» 05: Los mensajes de texto valen más que mil palabras.

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Parados frente a frente, Justin observó a Audrey, sonriendo de medio lado. Aquello, en definitiva, era una despedida. Al menos, momentáneamente.

—No me extrañes demasiado —ironizó Justin en la salida del instituto, apresurándose en otorgarle un beso a su mejilla—. Nos vemos el Lunes.

—Cuídate, Justin —se despidió amablemente, guiando sus pisadas en sentido contrario.

Ese fin de semana en específico, el muchacho tenía que visitar a sus abuelos, quienes vivían en un condado ubicado al Norte del país. A pesar de que Audrey se había acostumbrado a su compañía, entendió la situación aunque no podía evitar sentir cierto pesar. La conexión virtual en dicho territorio, sería un tanto recíproca, dado que los abuelos de Justin vivían en un lugar sumamente pacífico y que estaba apartado de la ciudad, según lo que le había informado. Lo cierto era que, tras el incidente del encierro, Audrey y Justin se volvieron muy buenos amigos. Tan así, que intercambiaban semanalmente: cómics, libros, películas y sus propias cuentas de Netflix. No quedaba rastro alguno de las semanas anteriores y la chica sentía como si hubiesen sido amigos de toda la vida. Y vaya que tenían un montón de cosas en común. Un claro ejemplo, era la pizza hawaiana. Ante tal revelación, ambos concordaron que, en cuanto a comida, no tendrían problema alguno.

De igual forma, su colección de libros de G. R. R. Martin estaba en manos de Justin en esos precisos instantes, mientras que la trilogía del Señor de los Anillos, yacía en su escritorio, esperando pacientemente ser leída. El panorama de todos los viernes, había encontrado un adecuado reemplazo debido a la precipitada ausencia del chico. Podría llamar a su amiga Jessy, pero su agenda con su novio estaba demasiado apretada como para centrarse en ella. De hecho, se disculpó con ella en una ocasión por lo mismo.

Audrey, en un momento, se preguntó si las cosas serían igual si ella llegase a conseguir novio alguna vez. Negando con la cabeza y sosteniendo en sus facciones un gesto divertido, tomó asiento cerca de la ventana, donde acostumbraba leer después de haber enfrentado la rutina. Un pensamiento fugaz la asaltó cuando abrió el primer volumen, provocando que perdiese el hilo de sus acciones. ¿Y si ese supuesto novio fuese Justin? ¿Se centraría tanto en él como solía hacerlo su amiga? Si en algo estaba de acuerdo la chica, es que su compañía le agradaba mucho. Eso no podía negarlo. Le distraía mucho el hecho de observarlo tan concentrado, como relamía sus labios cuando quería averiguar algo o la forma en que caía su cabello sobre su frente...

¡Tenía que parar!

Audrey no supo en qué momento había llegado a la décima página y lo cierto era que, de todo lo que había leído, no entendió absolutamente nada. Intranquila y con el libro aún en sus manos, abandonó su hogar, encaminándose hacia la plaza cercana donde recurría cuando quería conseguir algo de calma. Sentándose en uno de los columpios, volvió a intentarlo. Abrió el libro con cierta brusquedad y de allí, cayó una pequeña nota. Resoplando, cogió el papel, percatándose de que este contenía algo escrito.

«Este fin de semana me harás falta. Aprovecha de leer a Tolkien y luego me dices qué tal. —Justin.»

Una sonrisa imprudente se instaló entre sus labios. Por otra parte, su corazón comenzó a latir frenéticamente. ¿Qué estaba ocurriendo con ella? Dominada por sus impulsos, Audrey sacó su celular de su bolsillo, seleccionando el nombre de Justin en su lista de contactos. Acto seguido, comenzó a escribir, sin detenerse a contemplar lo que estaba haciendo.

Necesitaba desahogarse, sí o sí.

«Creo que me gustas. Y no lo digo en broma. Las semanas que hemos pasado juntos me han servido para darme cuenta que estoy loca por ti. Dios, si supieras lo guapo que te ves cuando sonríes o me dices que soy una controladora de primera, pero que aún así te gusta estar conmigo.
Me encantas, Justin. Cada parte de ti lo hace. Debí decírtelo hoy antes de que te fueras, pero soy una cobarde.
Solo puedo pensar en tus brazos, estrechando mi cintura, mientras tus labios se funden con los míos. Quiero que me pongas contra la pared y que tus manos me recorran por completo. ¿Por qué no lo hiciste la noche que estuvimos encerrados? Mejor dicho, ¿Por qué no me lo hiciste?»

Temblando de entusiasmo y con un nerviosismo latente divagando entre sus venas, se dispuso a borrar el mensaje, presionando una de las teclas de la pantalla táctil.

Su corazón se detuvo al leer la pantalla.

Enviado.

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JKDKDKDKD ¡Pobre Audrey! Las cosas no podían ser completamente perfectas por aquí y mucho menos en su vida

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JKDKDKDKD ¡Pobre Audrey! Las cosas no podían ser completamente perfectas por aquí y mucho menos en su vida. Creo que está destinada a que las desgracias la persigan.
A todo esto, ¿cómo creen que reaccionará Justin?
¡Imagínense la cara que pondrá cuando lea el mensaje! JKDKD :(
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¡Hasta pronto!

Guerra de spoilers | j.b | o.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora