Namjoon

231 30 0
                                    


El chico despertó después de media hora, sabía que no habían pasado más que unas cuantas horas, quizás cinco desde que lo habían secuestrado ya que aún no amanecía. Pestañeó unas cuantas veces para acostumbrarse a la oscuridad, nuevamente. Ahora sonaba otra melodía, la cual parecía más aterradora que la anterior.

Jamás había sentido tanto miedo en su vida, aquella persona estaba doblando el papel donde hace unos minutos estaba escribiendo y sonreía tímidamente, aquella sonrisa era incluso más aterradora que cualquier otra, principalmente porque era sincera y no mostraba rastros de arrepentimiento.

- Si me sigues observando así creo que tal vez y solo tal vez podría sonrojarme – bromeó el sujeto, pero sin ningún rastro de diversión en su rostro – veo que estas impaciente por escuchar el resto de la historia. Bueno... creo que podría hacerte este favor- se levantó del sofá y tomó con una mano una vieja silla de madera, la dejó frente al muchacho y se sentó mirando hacía el respaldo de esta, con las piernas abiertas y las manos sujetas a la fría madera que por poco se caía a pedazos.

- ¿D-dónde estamos? – preguntó casi en un susurro, casi para sí mismo.

- Mmm... a las afueras de Seúl – comenzó a rascar su barbilla – mi familia antes tenía un par de cabañas viejas que usaban para las vacaciones o para escapar un poco del ruido de Seúl – guardó silencio un momento mientras observaba el asustado rostro del muchacho.

- No se ve como si fuese habitable – el muchacho apenas podía articular palabra, estaba demasiado asustado como para entablar una conversación.

- Tienes razón, esta puta casa hace un par de años fue atacada por las termitas, era bonita ¿sabes?, pero rápidamente se deterioró y ahora se redujo a esto – dio una sonrisa hacia el muchacho y dos palmaditas en el respaldo de la silla – ahora seguiré hablando, así que no me interrumpas, odio que hagan eso – el chiquillo solo asintió.





Habían pasado tres días desde la muerte de Jin y al parecer el más afectado era Namjoon, si bien todos eran cercanos, el alto muchacho tenía una relación especial con Jin ya que con él era capaz de hablar largas horas contándole sus preocupaciones, sus metas, miedos y cualquier otra cosa que a Namjoon se le antojara. No volvió a cruzar palabra con alguno de los muchachos, más bien se dedicaba a escuchar las anécdotas y a reír de vez en cuando, sin embargo jamás lloró frente a ellos, pero sí en la oscuridad de una habitación.

Lentamente y casi sin aviso la depresión comenzó a poseerlo, a llevarse lo poco que quedaba del Namjoon feliz e inteligente. Por los días siguientes se dedicó a beber botellas enteras de licor mientras que leía uno que otro libro. No aceptó la ayuda del resto hasta que un día producto de un coma etílico lo llevaron de urgencias al hospital en la tarde.

Taehyung fue el que se dedicó a recoger algunos libros para que el mayor no se aburriera en el hospital mientras que Jimin y Hoseok llevaban algo de ropa para Namjoon ya que no estaría tanto tiempo ahí dentro y necesitaba una muda de ropa. Cuando salían de la vieja casa, una pequeña nota junto a lo que parecía ser una fotografía se deslizaron fuera del libro y cayeron como las hojas de otoño. Jimin tomó la nota entre sus dedos y no pudo contener las lágrimas, solo entonces pudo comprender lo horrible que debía sentirse su hyung y el enorme aprecio que le tenía a Jin.

"La vida cambia rápido. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar y la vida como la conoces termina" – Joan Didion.

Pasó el trozo de papel a Hoseok y continuó viendo la fotografía, al reverso habían unas palabras escritas las cuales leyó en voz alta para que todos escucharan.

Por Nosotros | BTSWhere stories live. Discover now