho. - Sonreírse mientras juntabas voluntad para moverte a buscar tu celular en la mesita de luz - Además, ¡Tu sí te quedarás durmiendo!

Jin miró hacia arriba, haciendo memoria. Luego hizo una mueca de "¡Ah!" y volvió a tus ojos.

Te soltaste de su abrazo y te sentaste en la cama. Estiraste tu brazo, alcanzaste tu teléfono y configuraste una alarma para las 8 am. En tu pantalla se hizo visible una leyenda: "Alarma programada para sonar en 3 horas 47 minutos."

- Tres horas y cuarenta y siete minutos. - Te quejaste; el jóven rió -

Te paraste y levantaste del piso la remera que tus propias manos le habías quitado a Jin con desesperación un par de horas atrás.
Ignoraste todas las demás prendas que descansaban a lo largo y ancho del suelo de la habitación mientras pasabas la remera por tu cabeza y brazos.

Él suspiró ante la pérdida de la perfecta vista, ahora cubierta por su propia ropa, varios talles mas grande que la tuya, por supuesto. Aún así, la misma no lo detuvo, y cuando te acostaste a su lado nuevamente, luego de cubrir a ambos con las sábanas, su mano viajó desde tus caderas hacia tus costillas, recorriendo todo el lado izquierdo de tu cuerpo y levantando su remera hacia esa porción de piel dibujada.

Acariciaste su mejilla y capturaste su grueso labio inferior en un beso lento.

- ¿Qué me compraste? - Preguntó con ansias cuando liberaste su boca -

Awake [WINGS]Where stories live. Discover now